'Madres paralelas': maternidad y memoria se entrelazan en el nuevo film de Almodóvar

'Madres paralelas'

(3,5 estrellas)

Dirección y guion: Pedro Almodóvar. 120 min. España (2021). Con Penélope Cruz, Milena Smit y Aitana Sánchez Gijón. Estreno en los cines

Pocos cineastas contemporáneos han otorgado una presencia tan central dentro de su obra a la figura de la madre y a la experiencia de la maternidad como Pedro Almodóvar. Como es fácil deducir del título, en Madres paralelas redobla este interés al convertir en protagonistas a dos madres de generaciones diferentes, Janis (Penélope Cruz) y Ana (Milena Smit), que coinciden en una sala de partos y, a partir de aquí, ven sus destinos entrelazados. El manchego demuestra una vez más su sensibilidad para coger universos exclusivamente femeninos en los que las mujeres crean lazos de ayuda mutua y a la vez se relacionan de manera diversa, no siempre modélica, con el hecho de ser madres. El film gana tensión cuando Janis toma conciencia de un error fatal y se abre la puerta a conducir el melodrama hacia su vertiente más extremo, otro de los grandes talentos de Almodóvar. Pero aquí el director prefiere moverse en otro registro. Madres paralelas entrelaza las tribulaciones personales de Janis con otra historia, de ámbito colectivo y ligada a la ignominia de las fosas de la Guerra Civil.

El cineasta ha decidido abordar las dos tramas desde una perspectiva conciliadora y didáctica. Una decisión comprensible desde un punto de vista político pero que acaba jugando en contra del film. Porque el dilema que vive el personaje de Penélope Cruz pedía a gritos una resolución más penetrante, y la evolución de su vínculo con el personaje de Smit se ajusta más a las tendencias en el discurso mainstream (como la camiseta con lema feminista que luce Penélope Cruz) que a la inquietud para explorar a fondo la creación de núcleos familiares no heteronormativos. Por otro lado, el segundo plano en el que queda durante la mayor parte del metraje la trama alrededor de la memoria histórica hace que, cuando al final se retoma la cuestión de la apertura de las fosas, su capacidad para generar una necesaria catarsis emocional sea más exigua. El film más político de Almodóvar también es el más correcto en exceso.