Belén Aguilera: "La industria musical es el reflejo de un mundo machista"
La cantante barcelonesa presenta el disco 'Anela' en el Sant Jordi Club con las entradas agotadas
BarcelonaLa cantante Belén Aguilera (Santa Coloma de Gramenet, 1995) ha hecho de su evolución personal una narrativa artística. La conocimos frágil y vulnerable en Como ve, no siempre he sido mía... (2020), y la vimos crecer hasta una posición de fortaleza y reivindicación con Superpop (2022). Ahora, con Anela (Sony, 2025), da un giro inesperado y se construye un refugio místico y surrealista para procesar el mundo. Este nuevo álbum conceptual nace de los sueños, de la filosofía y de la naturaleza, y se aleja de la literalidad para abrazar la metáfora y la poesía. Es un trabajo que consolida un sonido propio, más electrónico y experimental, fruto de un proceso creativo que le ha obligado a romper sus miedos ya componer por primera vez lejos de casa, en un estudio y rodeada de gente. Hablamos con ella de este nuevo universo, del miedo al juicio externo y de las dificultades de navegar una industria que, como la sociedad, sigue siendo un reflejo del machismo. Aguilera presenta Anela en el Sant Jordi Club el sábado 8 de noviembre, con las entradas agotadas.
Parece que estás ahora en la era más fantasiosa. ¿Es así?
— Sí, creo que es mi etapa más idílica, surrealista y abstracta. El vocabulario que me salió escribiendo estas canciones, no de forma intencionada, me llevaba a un universo muy místico y onírico. Es un mundo imaginario que se ha ido construyendo sin forzarlo.
Musicalmente, este disco es un paso más allá. ¿En qué has querido arriesgar?
— Lo que buscaba era una consolidación sonora, encontrar un sello propio sin limitarme a un género concreto. En proyectos anteriores me había adaptado a un estilo, hacía pulpo, baladas, electrónica... Ahora he hecho lo contrario, he adaptado la música a mí. Quería que, pese a la variedad de estilos, sonara compacto y mío. Por eso he explorado más, buscando riqueza estilística y experimentación.
¿Cuánto hay de Belén persona en este mundo de fantasía? ¿Sigue siendo un disco autobiográfico?
— Al 100%. Soy muy autobiográfica en todo lo que hago. Aunque deje de estar yo en el punto de mira, las canciones son igual de personales, simplemente están contadas de otra forma. También ha influido mucho en que el proceso de creación ha sido completamente distinto.
Dices que eres una "people pleaserpero al mismo tiempo dices que en el arte haces lo que quieres. ¿Cómo gestionas la presión de los fans y las expectativas?
— Me angustia mucho no cumplir las expectativas, pero, al mismo tiempo, en la creación artística es el único espacio en el que soy auténtica y hago lo que me da la gana. Este miedo a no complacer me ha afectado más a mi vida personal. En el ámbito artístico, como respuesta, es donde más me atrevo a jodermela. Soy muchopeople pleaser, pero también muy rebelde. Y esa vena la canalizo a través de la música.
¿Lees las críticas y los comentarios en las redes?
— Bastante. Intento no escarbar demasiado, sobre todo cuando no estoy bien. Pero cuando sacas un proyecto, quieres saber qué piensa la gente. Intento hacerlo cuando me siento bastante fuerte. Al final, debes aprender que esa gente no te conoce, no habla de ti. Una canción puede agradar más o menos, no puedes agradar a todo el mundo. Mientras yo esté orgullosa del trabajo y del cariño que he puesto, ya está.
¿Cómo es ser mujer en la industria musical?
— Es una mierda. Pero siento que es importante entender que no es un problema exclusivo de la industria musical. El mundo es machista. Las mismas dificultades que tiene una mujer en cualquier ámbito se replican en la música. Las exigencias son mayores, los abusos están estadísticamente muy presentes. Es el reflejo de un mundo machista, sólo hace falta ver las estadísticas, hablan por sí solas.
¿Esta realidad machista se agrava con la fama?
— Sí, claro. Yo, viniendo de un pueblo –se crió en Mataró–, he podido estar allí una persona conocida y ahora tener una vida pública más amplia. Como mujer tienes las mismas consecuencias, pero si te conoce a más gente, estas consecuencias pueden ser peores. Cuando hablo de estos temas con mis amigas, da igual que yo sea famosa y ellas no. Es siempre la misma mierda.
¿Y cómo afecta todo esto, la fama y la presión, a tu salud mental?
— Por suerte, mi éxito no ha sido una cosa de un día para otro, ha sido todo muy gradual. Y, sobre todo, siento que mi círculo me hace estar mucho con los pies en el suelo y me mantiene muy sana mentalmente.
¿Hay algún artista catalán que sigas o con quien te gustaría colaborar en el futuro?
— Sí, hay varios. Justamente el otro día mencionaba la Maria Hein, que me gusta muchísimo lo que hace y se me cae muy bien. También Silvia Pérez Cruz y Marina Herlop son artistas que admiro mucho.
Y después de esa era onírica, ¿qué vendrá?
— No sé. Mi carrera ha sido siempre un reflejo de mi proceso vital. Ahora estoy en esta etapa más fantástica, pero quizá en unos años vuelvo a un registro más crudo. Mi historia es un final abierto. Sólo sé que seguiré buscando honestidad.