Els Catarres: "No es nada fácil tener un grupo de música, aunque pueda parecer otra cosa"

BarcelonaLos Catarres llegan al decimoquinto aniversario con el disco Paracaidistas (Halley Records, 2025), y cierta paz. Siguen salpicando algunas canciones con ritmos electrónicos, pero mantienen la fidelidad a la instrumentación convencional y se miran de lejos las llamadas músicas urbanas. Hablan Roser Cruells, Jan Riera y Èric Vergés unos días antes de poner en marcha una gira que comienza el 4 de mayo en las escaleras de la catedral de Girona, dentro de la programación del Festival Strenes.

¿Os había planteado algún reto con este disco?

— Jan Riera: En los procesos de creación siempre nos atascábamos con las letras, porque había mucha música y pocas letras. Y esta vez nos planteamos hacerlo a la inversa: escribir mucho y después buscar la música.

— Èric Vergés: Era un reto porque lo habíamos hecho muy poco con Els Catarres. En el disco hay canciones con mucha letra, como La fortuna. Y una vez empiezas a trabajar así, generas material de forma diferente.

¿La fortuna ¿es una canción que se debían a ustedes mismos como grupo?

— Roser Cruells: Representa muy bien el espíritu del grupo, que siempre es mirar lo positivo de las cosas. Y también es una oda a todas las personas que nos han seguido y nos acompañan en nuestro día a día, que nos hacen la vida más bonita, más fácil.

— È.V.: A partir de cierto punto empiezas a ver que la vida de lo que va realmente es cultivar las relaciones humanas, las experiencias, los sentimientos, las emociones. Y al final del camino, espero que dentro de muchos años, puedas decir que ha merecido la pena.

Dice que esto vuestro no es un golpe de suerte, pero ¿ha tenido nunca la sensación de que el grupo ya no era algo que disfrutase, sino una herramienta para ganaros la vida?

— RC: Yo no.

— È.V.: No, porque ya lo habríamos dejado, porque no es fácil tener un grupo de música, aunque pueda parecer otra cosa. Hay muchas tensiones. Obviamente, no siempre es fácil, no siempre ganas dinero. Y si lo haces es porque realmente te gusta mucho.

— JR: Tiene que apasionarte. La gente sólo ve que estamos tocando, pero hay mil cosas detrás: los diseños, el merchandising... Son 15, las nóminas. Y si no te apasiona, al final es una mierda.

¿La fortuna ¿la hizo en clave de rumba catalana porque la letra lo pedía?

— È.V.: La letra salió yendo de excursión, y musicalmente la intenté vestir de muchas formas. Se me ocurrió la rumba catalana un día que estaba escuchando al Gato Pérez. Siempre hemos escuchado rumba catalana, aunque todavía no la habíamos hecho nunca, y le iba muy bien. También pudo ser más EDM o más rock'n'roll, pero la idea era no repetir estilos.

La otra cara de La fortuna es A tomar por el culo, que sí tiene un sonido de EDM [electronic dance music] épico.

— RC: Creo que comparten el ámbito conceptual. La fortuna es una oda a la gente que está a tu lado.A tomar por el culo habla de una superación con la gente que tienes a su lado.

— JR: Musicalmente, es una canción indie que se fue engorrando. la conclusión es que en realidad me estás diciendo que "a tomar por el culo".

¿Es mucho tener letras en el cajón?

— È.V.: Yo tengo muchas, pero en Gmail. No soy tan romántico como él, que tiene muchas libretas.

Hablábais de intentar hacer cosas diferentes dentro del mismo disco, y dos muy diferentes son la canción con Roger Mas y la que hizo después con Massilia Sound System.

— È.V.: A Roger se lo propusimos, y enseguida dijo que sí. Fue estupendo, y le da un peso especial a la canción porque es una persona con mucha entidad. Es un lujo tener a alguien como él cantando letras nuestras. Y desde otro punto de vista, Massilia Sound System es también mítico para nosotros, que habíamos ido a Francia a verlos hace años. Quizás no les debe conocer mucha gente aquí, pero nos da igual. Es algo que queríamos hacer, cómo hacer uno check en la vida.

