Detienen al hijo del cineasta Rob Reiner por la muerte de sus padres
El director de 'Cuando Harry encontró a Sally' y su esposa, Michele Singer, han sido hallados muertos en su casa
BarcelonaEl actor, director y productor Rob Reiner (78) y su esposa, Michele Singer (68), han sido hallados muertos este domingo por la tarde –lunes de madrugada en Catalunya– en su casa de Brentwood (California). La causa de la muerte es un apuñalamiento. La entrada en la vivienda no estaba forzada, y el caso es investigado como homicidio por el Departamento de Policía de la ciudad. Uno de los hijos de la pareja, Nick, fue detenido horas después por la policía —el domingo pasadas las 9 de la tarde en California— en relación al doble homicidio, según los medios estadounidenses. La fianza dictada para el chico, de 32 años, es de 4 millones de dólares. Nick, que había tenido problemas con las drogas y varias entradas en centros de rehabilitación, era uno de los tres hijos que Reiner tuvo con Michele Singer, su segunda mujer, con la que se casó en 1989. Otra de sus hijas, Romy, es quien encontró a sus padres y llamó a emergencias.
Rob Reiner deja como legado títulos inmensamente populares del cine estadounidense como Cuando Harry encontró a Sally (1989) y La princesa prometida (1987), además de un largo activismo político: defendió programas de educación infantil en California y criticó durante años de forma contundente a Donald Trump. Hijo mayor del cómic Carl Reiner, que ganó 11 premios Emmy, y de la cantante Estelle Reiner, Robert Reiner nació el 6 de marzo de 1947 en el Bronx, en Nueva York. Estudió en la Beverly Hills High School y se formó en cine en la Universidad de California, en Los Angeles (UCLA). Sus inicios estuvieron ligados a la televisión, donde fue uno de los protagonistas de una de las sitcoms más populares de la década de los 70 en Estados Unidos, All in the family, un papel que le proporcionó dos Emmy.
Tras tocar techo en la televisión, Reiner enfocó sus esfuerzos creativos en el cine, pero sobre todo como director. Y su debut demostró que tenía cosas que decir: Este es el spinal tapón (1984) es uno de los falsos documentales más divertidos de la historia del cine, y una sátira implacable de los excesos que se habían apoderado del mundo del rock duro desde la década de los 70. La película reseguía la biografía de un grupo de rock británico ficticio a través de sus cambios de estilo, las letras y la puesta en escena de los shows. Era una parodia, pero tan incisiva y divertida que se convirtió en objeto de culto entre los fans del rock. Reiner había estrenado hace sólo unos meses la segunda parte de este filme, que inauguró la última edición del In-edit.
Después de una comedia romántica que pasó sin pena ni gloria (Juegos de amor en la universidad, con John Cusack), Reiner tuvo una de las mejores rachas creativas que ha tenido un director en Hollywood en las últimas décadas: Cuenta conmigo (1986), La princesa prometida (1987), Cuando Harry encontró a Sally (1989), Misery (1990) y Algunos hombres buenos (1992), las películas que acabaron definiendo su carrera como director. Es sorprendente además la diversidad de estilos: comedia, fantasía, drama judicial y dos de las mejores adaptaciones que se han hecho de Stephen King, que durante muchos años el propio escritor ha señalado como sus favoritas.
Cuenta conmigo, la primera adaptación de King que dirigió, retrata el tránsito de la infancia a la edad adulta con un realismo y ternura impropios del cine de Hollywood. River Phoenix, Corey Feldman, Wil Wheaton y Jerry O'Connell interpretan a cuatro amigos que hacen una escapada para ver el cadáver de un chico desaparecido. Es una aventura simple, sin giros ni sorpresas, pero con densidad dramática y un tono agridulce que captura la importancia de las primeras amistades. "Nunca he tenido amigos como los que tenía con 12 años. ¿Tiene alguien?", se preguntaba el narrador al final. Buena muestra de su versatilidad es el cambio radical de tono de la siguiente adaptación de King, Misery, que exploraba la perturbadora relación entre un escritor de éxito y una fan obsesionada con él. Oscura, truculenta y con una Kathy Bates extraordinaria que ganó el Oscar a la mejor actriz, es un gran thriller sobre el lado oscuro de la fama.
