Los edificios radicales de Josep Miàs

BarcelonaJosep Miàs (Banyoles, 1966) es arquitecto y se reivindica como “creativo”, coincidiendo con la exposición del Disseny Hub que celebra las dos décadas de su estudio. En la etapa inicial de su trayectoria fue asociado de Enric Miralles durante diez años. Después fundó su propio estudio. “Somos un despacho que hacemos arquitectura, pero a mí me interesa todo: el último proyecto es diseñar un tren. Nos interesa dar la opinión en todos los temas sociales”, subraya.

La exposición, que lleva por título MIAS. The making of making (architecture), tiene el origen en la que le dedicó el Centro Georges Pompidou el año pasado. Algunas de las características maquetas de alambre expuestas son propiedad del museo parisiense. “El Centro Georges Pompidou se interesó en nosotros a raíz de la relevancia internacional que hemos adquirido en los últimos años”, subraya Miàs. El objetivo de la muestra, que incluye unos cincuenta proyectos y obras, es repasar el proceso creativo de obras como la remodelación del casco antiguo de Banyoles, la sede de la empresa de iluminación iGuzzini, en Sant Cugat; el mercado de la Barceloneta y el de Rubí. También desde los primeros dibujos hasta el resultado final del funicular del parque de atracciones del Tibidabo y la atracción Embruixabruixes y la clínica de salud mental Can Zariquiey. “Banyoles es mi pueblo natal y la remodelación del casco antiguo es un proyecto que involucra a la gente, que quiere devolver el espacio a la gente”, explica Miàs. 

Al arquitecto no le da miedo el tiempo que sus edificios puedan sobrevivir en el futuro, así que al final del recorrido aparecen recreados en ruinas. “Es una reflexión que nos permite pensar en el momento actual, en cómo tenemos que construir los edificios”, dice el arquitecto. Esta reflexión le será útil en la construcción de otro de los proyectos expuestos, la nueva sede de Andorra Telecom, la forma de la cual evoca una nube, y los rascacielos Cocobolo en Panamá.

Un arquitecto con espíritu de agitador

Por encima de todo, Josep Miàs se define como un arquitecto rebelde, a menudo con el apoyo de industriales que quieren seguirlo. “Miàs no está de moda, porque no están de moda la radicalidad ni ninguno de los adjetivos con los cuales se nos anuncia en muchos medios: innovadores, críticos, arriesgados, irreverentes y, alguna vez, arrogantes”, advierte. “Estamos en un momento en el que necesitamos radicalidad –añade–, porque nace de entender que el feminismo, el ecologismo, la sostenibilidad energética y las otras condiciones del mundo de hoy necesitan que tomemos decisiones radicales”. Precisamente entre los proyectos que tiene entre manos está la remodelación de la cementera de Vallcarca (Sitges) para convertirla en “industria del conocimiento y la innovación”.

Es por este componente de riesgo que Miàs se desmarca de sus colegas catalanes: “Veo una arquitectura muy educada, que responde a lo que le preguntan, pero que no reformula la pregunta. A veces tienes que hacerlo porque las condiciones no son las mismas de hace diez o veinte años, y ahora requieren otras preguntas”, concluye.

Cuatro obras, de Banyoles a Panamá

Remodelación del casco antiguo de Banyoles

Al mismo tiempo que recupera los espacios públicos del casco antiguo también recupera los canales en sus recorridos originales por la ciudad, y se hacen visibles en algunos puntos. El ruido del agua entra en la banda sonora de Banyoles.

Mercado de la Barceloneta

Unos nuevos espacios metálicos vuelven a conectar al edificio con el tejido del barrio, con el objetivo de que se convierta en un lugar de referencia. Los nuevos espacios aparecen entre elementos que se despliegan y se repliegan.

Can Zariquiey

Una nueva estructura con forma de L une dos edificios auxiliares de esta clínica de salud mental y dialoga con el edificio principal. Se define un patio como el principal espacio de relación.

Cocobolo

Un futuro nuevo hito enel skyline de la ciudad de Panamá. Tres torres que incluyen viviendas, oficinas y una zona comercial en la parte baja. La parada aparece en un jardín elevado.