Prehistoria

Ni aniquilando ni seduciendo: así conquistaron los esteparios la península Ibérica

Un estudio de la UAB cuestiona la teoría que dice que eliminaron a los hombres locales con violencia hace 4.500 años

BarcelonaHace unos cinco mil años se produjeron importantes convulsiones en la Europa central y occidental. Uno de los cambios más significativos fue genético. La tipología del cromosoma Y, que únicamente se transmite entre personas de sexo masculino, fue sustituida progresivamente por un linaje hasta entonces inexistente en esta parte de Europa: el haplotipo R1b del cromosoma Y. Lo que podría haber ocurrido ha generado considerables debates. Se sabe que hacia el 3000 a, por razones que se desconocen, grupos originarios de las estepas del norte del mar Negro, donde ahora hay Ucrania y el sudoeste de Rusia, migraron hacia Occidente . Eran ganaderos, montaban a caballo y los hombres tenían el R1b en su ADN. ¿Fue su llegada violenta, arrasaron con todos los hombres locales, y se quedaron con las mujeres, tal y como han sugerido algunos estudios? ¿Fue una sustitución progresiva y se impuso su genética? ¿Las mujeres les prefirieron?

"Se ha podido comprobar que el cromosoma Y de los esteparios solamente era de un tipo: R1b. Si analizas los esqueletos de los hombres de la península Ibérica enterrados a partir de hace unos 4.200 años, cuando empezó la edad del bronce, la práctica totalidad son portadores del R1b, mientras que en los hombres inhumados anteriormente, durante el neolítico o a principios de la edad de cobre, existe una cierta diversidad y el R1b es inexistente", afirma Rafael Micó, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y codirector del Grupo de Investigación en Arqueología Social y Mediterránea (ASOME-UAB). Micó acaba de publicar en Journal of Archaelogica Science un estudio conjunto con un equipo de investigadores de la UAB y de la Universidad de Murcia (UM) que propone otras alternativas a la de qué los esteparios protagonizaran una invasión violenta.

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El estudio de la UAB y la Universidad de Murcia ha analizado los entierros del sudeste de la península Ibérica y ha comparado 450 dataciones radiocarbónicas de huesos humanos de una quincena de yacimientos. "Los restos más antiguos documentados con R1b en la península Ibérica son del 2500 aC y se hallaron en una cueva funeraria de Asturias. En el sudeste peninsular, en cambio, los individuos con ascendencia esteparia no se constatan hasta alrededor del 2200 -2000 aC. Por tanto, pasan más de trescientos años y, con esta diferencia, se hace difícil pensar que su incursión fue violenta y rápida. Además, sabemos que no eran grupos de hombres, sino que también había mujeres y niños", afirma Micó. Además, el estudio arqueológico de la UAB y la UM da más datos de cómo era la situación en el sudeste peninsular en los siglos previos a la llegada de la población con componentes genéticos esteparios. Durante la edad de cobre o calcolítico, entre los años 3000 y 2200 aC, hubo asentamientos importantísimos en el sur peninsular. "Se han encontrado restos monumentales; eran poblados enormes, con muchísima población y sociedades bastante complejas", explica Micó. Asentamientos como los de Valencina de la Concepción (Sevilla), Marroquíes Bajos (Jaén) o Los Millares (Almería) tenían una organización económica basada en una gran variedad de recursos y tareas, y un gran desarrollo social, arquitectónico y demográfico.

Les migracions de la població estepària
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La desaparición de una Europa matrifocal

Sin embargo, a partir de 2400 aC, la sociedad de la edad de cobre sufrió un declive demográfico muy importante. "El descenso en el número de entierros sugiere que la población se fue reduciendo hasta cifras bastante bajas –explica Micó–. Nosotros no decimos que no hubo ningún tipo de violencia, pero proponemos que hay que mirar otras posibilidades y que quizás no todo es tan simple. Nuestra hipótesis es que cuando llegaron hombres y mujeres con componente estepario al sudeste peninsular, alrededor del 2200-2000 aC, se mezclaron con grupos locales pequeños, u ocuparon espacios deshabitados", añade. El contexto que propone el estudio es que, a lo largo de los dos siglos anteriores a la llegada de los esteparios, el paisaje social del sudeste peninsular había cambiado. Se había dejado atrás una edad de cobre pujante y la demografía había mermado considerablemente. Por tanto, no colapsó de manera violenta ni rápida por la llegada de un elemento perturbador.

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Éste no es un debate nuevo. Hace décadas que se intenta averiguar cómo y por qué hace más de 4.000 años, entre finales de la edad de cobre y principios de la edad de bronce, se produjo este gran descalabro en Europa central y occidental. La arqueóloga lituana Marija Gimbutas (Vilna, 1921-Los Angeles,1994) fue la primera en dar a conocer la existencia de una civilización anterior a la llegada de los esteparios, la llamada cultura prehistórica de la Dea Madre, que habría perdurado unos 25 siglos. Según ella, antes las culturas europeas eran de carácter matriarcal, ginocéntricas (ella lo llamaba gilánicas), articuladas en torno al culto a la Dea Madre Tierra. Esta vieja Europa, neolítica, se caracterizaba por una religión centrada en la fertilidad, las mujeres y la madre. Es una Europa que desapareció con la edad de bronce y la llegada de una sociedad patriarcal y violenta.

Las migraciones provenientes de poblaciones ganaderas de las estepas llevaron la invención de la rueda, y de las herramientas y armas de bronce más eficaces. También hubo cambios en los ritos funerarios. Las tumbas pasaron de ser colectivas a individuales y el tratamiento ritual entre hombres y mujeres tuvo cada vez diferencias más marcadas. "Cuando Gimbutas realizó sus estudios sólo se tenían datos arqueológicos; sabíamos que los objetos viajaban, pero no se podía demostrar que también viajaba la población. Con la llegada de los estudios genéticos a la prehistoria se empezaron a tener otras evidencias científicas" , señala Micó.

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Ni brutales ni con acceso preferente a las mujeres

En 2015 se publicó un artículo en Nature que explicaba el análisis de restos humanos y cómo los esteparios se habían esparcido por toda Europa. Proponía también que esa migración era el origen de la lengua indoeuropea. Cuatro años después, en 2019, David Reich, en un acto organizado por la revista New Scientist, explicó que la llegada de los esteparios había sido violenta. "Nuestro estudio plantea un escenario histórico diferente, que no incluye hordas invasoras de guerreros esteparios que habrían aniquilado a los hombres locales y conformado una élite masculina con acceso exclusivo a las mujeres locales", destaca Cristina Rihuete Herrada, profesora de la UAB y coautora del estudio.

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"Se ha sugerido que las poblaciones con la llamada ascendencia esteparia emigraron hacia el oeste desde la región que rodea el mar Negro, ayudadas por el caballo y la rueda como nuevas tecnologías, y asaltaron brutalmente a Europa occidental", explica Camila Oliart, investigadora de la UAB y también coautora de la estudio. "En el caso de la península Ibérica, se ha sugerido que los hombres que llegaban de Oriente tenían acceso preferente a las mujeres y que discriminaron o eliminaron a los hombres locales, lo que constituye una interpretación invasionista muy impactante en términos mediáticos, pero quizá demasiado precipitada. Nuestro estudio no refuta esa interpretación, pero invita a explorar alternativas", añade Oliart.