Música

La sala Bóveda cancela los conciertos por una denuncia por ruido y acusa a "un especulador inmobiliario"

El denunciante considera que el local de Poblenou tiene "unas instalaciones ruinosas y totalmente desfasadas que incumplen la normativa"

BarcelonaLa sala Bóveda, situada en la calle Roc Boronat de Barcelona, ​​ha cancelado todos los conciertos después de recibir una denuncia por ruido. Según informa la Asociación de Salas de Conciertos de Cataluña (Asacc) a través de un comunicado, el Ayuntamiento también ha notificado a Bóveda una orden de precinto a partir del 26 de noviembre. La sala, que se inauguró en 1992 y está especializada en música rock, explica que nunca habían tenido ninguna incidencia con los vecinos. La denuncia por ruido la ha presentado la nueva propiedad de un local comercial de un edificio cercano, ubicado en la calle Ramon Turró. Según el Asacc, este local "se está utilizando como alquiler temporal de habitaciones numeradas, con zonas comunes y tráfico constante de inquilinos sin que conste ninguna cédula de habitabilidad".

Luis Rojas Ruiz, el representante de la propiedad pidiendo, desmiente la versión del Asacc. "No es cierto que sea un local destinado al alquiler vacacional", dice Rojas Ruiz, quien asegura que se trata de "una vivienda con la correspondiente cédula de habitabilidad que hasta septiembre de 2024 ha sido ocupada por la propietaria, que no es ninguna especuladora, y su familia (cuatro menores de edad)", y que entonces decidió alquilar la vivienda "porque no podía vivir más en las actuales circunstancias, y esperando a que se solucionara el problema".

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A partir de la denuncia, la sala Bóveda llevó a cabo medidas sonométricas para comprobar el impacto acústico de los conciertos. En horario de concierto –que terminan habitualmente a las once de la noche, afirman– se producen picos provocados por la batería que superan los límites establecidos por la normativa. "Nunca habían ocasionado ninguna molestia, porque era totalmente compatible con la actividad y el horario comercial de unas oficinas", dice el comunicado de Asaac. La actividad con música grabada de la sala, que puede alargarse hasta las seis de la mañana, no supera los límites de sonido establecidos por la normativa.

De momento la sala ha renunciado a la actividad de conciertos y de música en directo para evitar el cierre total del local. En paralelo, ha presentado una denuncia contra la propiedad del edificio, que "está ejerciendo una actividad especulativa no permitida y que no se ajusta a la licencia". Asacc lamenta la situación provocada por "la denuncia de una sola persona recién llegada" y recuerda que la sala "se ha visto obligada a cancelar más de 70 conciertos ya programados" y reivindica la actividad cultural de Bóveda, " con una programación musical estable con bandas locales e internacionales". La asociación considera que esta situación evidencia cómo la cultura "se ve amenazada por la especulación inmobiliaria, la gentrificación y el incumplimiento sistemático de las ordenanzas en cuanto al uso de las viviendas como alquileres de habitaciones temporales".

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Según el denunciante, el problema no es tanto la actividad de la sala Bóveda como el hecho de tener "unas instalaciones ruinosas y totalmente desfasadas que incumplen la normativa y causan perjuicios a unos vecinos que no pueden descansar de forma normal ". "Eso es lo que es determinante, y no el tipo de contrato de la gente que vive en la vivienda. Centrar la cuestión en esto último es demagogia, victimismo y mala fe", dice Rojas Ruiz.