Cine

Las 'Historias para no dormir' de Chicho Ibáñez Serrador resucitan en Sitges

Mamoru Hosoda presenta 'Belle' y recibe el Gran Premio de Honor del festival

SitgesLa figura de Chicho Ibáñez Serrador como cineasta de terror puede haber quedado eclipsada en el imaginario popular por la fama de sus programas televisivos, pero no en el Festival de Sitges. Era, por lo tanto, el escenario perfecto para presentar este domingo la nueva encarnación de la serie Historias para no dormir, que revive con cuatro nuevos episodios dirigidos por Paco Plaza, Rodrigo Cortés, Paula Ortiz y Rodrigo Sorogoyen, que actualizan cada uno un episodio clásico. Se desmarcan, pues, del proyecto Películas para no dormir de 2006 que planteaba nuevas historias en formato de largometraje y que contaba con la bendición del mismo Chicho: ahora es su hijo, Alejandro Ibáñez, quien lidera este proyecto, financiado por Amazon Prime.

Tràiler de 'Historias para no dormir'
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“Nos dieron toda la libertad para meter las manos en el cofre del tesoro y elegir la historia que más resonara en nosotros”, ha explicado Cortés, que más que “intimidado por la sombra de Chicho” se sentía “cobijado por su paraguas”. Ortiz, filóloga de formación, ha reivindicado el derecho a tratar la obra de Chicho como un clásico: “Tenemos a Lorca, Hemingway, Shakespeare... y también a Chicho. ¿Por qué no utilizarlos? Es entonces que sobreviven al tiempo y siempre dan fruto”.

El resultado acredita la diversidad que había que esperar de la elección de cuatro cineastas tan diferentes. Cortés exhibe su gusto por la realización vistosa y la interpretación subida de tono en La broma, en donde Eduard Fernández es el marido burlón presuntamente asesinado por su mujer y su amante. Uno de los episodios más míticos, El asfalto, lo adapta Ortiz a partir de un guion de Cortés y Manuel Jabois donde el protagonista (Dani Rovira) es un runner que se hunde literalmente. Sorogoyen es quien más se aleja del original: ambienta El doble en un futuro pandémico de profilaxis antiviral normalizada donde explora las turbulencias de una pareja formada por Vicky Luengo y un David Verdaguer que se multiplica en pantalla para interpretar en el mismo plano a un personaje y a su doble robótico.

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El de Sorogoyen es el episodio con un sello visual más distintivo, pero también el que más distancia marca con el espíritu festivo de las Historias para no dormir originales, aproximándose peligrosamente a la melancolía tecnológica de Black mirror. En un tono muy diferente, Plaza hace una ingeniosa pirueta de metacine a Freddy y sitúa la acción en el rodaje de la serie con Miki Esparbé haciendo de actor mediocre abducido por su papel de ventrílocuo, a pesar de que Carlos Santos le roba todos los planes interpretando al mismo Chicho. “Lo que me interesa más de Freddy es la presentación que hacía Chicho admitiendo que lo habían obligado a rodar en vídeo y no estaba del todo satisfecho con el resultado –ha explicado Plaza–. Quería homenajear al director que luchaba contra los elementos y que, cuando tuvo los medios que necesitaba, demostró que era un cineasta excepcional”.

Un reconocimiento merecido

De un maestro del terror a uno de la animación. Después de un puñado de años ganando el premio de la sección Anímate, Sitges se ha decidido a reconocer la categoría como director de Mamoru Hosoda incorporando su nuevo trabajo en la sección oficial y entregándole el Gran Premio de Honor. “Hace quince años, La chica que saltaba a través del tiempo ganó un premio en Sitges –ha recordado el director japonés–. Es el primer premio internacional que recibí”.

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En Belle, Hosoda reformula el mito de la bella y la bestia en una historia sobre adolescentes reprimidos que canalizan su personalidad en entornos de realidad virtual. La exquisitez hiperrealista de los ambientes cotidianos contrasta con el barroquismo cuqui del mundo digital donde la protagonista supera el trauma de la muerte de su madre y se transforma en una diva pop adorada por las masas. Los mejores momentos no son precisamente los de los números musicales, sino las escenas más íntimas, como aquella en la que espera pacientemente a que dos personajes que han salido del plano vuelvan poco a poco. Es con estos gestos que te das cuenta de que Hosoda no dice que Víctor Erice es su director occidental favorito solo para quedar bien con la prensa española.

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Tráiler de 'Belle'