Manga

La grandeza de Akira Toriyama en cinco razones

El cómic pierde a uno de los grandes creadores, una figura clave para explicar la expansión mundial del manga

BarcelonaEl mundo del manga se ha levantado este viernes con la peor noticia posible: la muerte de Akira Toriyama, uno de los autores más importantes de la historia del género y del cómic en general. Su importancia como creador va más allá de la memoria sentimental de la generación que se crió durante los años 80 y 90 y que, al salir de la escuela, veía religiosamente Doctor Slump y Dragon Ball en TV3. Toriyama es un nombre clave para explicar la evolución del manga en las últimas décadas y, de paso, de la cultura popular, tanto en Japón como en Occidente.

La importancia del estilo

El dibujo de Akira Toriyama ha sido tan imitado por otros autores que es el estilo por defecto que muchos asocian al manga, una expresividad limpia y luminosa que combina elementos de otros autores, pero absolutamente reconocible como la suya. Oriol Estrada, divulgador sobre manga y jefe de actividades del Manga Barcelona, ​​señala la importancia de sus orígenes como diseñador. “Toriyama venía del mundo del diseño y llegó relativamente tarde al manga, lo que hace que tenga un dibujo muy especial y diferente”. Es muy fácil detectar su influencia en autores como el creador de Naruto, Masashi Kishimoto, y el de One Piece, Eiichirō Oda, que también incorporaron el dinamismo como narrador de acción de Toriyama. "En su momento no era normal hacer secuencias de acción tan espectaculares y épicas como las suyas, tenía una manera extraordinaria de narrar la acción", dice Estrada.

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La songokumania en Cataluña

En la historia del manga en Cataluña hay un antes y un después de la llegada de la serie Dragon Ball en TV3 en 1990. El éxito fue tal que al cabo de unos meses empezaron a circular de forma clandestina páginas fotocopiadas del manga de Toriyama en las que se basaba el anime. Eran simples folios de tamaño estándar, copias de copias de copias con una calidad muy precaria, pero, aun así, los aficionados las intercambiaban el domingo en un Mercado de Sant Antoni desbordado por la invasión de los primeros otaku. El fenómeno alcanzó tal dimensión que la Guardia Urbana y la Guardia Civil intervinieron decomisando más de 5.000 fotocopias de Dragon Ball. En 1992, finalmente, Planeta de Agostini publicó el manga original de Toriyama con un tirón inicial por número de 100.000 ejemplares en catalán y 50.000 en castellano. Fue el detonante del primer boom del manga en el Estado y ayudó al sector a sobrevivir durante una década muy complicada.

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Un creador muy discreto

Pese al éxito internacional, Akira Toriyama no asistía a las ferias de manga y apenas concedió entrevistas. Una de las últimas fotos suyas es la que le hicieron cuando su nombre apareció en los Papeles de Panamá y unos reporteros le filmaron en el exterior de su casa tirando la basura. “Era una persona muy reservada –dice Estrada–. De hecho, era millonario, pero vivía en una casa muy normal. Lo que más le gustaba era dibujar”. Cuando lo manga Dragon Ball llegó a su fin en 1996, su producción se redujo drásticamente. Durante los años siguientes publicó obras mucho más cortas como Cowa! y Sand land, que se recopilan en un único volumen. “Fue terminar Dragon Ball y decir: 'Hasta aquí'. No digirió bien el éxito de Dragon Ball. Él habría terminado la serie mucho antes, pero le obligaron a continuarla. Y quizá se vació con la serie”, explica Estrada.

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El 'mangaka' más popular

El anime de Dragon Ball fue la punta de lanza para popularizar el manga en Occidente y el primer contacto de la mayoría de los fans de Akira Toriyama con el universo del autor. Pero la realidad es que, aunque el anime adaptaba bastante fielmente el manga –sobre todo en las primeras temporadas–, la participación directa del dibujante en la serie de animación fue mínima. Sus esfuerzos se concentraban en el dibujo del manga, que se publicaba semanalmente en la revista Shonen Jump y que en el punto más álgido del fenómeno Dragon Ball llegó a vender 5 millones de ejemplares. “Se dice mucho que One Piece es el manga más vendido de la historia, pero One Piece tiene más de cien volúmenes –argumenta Estrada–. Dragon Ball se quedó en 42. Si miramos las ventas por volumen, Dragon Ball gana con mucha diferencia”.

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Creador de universos

Akira Toriyama no era sólo un creador de personajes, sino también de universos fantásticos y mitologías de ficción que otros autores han continuado exprimiendo durante décadas. “Entras en el mundo de Doctor Slump y Dragon Ball y dices: '¿Pero qué es esto?' Era parecido al nuestro en algunas cosas, pero con una mezcla de alta tecnología, animales que hablaban y un sentido de la maravilla increíble”, dice Estrada. Toriyama también introducía, sobre todo al principio, a muchos referentes de la cultura popular, tanto la asiática como la occidental, desde Harry el Bruto a Godzilla, Bruce Lee y Superman. De hecho, Dragon Ball se basa en la leyenda china del Rey Mono, muy conocida también en Japón. Con el tiempo, Dragon Ball dejó de ser una serie de aventuras y humor para convertirse en un drama épico de grandes batallas y combates. Pero en esa evolución, apunta Estrada, juega un papel clave Kazuhiko Torishima, el primer editor de Toriyama. “Y tampoco se lo inventaron ellos, ya existían Los caballeros del Zodiaco, pero Dragon Ball lo llevó a una escalera alucinante”, apunta Estrada.