Literatura

¿Cómo era la Mercè Rodoreda periodista?

Comanegra reúne los artículos que la escritora publicó entre 1932 y 1934 en 'Avui, que nos son familiares la browning y los gángsters'

Barcelona"Me gusta el día de Navidad. Y me gusta pasarlo en casa. Y recordar", escribía Mercè Rodoreda (1908-1983) el 23 de diciembre de 1933 en la revista Clarismo. El tono nostálgico del artículo –en el que la autora desea que nieve y que se hable de paz y amor– vira hacia el sentido del humor cuando hacia el final pide que habría que dejar "un poco de lado el vientre" y que no se aproveche el día "para embutirse hasta rebosar".

Esta es la Rodoreda que los lectores se encontrarán en Hoy, que nos son familiares la browning y los gángsters (Comanegra, 2024), el libro que reúne la producción de la escritora aparecida en periódicos y revistas entre 1932 y 1934. Rodoreda tan pronto critica la rutina de representar Don Juan Tenorio en Barcelona por Todos los Santos (escribe: "Que pocas, hoy, nos dejaríamos arrancar el 'corazón' por el pobrecito 'Tenorio', que es la negación más absoluta del ideal de las mujeres con cuatro dedos de frente") como dedica todo un artículo en las vamps cinematográficas, de Francesca Bertini a Greta Garbo y Marlene Dietrich: de esta última recuerda El ángel azul, en la que, "con su belleza concupiscente" [...], "sexual e inhumana", enloquece al profesor Unrat. También escribe todo un poema sin firmar en Salvador Dalí, que comienza así: "Bigote de rata, / ojo negro y abierto, / cerebro de patata / haces cara de frío..."

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La vertiente periodística de Mercè Rodoreda es "implacable y asentimental, juguetón, llamativo", según Mercè Ibarz, que se ha encargado de la edición del volumen, última de las numerosas contribuciones al estudio de la autora, entre ellas Rodoreda paisajes (IEC, 2021) y Retrato de Mercè Rodoreda (Empúries, 2022). Leer las crónicas, reportajes, críticas de libros, entrevistas y los textos paródicos contrasta con "la transformación que las guerras y el exilio provocarían en la obra y en el personaje público de la ardida, polifacética, humorística, atrevida y muy trabajadora periodista y escritora", que debutó como novelista a los 24 años, con ¿Soy una mujer honrada? (Catalonia, 1932).

Ironía y primera persona

Rodoreda se había iniciado en el periodismo en 1932 en Mirador, La Rambla y La Publicidad, y más adelante se convertiría en una de las colaboradoras más activas de la revista Clarismo (1933-1934). Precedida por Carme Karr, Maria Carratalà, Anna Murià, Irene Polo, Rosa M. Arquimbau y Aurora Bertrana, la futura autora de La plaza del Diamante comparte con algunas de estas pioneras "la ironía y el tono desenvuelto", el uso de la "primera persona" y la voluntad de "hacerse leer", según afirma Ibarz. "El periodismo abrió las puertas a los jóvenes de hace un siglo y antes, en particular a los que querían ser escritores y más en particular a los escritores catalanes. En el caso de las mujeres, aún más", sentencia la editora del libro.

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Entre las muchas curiosidades que se pueden encontrar, hay casi una veintena de críticas literarias, firmadas con el seudónimo de Just d'Esvern, en el que carga contra Juana Mas, deAnna Murià, y elogia los cuentos "modélicos" de Peikea, princesa caníbal, de Aurora Bertrana, y "el emocionante" Anna Karenina, de Lev Tolstoi. También la encuesta que hace desde Clarismo a una treintena de escritores y críticos, sobre lo que entienden que debe ser una novela. Una de las respuestas más divertidas, en la línea del humor desabrochado que abunda en el volumen, la mujer Carles Sindreu. Para el autor de La claxon y el camino (1931), una novela "no debe ser una nula; y tampoco una nóvela; pero mucho menos una nula, y por nada del mundo una nula".

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