¿Los juegos de mesa son cultura? ¿Y los videojuegos?

El sector pide que formen parte del bono cultural del gobierno español, como sus 'hermanos' digitales

BarcelonaLa reivindicación no es nueva, pero el lanzamiento del bono cultural del gobierno español ha vuelto a azuzar el fuego. Creadores, editores, distribuidores, tenderos y jugadores reclaman que los juegos de mesa sean considerados bienes culturales y que, por lo tanto, se conviertan en una opción más para los jóvenes que harán 18 años en 2022 y recibirán 400 euros para gastar en cultura. "No hay ningún político que niegue que los juegos de mesa son cultura. Es una opinión unánime entre psicólogos, historiadores, intelectuales. Todo el mundo está de acuerdo", afirma el socio director de Devir, Joaquim Dorca.

Pero en la práctica los juegos de mesa quedan fuera de la consideración cultural y tienen un 21% de IVA. "Toda la industria vive fuera del sistema cultural, cuando no tendría que ser así. Los juegos de mesa son una experiencia cultural en sí misma. Reunir a gente y jugar no es solo entretenimiento. Se aprende, se comparte, cada vez se crea un relato nuevo", defiende Dorca. La petición, añade, toma todavía más sentido por el hecho de que el gobierno español ha incluido los videojuegos dentro del bono cultural, pero ha dejado fuera a los juegos de mesa. "Un jugador de 18 años tiene todo el derecho a elegir comprarse un juego de Vlaada Chvatil en vez de un videojuego de Electronic Arts para pasar el rato, a cuenta de la ayuda del bono cultural", reclama el director de Devir. La empresa es editora en catalán, castellano y portugués de juegos como Carcassonne, Catan y El Código Secreto, y creadora de juegos como The Red Cathedral y Bitoku, el último éxito de la Spiel Messe, la feria de juegos de mesa más importante del mundo.

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Para conseguir que el gobierno español cambie el estatus del juego de mesa, varios agentes de la industria han iniciado una campaña de recogida de firmas en Change.org. "No queremos ser subvencionados. La industria del juego de mesa nacional está en un muy buen momento internacionalmente. Hay mucho talento, mucho trabajo bien hecha y un montón de emprendedores compitiendo con una mano ligada a las espaldas con alemanes, franceses o americanos. Pero hacen falta ayudas para que podamos ir a ferias e impulsar a los creadores", añade Dorca. Para el sector de los juegos de mesa, la competencia directa es ahora mismo el cine o los videojuegos. "Tengo la sensación de que cuando pagamos impuestos van directamente a subvencionar a esta competencia, cuando nosotros también hacemos ocio –señala Dorca–. Pagamos un montón de impuestos sin quejarnos ni pedir ayudas, de acuerdo, pero destinar nuestro dinero a favorecer a la competencia es insultante".