Este año toque tanto en el Cabró Rock como en el Canet Rock. ¿Qué diferencia existe entre estos dos festivales?

— È.V.: Bien, el Canet son muchas horas y el espacio es muy grande, aunque el Cabró también ha crecido.

— JR: Es de agradecer que en un país como Cataluña haya dos festivales como estos dedicados casi en su totalidad a la música en catalán. La principal idiosincrasia del Canet Rock es que es una tralla de 12 horas...

— È.V.: No sé cómo aguanta la gente, es increíble. Y algo curioso es que hay gente muy joven cantando canciones de grupos que llevamos 10 o 15 años, que dices: "¡Si debías de tener dos años cuando empezábamos nosotros, o habías nacido!"

Hizo una colaboración con los Figa Flawas, pero en realidad no ha mordido mucho las músicas urbanas.

— È.V.: Es que no nos toca a nosotros. No nos toca por generación, y creo que por gustos tampoco mucho. A veces incorporamos elementos para que nos parezcan interesantes, pero siempre desde un punto de sinceridad. Nunca lo haríamos de la vida para intentar ensamblarnos a una ola que no es la nuestra. Creo que no les gustaría ni a nuestros seguidores.

¿Recuerda qué música escuchaba hace quince años?

— RC: Más o menos la misma que ahora.

— JR: En esa época escuchaba mucho a Jovanotti. Sí, el rock italiano me gustaba mucho: Jovanotti, Vasco Rossi. Y Extremoduro me gustaba, y me gusta mucho.

— È.V.: Yo de todo: metal, rap, los Beatles, Antònia Font...

— RC: Hace 15 años estaba mucho de La Troba Kung-Fú. También escuchaba cosas de jazz, y grupos que nunca han pasado de moda como Green Day, que debo escuchar desde que tenía 8 años.

¿Y ahora qué música le dice Spotify que escucha?

— RC: Apenas escucho música.

— È.V.: Yo sobre todo metal. Ahora estoy con Bad Omens y Sleep Token.

¿Cuál es el mejor recuerdo que tiene relacionado con la música? ¿Y cuál es el recuerdo que le gustaría olvidar?

— JR: Nos han pasado cosas muy bonitas, pero te diría conocer a Lluís Llach y que grabe una canción con nosotros.

— È.V.: Uno de los mejores recuerdos que tengo de la música es de un momento que me marcó mucho: cuando teníamos 16 años y salimos del instituto para ir en tren a Barcelona a un concierto del grupo sueco Millencolin. Estaba en la Sala Razzmatazz, cuando aún se llamaba Zeleste [en el 2000]. Fue una experiencia totalmente nueva para nosotros, y flipamos. Fue como: "¡Uau, es eso! Esta es la energía que debes desprender en un concierto".

— RC: La música me ha acompañado toda la vida, sin pensar que me iba a dedicar a ello. Siempre ha estado superpresente, desde que era muy pequeña cuando mi padre nos tocaba canciones que él había hecho para mi hermana y para mí. Y el mejor recuerdo de Els Catarres, quizás también el de Lluís Llach: fue como ver a una persona que tiene algo muy mágico. Nunca me había pasado con nadie.

Y el recuerdo para...

— JR: El anuncio de Barcelona Neta: "Tan limpio es quien limpia como quien no ensucia". No la hicimos nosotros, la canción, pero la cantábamos.

— È.V.: No triunfó como el de las Mamzelles con elEnvase donde vas.

— JR: Quizás uno de los peores momentos de Els Catarres fue cuando Èric se quedó afónico al final de gira de Todos mis principios en el Sant Jordi Club, en noviembre de 2019.

— È.V.: Sí, ese momento fue bastante horrible, pero lo salvamos y continuamos el concierto al cabo de un rato. Llevábamos todo el año aprendiendo ese concierto con una orquesta y tal, y supongo que todo ello también nos cargó mentalmente.