Alfred García: "Me enamoro en catalán y quiero en catalán"
Músico. Publica el disco 'Te amo se te quiero'
BarcelonaLa rumba y el delta del Llobregat empapan el disco nuevo de Alfred García (El Prat de Llobregat, 1997). Te quiero se te quiero (Música Global, 2025), y es el primero del músico pratense en el que la mayoría de las canciones son en catalán.
En el disco nuevo el paisaje de El Prat de Llobregat es más relevante que en álbumes anteriores, ¿verdad?
— Este disco, como mi primer libro de poesía y todo mi imaginario creativo, parte de unos rincones geográficos concretos. Son los espacios naturales del delta del Llobregat, especialmente los de mi pueblo natal, El Prat de Llobregat. Siempre me ha inspirado mucho, porque forman parte de mi vida desde la infancia. El Prat es uno de los lugares que más me inspiran a la hora de componer y crear. Es un espacio donde puedes esconderte. De hecho, tiene muchos rincones escondidos que nunca diré porque, si no, perderían la magia.
Sí puedes hablar de la casa Gomis, en la Ricarda, que es donde has filmado el videoclip de la canción Estrella.
— Puede hablarse, y además ahora mismo se puede reivindicar. El videoclip deEstrella que hemos hecho con Álvaro Soler ha sido la primera obra que se ha hecho después de que el ministerio de Cultura comprara la casa Gomis, que será como un museo dedicado a obras y exposiciones culturales que tengan que ver con el medio ambiente, y sobre todo relacionadas con el equilibrio de la arquitectura y la naturaleza.
¿Cómo es la experiencia de estar en la casa Gomis, tan cerca del aeropuerto?
— El aeropuerto está a 400 metros de la casa Gomis y del paseo de la playa... Los de El Prat, el ruido del aeropuerto ya lo tenemos interiorizado. Forma parte del hechizo al que estamos sometidos los pratenses. Y también es una parte inspiradora. Siempre se habla del aeropuerto como algo más bien negativo, pero lo cierto es que también nos ha hecho ser quienes somos; tenemos un músculo cultural y de infraestructuras muy potente gracias también al aeropuerto. Y mi imaginario artístico se define en gran parte por los aviones y por el aeropuerto, porque esta dualidad entre los espacios naturales verdes del delta y de la playa con, digamos, el asfalto y los grandes pájaros metálicos, forma parte de nuestro paisaje, de nuestro horizonte.
Has hecho un disco en el que la rumba catalana tiene una presencia notable. Hay un tema que lo es explícitamente, Rumba catalana, pero el rastro es presente en la mayoría de las canciones.
— La rumba catalana forma parte de mi vida. Hasta ahora, de forma privada. Mis tíos, Pepe y Toni, tenían una banda llamada Rumba Brava. Toni también fue representante de grandes figuras de la rumba y del flamenco, y fue mi mánager durante un año cuando salí de la academia de'OT. Me ayudó mucho, me hizo aprender mucho. Y mi tío Pepe fue la persona que me crió mientras mis padres trabajaban, junto a mi tía Cinta. Mientras yo crecía, él me enseñaba la música con la guitarra flamenca y sus repertorios, tanto de rumba como de flamenco y de folclore latinoamericano, de Los Panchos o Los Tigres del Norte. Es una influencia que ha estado escondida hasta ahora, no por un tema de vergüenza, sino de respeto, por el género y porque en mi familia todos son expertos en rumba. Por eso me he tomado tiempo para que, como la primavera, brotase la rumba en mí. He disfrutado mucho. Ya había tenido alguna aproximación con Crema de la noche, la canción con Txarango, que tenía una cadencia más rumbera. Pero sí, la rumba ahora es parte no sólo de mis genes y de mi ADN, sino de mi discografía.
Txarango es la referencia melódica de la canción que haces con Carlos Sadness, Mi destino.
— Sí. Txarango ha sido el gran icono del mestizaje, quizás el último icono del mestizaje tal y como lo entendemos dentro del marco de Manu Chao, Macaco, Amparanoia y Ojos de Brujo. Creo que han dejado un legado imborrable, no sólo en la escena catalana, sino en la escena del mestizaje mundial.
Terminas el disco con Siempre así, una balada con piano que hiciste con el Ainoa Buitrago y que no tiene nada que ver con el resto del álbum.
— Siempre así la compuse con Ainoa Buitrago en 2022, cuando terminó mi relación con mi compañera de entonces. Era una canción que expresaba sobre todo aquella cosa de querer mantenerse siempre de la misma manera con una persona, que el tiempo no pase cuando estás con ella. que ese día estaba Jorge Drexler haciendo una masterclass con unos chicos; le enseñamos el tema y le encantó. Me dijo: "Esta la publicarás, ¿verdad?" Yo no lo tenía claro. Y fíjate que en un disco de rumba, esta canción se infiltra, pero creo que tiene mucho sentido acabar el disco con esta canción, no es algo hecho al babalà, sino que tiene mucho sentido con lo que vendrá después.
¿Qué vendrá después?
— Esto es algo que dejaré en un final abierto.
Pues manos a la obra con las certezas. Hay más catalán que nunca en un disco tuyo. ¿Cómo te has encontrado? ¿Ha sido la rumba catalana que te ha llevado al catalán o simplemente te ha salido así?
— El catalán forma parte de mi vida desde que nazco. Con mi madre hablo en catalán y con mi padre en castellano. hermana. Esto también ha dejado una marca importante dentro de mi obra, sobre todo en el primer poemario de antipoesía y poesía contracultural, que sorprendió tanto cuando lo saqué porque todo el mundo me tenía por un cantautor amable, pero encontraron versos espinosos El catalán ha estado presente en la rama materna de mi familia sido un fundamento básico en mi escritura en catalán como poeta y como cantautor. Te quiero se te quiero, sale de un diálogo con ella, que me preguntó: "¿Qué es te quiero?". A raíz de esto me di cuenta de que da igual si me enamoraba de una persona que hablaba en castellano, en inglés, en ruso, en francés o en italiano. Al final, me enamoro en catalán y quiero en catalán. Además, ha coincidido con un momento en el que el equipo con el que estoy actualmente va muy a favor de que mi carrera se pueda desarrollar también en catalán.
¿Cuál es el mejor recuerdo que tienes relacionado con la música?
— No podría quedarme con uno, sería injusto. Pero seguramente sería la última vez que compuse una canción.
¿Y algún recuerdo, también relacionado con la música, que te gustaría olvidar?
— Hay algo que no es que haya que olvidar, pero sí necesitamos que no vuelva a ocurrir: todas esas muertes tan antinaturales que hemos tenido en el mundo de la música, una industria que se ha vuelto salvaje. Pienso en artistas como Amy Winehouse, Michael Jackson, Kurt Cobain, Antonio Vega, Antonio Flores, Camarón... Son artistas que, desgraciadamente, se fueron demasiado pronto. Ahora que hablamos tanto de salud mental y de salud emocional, y que se habla tanto de psicología, deberíamos acompañar mejor a los artistas. Es esencial cuidar al artista porque trabaja con las emociones y es muy frágil. Al igual que los cuadros se transportan con unas seguridades para que no les pueda pasar nada, habría que cuidar mejor a los artistas. Los artistas somos como cuadros o como jarrones de estos de una cerámica impecable. Somos muy frágiles.