Fernando Aramburu: “Vista desde fuera, España mejora”

El autor de 'Patria' publica la novela 'Los vencejos' sobre un profesor que decide suicidarse a un año vista

BarcelonaEl millón y medio de ejemplares vendidos en España de Patria son el mejor indicador de la expectación que ha generado el lanzamiento de Los vencejos (Tusquets), la nueva novela de Fernando Aramburu (San Sebastián, 1959), que se ha enfrentado al reto "con independencia" del alboroto generado por su anterior novela. "El éxito me ha convertido para siempre en 'el autor de Patria', pero al menos me ha liberado de ser 'el escritor vasco establecido en Alemania'", ironiza el autor, que de las heridas del terrorismo en Euskadi pasa a ocuparse de las tribulaciones de un profesor de filosofía que, a los 54 años y decepcionado con la vida, decide suicidarse y se da un año para poner fin a su vida. "Se concede un tiempo para intentar entender por qué se quiere suicidar –explica Aramburu–. Y, cada noche, escribe una especie de confesión llena de intimidades, no siempre nobles".

Si el protagonista toma una determinación tan radical es porque considera que ha fracasado en los tres puntos que Bertrand Russell establecía como indicadores de una buena vida: el amor, el conocimiento y la empatía con los demás. Solitario y misántropo, uno de los objetos que lo acompañan en su día a día es, de hecho, una muñeca sexual que Aramburu prefiere llamar 'muñeca de compañía'. Para el escritor es "un personaje más al cual se trata con mucho respecto y que no tiene una función únicamente sexual, sino que le sirve también para proyectar fantasías y para combatir la soledad", El profesor también utiliza la prostitución. La novela ha generado cierta polémica porque el escritor ha declarado que no cree que la ilegalización ponga fin al oficio más viejo del mundo: "Es imposible que un hombre deje de eyacular dentro de una mujer porque lo diga una ley", decía a El Español.

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Aramburu destaca los problemas del protagonista para adaptarse a los valores de su época: "No es un hombre violento ni machista; al contrario, es una persona aspira al amor y se implicó en el matrimonio y la paternidad. Pero está marcado por la educación recibida durante el último tramo del franquismo. Como yo, fue a escuelas segregadas y allí no coincidió con chicas. Llegamos a la edad adulta con una formación sentimental deficitaria. Después la sociedad evolucionó y las mujeres consiguieron derechos muy necesarios y legítimos, pero a los 54 años es difícil adaptarse a cosas para las cuales no te han preparado".

Un capítulo por día

Estructurado en 365 capítulos, un por cada día del año, el libro funciona como una cuenta atrás alimentado por la incógnita de si finalmente el protagonista se suicidará. Aramburu liga la narración a los hechos del periodo que cubre Los vencejos, entre agosto de 2018 y julio de 2019. Así pues, a pesar de romper con la temática política de Patria, el autor continúa vinculado a una realidad social española a la cual asegura estar "enganchado" y que, "vista desde fuera, mejora". "Si miras las estadísticas no está tan mal –dice–. Puede que la tasa de paro sí, pero en esperanza de vida somos de los primeros de Europa y también en aprobar una ley de eutanasia".

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Aramburu no está preocupado por la reacción de los lectores que lo descubrieron gracias a Patria, que llegó a convertirse en una serie de HBO. De hecho, tenía claro que "no quería escribir Patria 2", porque prefería explorar "otros universos humanos". Es consciente de las expectativas, pero asegura que no le afectan. "La única cosa que me mueve a la hora de escribir es crear literatura, el arte hecho de palabras –dice–. Y también hablar de cómo jugamos nuestras los que no creemos en el más allá y pensamos que la vida es absurda y no tiene propósito".

La moral es, según el autor, la cuestión central de una novela protagonizada por "un hombre repulsivo" que poco a poco va relevando facetas más amables de su personalidad. "La novela es una lucha sin concesiones de un personaje madura contra la vida, que antes de marchar la quiere derrotar con una guerra nocturna, en cada página de su cuaderno –comenta–. Y no relevaré el final del libro, pero sí que puedo adelantar que no saldrá triunfante de esta lucha",