Estreno

Lorena Nogal: "Tenía un Porsche, pero no sabía conducirlo"

La bailarina, pieza habitual de La Veronal, estrena un espectáculo propio en el Museu Picasso, 'PICASSa', dentro del Festival Grec

BarcelonaSi en algo le ha cambiado la vida Premio Nacional de danza 2024 en la bailarina y coreógrafa Lorena Nogal (Barcelona, ​​1984) es que ha "aprendido a decir que no". "Me han llegado oportunidades y ofertas de trabajo que eran muy interesantes, pero no podía introducirlas en la agenda que ya me había montado el año pasado porque me habría quedado sin vivir. Tiene algo que te atrapa y te gusta, pero a la vez es algo esclavizante", afirma. Y pese a los nodos, no para nunca.

Nogal llega serena y predispuesta para la conversación, pero el estrés debe ir por dentro: por las mañanas ensaya con La Veronal el espectáculo que estrenarán en el festival de Venecia y que inaugurará la temporada en el Teatre Nacional, una versión de La muerte y la primavera de Mercè Rodoreda; y por la tarde ensaya el solo que llevará al Museu Picasso dentro del Festival Grec, PICASA, los días 6 y 7 de julio. Esto le está permitiendo pasar más días en casa de lo habitual. "Hacía mucho que no lo hacía. Dormir en mi cama no tiene precio! Da miedo contarlo, quizás estoy en casa seis o siete meses, pero también es la vida que nos gusta, hacer producciones grandes y salir fuera", afirma. En los últimos dos meses ha enlazado Mallorca, Corea, Valladolid, Dinamarca, Alemania y Chipre, y eso centrado en dos creaciones en Barcelona.

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Un cero para entrar en el Institut del Teatre

La carrera de Lorena Nogal tiene cierta épica. La madre la apuntó a la escuela del barrio para que canalizara su energía bailando. Tenía talento, ya los 12 años se presentó en las pruebas del grado medio del Institut del Teatre. Forma parte de la leyenda recordar que sacó un cero. "Un cero de media, es que es bastante fuerte", aclara, riendo. Quien le iba a decir que a los 40 años recibiría el Premio Nacional. En la repesca aprobó. "Puedo entender qué pasó. El cerebro me va muy rápido, a veces no puedo alcanzarlo y el cuerpo se me descoordina. Creo que por eso surgió mi movimiento: estoy siempre fuera de eje", afirma. De hecho, repitió un par de cursos. "Era una cuestión de madurez. Físicamente era muy virtuosa, pero era muy introvertida. Tenía un Porsche, pero no sabía conducirlo. Prefiri quedarme un curso más, y me fue muy bien, conocí a mis amigos ya mi colectivo", recuerda.

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Poco después Lorena Nogal conoció a Marcos Morau, coreógrafo de La Veronal. En el certamen coreográfico de Salt él ganó el primer premio y ella el segundo. La compañía fundada en el 2005 apenas había dado sus primeros pasos y Nogal se sumó en el 2008. "Ahora ve a La Veronal como un monstruo, pero lo hemos labrado muy despacio; es casa, somos familia y desde hace muchos años", afirma. Juntos han ido sofisticando un lenguaje muy singular, único, picassiano. "Creo que hay una cosa en mí, que es muy instintiva, que es esa manera natural de romper la verticalidad u organicidad del cuerpo. Y ha habido un crecimiento porque ha habido un análisis. Cuando aparece Marcos, a partir de la observación y de un gusto suyo personal, hemos ido averiguando lo interesante que es poder distorsionar un cuerpo. A mí naturales", dice para explicar su particular manera de mover el cuerpo. Quien ha visto bailar a Lorena Nogal la recuerda.

Creatividad desbordante

A lo largo de los años, ha desplegado su faceta de coreógrafa como adjunta a Morau en las producciones externas del coreógrafo, pero ahora quiere dedicarle más tiempo a la creación propia, desde el colectivo Hotel y también por libre. "No sé si siempre volveré a casa", suelta. Tiene pendiente su primer gran formato, pero sabe que el 2026 será para realizar la gira de La muerte y la primavera, así que quizá la pasará en el 2027. "De La Veronal, cojo la ambición de pensar a lo grande, el inconformismo de no sólo trabajar con el cuerpo sino que todas las capas artísticas estén al mismo nivel e interconectadas. La otra cosa es pensar siempre «¿Qué puedo aportar de nuevo?" cambia y todo es una posibilidad". PICASA pondrá imágenes a los pensamientos de los creadores antes de que acaben plasmados en una obra, quiere mostrar el diálogo interno por donde transitan las ideas que se están incubando. viajes constantes, la falta de contratos fijos, la dependencia de las lesiones y las bajas, Nogal no puede enarbolar el discurso de la precariedad del mundo de la danza porque no la ha vivido. y ahora, en cambio, estoy en un buen momento, tengo un cuerpo sano, estoy conectada intelectualmente y no tengo esa ansiedad, es un momento muy bonito", celebra. Si tiene algún propósito, es vivir más. "Tengo la agenda tan cerrada y tan poco espacio para improvisar que me sabe mal no tener tiempo para dedicarme al resto, para mí esto es prioritario", afirma.

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