Reiner no sólo adaptó King, también llevó al cine la novela La princesa prometida, de William Goldman, una aventura fantástica que bebe del imaginario de los cuentos de hadas con un punto de ironía, mucho humor, sentido de la maravilla y emoción. Con un reparto entregado, es una de esas películas que configuran el imaginario del cine juvenil de una época y que deja escenas y frases emblemáticas de la historia del cine como "Mi nombre es Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate para morir". Otra de esas frases que forma parte de la memoria cinéfila es la del clímax deAlgunos hombres buenos: "¿Ordenó usted el Código Rojo?", le preguntaba cada vez con más énfasis Tom Cruise a Jack Nicholson en ese modélico filme judicial sobre el caso de dos soldados acusados de haber matado a un compañero en la base militar de Guantánamo. La única nominación al Oscar de Reiner fue, precisamente, por este filme.
La joya de esta etapa y de la filmografía de Reiner es Cuando Harry encontró a Sally. Reiner encontró el tono y el reparto perfecto (Meg Ryan y Billy Crystal) para convertir el magnífico guión de Nora Ephron en el patrón oro de la comedia romántica moderna, y una evolución brillante de las comedias sobre guerra de sexos, cuyas escenas son historia del cine como la de Meg Ryan simulando un orgasmo. Por cierto, ¿saben quién era la mujer que decía "Voy a tomar lo mismo que ella"? Estelle Reiner, la madre del director, que le regaló esta réplica icónica. Con su padre, sin embargo, Reiner tuvo una relación más compleja: a pesar de admirarlo y amarle profundamente, no se sintió muy querido por él. De hecho, en alguna entrevista había comentado que el personaje de Gordie de Cuenta conmigo estaba inspirado en sí mismo.
El resto de la carrera como director de Reiner fue mucho más discreta. Mucha comedia romántica coja de inspiración (El presidente y la señora Wade, Àlex y Emma, Corre el rumor..., Y la vida continúa) y algún melodrama con más ambición como Nuestra historia (1999) o la autobiográfica Being Charlie (2015), para el que se inspiró en las dificultades familiares derivadas de la adicción de su hijo Nick a las drogas duras y su paso por centros de rehabilitación y situaciones de sinhogarismo.
Conmoción en el mundo de la política y el arte
Reiner impulsó campañas contra el tabaco en California y en 1998 logró la aprobación de la Proposición 10, que destinaba un impuesto sobre los productos del tabaco a programas para la primera infancia. En ese momento, el entonces gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, dijo sobre Reiner: "Gracias a sus esfuerzos, California se ha convertido en un referente nacional en servicios de salud y educación para la primera infancia."
Políticos destacados, actores y otros artistas han mostrado su conmoción tras conocer la noticia. "La Michelle y yo estamos desolados por la trágica muerte de Rob Reiner y su querida mujer, Michele. Los éxitos de Rob en el cine y la televisión nos han dejado algunas de las historias más preciadas", ha escrito el expresidente Barack Obama en X. La ex vicepresidenta de Estados Unidos Kamala Harris ha señalado que "la obra el gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, ha afirmado que la noticia le ha roto el corazón. En cambio, Donald Trump ha publicado un mensaje en tono burlón mofándose de la muerte de Reiner y atribuyéndola a "la rabia que provocaba en los demás" debido a "su enfermedad conocida como Trastorno Mental Trump". Según el presidente americano, Reiner era conocido por "volver loca a la gente con su rabiosa obsesión con Trump, y su obvia paranoia alcanzó nuevas cumbres a medida que la administración Trump superaba todos los objetivos y expectativas de grandeza".