Música

"En las Españas siempre dicen: «Loquillo, el artista catalán nacido en Barcelona»"

El cantante revisa su cancionero con artistas invitados en el disco 'Corazones legendarios', y actúa en el Sant Jordi Club

Barcelona"Tuve mucha suerte, porque me caí sobre la cama después del concierto. Si me hubiera pasado al escenario...", recuerda José María Sanz, Loquillo (Barcelona, ​​1960). Una arritmia grave le llevó al quirófano. "Había llegado a las 147 pulsaciones. Suerte de los médicos de la Universidad de Navarra", añade. Es lo primero que cuenta una vez sentado en una mesa del restaurante Speakeasy de la coctelería Dry Martini de Barcelona. Cuando tienen que hablar con la prensa, los artistas intentan a menudo quedar en espacios confortables que les transmitan calidez y seguridad emocional. A Dry Martini le sirven la bebida que quiere sin pedirla. "Quiero que hagamos la entrevista en catalán. Necesito hablar en catalán porque donde vivo [el País Vasco] no puedo hacerlo –dice–. Cuando voy por las Españas y por el mundo, siempre dicen: «Loquillo, el artista catalán nacido en Barcelona»".

Tiene ganas de hablar del disco Corazones legendarios (Warner, 2025) en la que ha invitado a una veintena de artistas a cantar con él algunas de las canciones más representativas de su trayectoria. La selección es bastante heterogénea: Miguel Poveda, Ismael Serrano, Andrés Calamaro, Bunbury, Raphael, Manolo García, Miguel Ríos, Nacho Vegas, Ramoncín, Kutxi Romero (Marea), Dani Martín, Alaska, Leiva... También quiere charlar del concierto que hará en el Sant Jordi Club. Sin embargo, la conversación empieza por la salud y la muerte.

Cargando
No hay anuncios

Uno de los artistas que aparecen en el disco es Jorge Ilegal, del grupo Ilegales, que falleció por un cáncer el 9 de diciembre, un día antes de la muerte de Robe Iniesta, el líder de Extremoduro. El vértigo generacional es inevitable. "Es un duro golpe. Ambos representaban una manera de entender la vida. Eran unos personajes salvajes que hacían de la experiencia personal todo. Si no vives es imposible contar historias", asegura. Con Jorge Ilegal tenía una amistad que venía de lejos. "Estuvimos en la misma discográfica y compartimos de todo, barbaridades y también momentos de mucha grandeza personal", dice antes de apaciguar la emoción explicando algunas anécdotas mundanas. Una sobre soldados de plomo. "Jorge era un gran coleccionista de miniaturas, y me logró unas piezas que me faltaban, unos soldados de la Guerra de la Independencia. Y también unas figuras de los Thunderbirds", dice. La otra anécdota ilustra muy bien cómo se hacían algunas cosas en Barcelona: "Una vez le robaron las guitarras porque Jorge había aparcado el coche donde no tocaba. Me llamó, y todo el submundo de la ciudad se puso a buscarlas. Las encontramos".

Para cantar en el álbum, Loquillo convocó a artistas de diferentes generaciones y afiliaciones estéticas. Hay compañeros de quinta, pero también que son mayores y jóvenes. Y cada colaboración tiene algo que ver con él, directamente o por influencia. Por ejemplo, Manolo García, que canta Rompeolas. Manolo y Quimi [Portet] nos dieron la primera oportunidad a Loquillo y los Trogloditas. Ellos habían creado una discográfica independiente, Discos Kriminales, y en 1983 entramos en un estudio y grabamos la primera versión de Vaqueros del espacio. El disco no salió porque el sello tuvo que cerrar, pero con ese máster fui a Madrid... Si no hubiera sido por Manolo y Quimi, no habríamos llegado", recuerda. Por eso invitar a Manolo García es una manera de agradecerle que un día le abrió "la puerta de casa".

Cargando
No hay anuncios

Un disco

En el disco, a Miguel Poveda, a quien Loquillo considera "el artista más importante que hay en estos momentos en España", le abre la puerta de No volveré a ser joven, el poema de Jaime Gil de Biedma adaptado por Gabriel Sopeña. A Nacho Vegas le invita a La edad de oro, y aprovecha la conversación para explicar el hilo que une a Loquillo con el músico asturiano. "Nacho es muy fan de Phil Ochs, y yo soy el coleccionista de Phil Ochs más importante de España. Mi primer disco, Los tiempos están cambiando, se titula como la canción de Bob Dylan, que también la versiono en el disco, pero está dedicado a Phil Ochs. Cuando tenía 13 o 14 años, vi la portada del disco Y ain't marching anymore (1965), con aquel tipo sentado en el suelo. No sabía quién era Phil Ochs, pero robé el disco en El Corte Inglés. No acababa de entender las canciones, pero me fascinó", explica. Eran tiempos de aprendizajes intuitivos, como cuando descubrió al poeta Dylan Thomas. "Pensaba que era un músico, como Bob Dylan, y fui a una tienda de discos... Finalmente, me dijeron que era un poeta galés y fui a las cosas, pero fui a una libro, pedir un poemario a una editorial argentina", recuerda.

Cargando
No hay anuncios

Otras colaboraciones responden a la necesidad de Loquillo de conectarse con referentes. Es lo que ocurre con Raphael, que canta Volundad de bien. "La conexión con la canción francesa y con Jacques Brel es absoluta. En este sentido, lo único que se puede comparar con Rapahel es Ovidi Montllor. ¡Esta colaboración ha sido un regalo de los dioses!", exclama.

Cargando
No hay anuncios

No falta la conexión con Barcelona, ​​obvia en temas como Cadillac solitario, interpretada con Bunbury. "Soy el artista que más canciones ha dedicado a la ciudad de Barcelona", insiste. Sin embargo, en el disco no incluye Barcelona ciudad. "Hay dos canciones que me cuesta mucho tocar en directo. Una es Un accidente de circulación, porque cuando lo acabábamos de hacer murió en un accidente de tráfico Eduardo Benavente [del grupo Parálisis Permanente], y trae gafe. Y la otra es Barcelona ciudad. La compuse en el puerto de Barcelona, ​​en el barco Castilla. Estaba haciendo la mili y cuando estaba a punto de desembarcar para gozar del permiso, me dijeron que tenía guardia y que no podía pisar la ciudad", dice recordando la frustración del momento.