"Dejamos L'Auditori en un muy buen estado de forma"
Robert Brufau cierra la etapa como director del equipamiento presentando la temporada 2025-2026, que tiene como eje el concepto renacimientos
BarcelonaRobert Brufau (Mollerussa, 1980) habla pausadamente, con serenidad, incluso con frialdad. Quizás por contener una emoción comprensible. Tiene el aval de haber hecho bien las cosas después de siete años como director de L'Auditori de Barcelona, la institución musical pública más importante del país, tanto por el volumen de la actividad como por los compromisos patrimoniales y de apoyo a la nueva creación que debe cumplir estatutariamente. El 1 de julio deja el cargo por asumir la dirección de programación de la Konserthuset y la Orquesta Real Filarmónica de Estocolmo. Podía haberse despedido con un acto informal, por hacer balance relajadamente. Prefirió insertar el adiós en la presentación de la temporada 2025-2026 de L'Auditori. Lo ha hecho ante la prensa en el escenario de la sala 2 y rodeado del equipo que le ha acompañado en la preparación del curso, cuyo hilo conductor es el concepto de renacimientos.
"Dejamos L'Auditori en un muy buen estado de forma", dice Brufau, que tras explicar los rasgos generales de la temporada, da la palabra a Marta del Olmo, jefe del servicio educativo; Jordi Alomar, director del Museo de la Música; Verònica Rodríguez, jefe de programación y producción, y Santi Barguño, programador artístico y jefe del sello discográfico. También intervienen, en vídeo grabado, los directores de la OBC y de la Banda Municipal, Ludovic Morlot y José R. Pascual-Vilaplana, respectivamente. "Habrá más de 500 conciertos, 6 festivales, 15 ciclos, 11 estrenos mundiales, 15 estrenos nacionales, 65 obras patrimoniales, 9 encargos...", detalla. Y obras de "36 compositores y compositoras catalanas", como Juli Gareta, Eduard Toldrà, Leonora Milán, Benet Casablancas, Joan Magrané y Salvador Brotons.
La puesta en escena transmite la importancia del trabajo en equipo. Y el relato de Brufau se proyecta hacia el futuro, la próxima temporada, a la vez que sirve para recordar los méritos acumulados. Por ejemplo, cuando explica que la OBC volverá a actuar en la codiciadísima Elbphilharmonie de Hamburgo, hace notar el crecimiento que ha experimentado la orquesta, una mejora a la que también ha contribuido la reforma acústica de la sala principal, un proyecto que había que haber hecho mucho antes. La OBC inaugurará la temporada con la Novena de Beethoven, y más adelante abordará la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorak, la Fantástica de Berlioz, el Concierto para orquesta de Bartók... Y además de Alemania, viajará a Madrid para participar en la temporada de Ibercamera bajo la dirección de Jonathan Nott, y realizará un intercambio con el Euskadiko Orquesta. También saca pecho de la política de grabaciones de la OBC, especialmente de los discos dedicados a Ravel, y de los más de 450.000 oyentes mensuales en Spotify. Y, claro, de la determinación con la que ha defendido la igualdad de género, "sobre todo en el podio de la orquesta": en el curso 2025-2026, además de Stephanie Childress como directora invitada, estarán Eun Sun Kim, Giedre Slekyte y Anja Bihlmaier.
Con la Banda Municipal, "el orgullo de la casa", admite que hace siete años ya estaba en un punto muy alto, así que más que atribuirse ningún mérito, Brufau prefiere entusiasmarse ante el 140 aniversario de la formación y una programación que incluirá "un encuentro histórico" con el encuentro histórico de 'con el encuentro histórico' de Héctor Parra, Elisenda Fàbregas, Albert Guinovart y Marc Timón. En un caso parecido está el servicio educativo, otro orgullo de la casa desde que Joan Oller fue director de L'Auditori entre 2001 y 2011. "Lo he aprendido todo en L'Auditori. Llevo casi dieciocho años y he hecho todos los papeles del auca. Ha sido un aprendizaje constante", ha dicho Brufau quizá en la presentación la emoción.
En general, Brufau sí puede presumir en primera persona del impulso que ha dado a la nueva creación, a las propuestas híbridas y al jazz y al pop de perfil menos convencional. Es decir, a una modernidad que un equipamiento como L'Auditori no podía rehuir porque, aunque la respuesta del público no siempre sea la esperada o no se acierte en la propuesta, tiene la responsabilidad como institución pública, al igual que debe ser constante en la recuperación patrimonial y más diverso en la programación de cámara y música antigua. "Hemos logrado prestigiar el equipamiento con modernidad, y esperamos que esto quede para siempre en el ecosistema musical del país", ha dicho confiando en que su sucesor, Víctor Medem, mantenga esta singularidad.