La justicia para las obras para retirar el monumento franquista de Tortosa

BarcelonaEl culebrón por la retirada del monumento franquista del Ebro, en Tortosa, parece no tener final. Cuando todo el mundo daba por hecho que desaparecería del paisaje tortosí el 18 de julio, el día que empezó la Guerra Civil, el juzgado contencioso administrativo de Tarragona ha pedido parar las obras, según ha avanzado este jueves Ràdio Ebre. El motivo son las medidas cautelares solicitadas por el Colectivo por la Reinterpretación del Monumento a la Batalla del Ebro (Corembe). De hecho, la suspensión llega después de que el mismo Corembe presentara un escrito denunciando que las obras habían empezado en la playa fluvial de Ferreries. La conselleria de Justicia confía que se resuelva rápido y se puedan retomar las obras. "Quiero pensar que no habrá ninguna duda por parte de la juez al dar luz verde a la retirada" ha dicho la consellera de Justicia, Lourdes Ciuró, a la Cadena SER.

Las prospecciones geológicas para instalar las grúas que tienen que permitir sacar el vestigio del medio del río se hicieron a principios de junio. Aun así, hay una parte de la población que se resiste a que desaparezca del paisaje tortosí la pirámide de hierro forjado de 45 metros que se construyó en 1966 para conmemorar el 25º aniversario de la victoria franquista en la Batalla del Ebro. Argumentan que el monumento se tendría que reinterpretar para explicar de otro modo uno de los conflictos más sangrientos de la Guerra Civil pero que no tendría que desaparecer. También defienden que se hizo un referéndum y que la población decidió conservar la pirámide.

La intención de la Generalitat es retirarlo del río Ebro a su paso por Tortosa, para poderlo conservar de manera íntegra y transportarlo y almacenarlo con facilidad. El proceso para retirar este monumento ha sido largo y conflictivo. El Parlament aprobó una moción para retirar el monumento franquista el 10 de marzo del 2016 sin ningún tipo de consulta ni dilación. Pero aquella moción cayó en saco roto. El 28 de mayo de aquel año la conservación del monumento se sometió a referéndum, y ganó la opción de mantener el monumento. Eso sí, reinterpretándolo, cosa que no se ha hecho nunca.