De la pulsión suicida en la catarsis dibujada
Zoe Thorogood se arma de una sinceridad abrumadora en la novela autobiográfica 'Se está muy sola en el centro de la Tierra'
'Se está muy sola en el centro de la Tierra'
- Zoe Thorogood
- Norma
- Traducción de Laura Obradors
- 192 páginas / 28 euros
Hay obras que no están hechas para ser compartidas sino como ejercicio íntimo de introspección que busca en la creación entender por qué una mente se cierra con los candados de la depresión. El arte se convierte en un delicado españapuertas que expresa, a través de metáforas, ideas y sentimientos, lo que la razón no puede explicar: por eso, Clarissa y Septimus conseguían entrar en el corazón herido de Virginia Woolf, dando una tregua a su pulsión suicida. Zoe Thorogood (Ipswich, 1998) no es la primera en utilizar sus dotes artísticas para buscar una explicación a su dolor, pero es indudable que Está muy sola en el centro de la Tierra (Norma Editorial, traducción de Laura Obradors) sorprende desde sus primeras páginas por el torrente de sinceridad y talento gráfico que desborda a esta joven autora.
Si en su anterior obra, La inevitable ceguera de Billie Scott (Reservoir Books, 2023), bregaba con el miedo interior ante la página en blanco, Thorogood decide ahora derrumbar la cuarta pared que separa al lector del autor para mostrarse en toda su debilidad, hablando de la depresión y las obsesiones que la atenazan desde la infancia con una honestidad que atrapa automáticamente. La obra se revela como un ejercicio de catarsis a través de la creación que aprovecha todos los recursos del lenguaje de la historieta para buscar explicaciones y razones, para tratar de comprender cómo ha llegado hasta allí.
Como en la vida, no hay guión previo: el relato de Thorogood se va construyendo ante nuestros ojos desde una mirada poliédrica en la que todo es posible. Tiempo y espacio se condensan a través de versiones de la autora que conviven en el relato mientras ficción y realidad se entrecruzan sin solución de continuidad, y demonios internos toman una forma monstruosa palpable. Amigos, amores y familia aparecen como personajes y habitan una historia en la que la soledad de la autora contrasta con la nutrida coralidad que envuelve su versión dibujada.
Explosión caleidoscópica
Pero Thorogood aborda su obra desde una pirueta aún más atrevida: estamos leyendo la obra que la autora está creando. Le acompañamos en cada paso, en las dudas, en los errores, en los aciertos, en la presión por la entrega de una obra que es a la vez terapia y trabajo, y que convierte el camino en una metarreflexión que integra con naturalidad y acierto toda tipo de experimentaciones narrativas, sorprendiendo cada paso con una explosión caleidoscópica de posibilidades y estilos, que mutan y se adaptan a cada necesidad expresiva. No hay límite ni frontera: absorbe influencias del cine, delanime, de la literatura, del cómic o de las redes sociales para asumirlas y transformarlas en franqueza espontánea que no renuncia a la ingenuidad de la juventud y consigue conectar con cualquier persona que se acerque a las viñetas desde la confianza de sentir a la autora como una amiga de siempre que comparte con nosotros sus pensamientos más íntimos.