BarcelonaDos incendios, uno en la mezquita de Córdoba (Andalucía) el viernes por la noche y otro domingo en el paraje de Las Médulas (Castilla y León), donde se encuentran los restos de una explotación de oro de los siglos I-III, han puesto en alerta a los expertos y amantes del patrimonio. Se trata de dos de los cincuenta conjuntos del Estado inscritos en la lista del Patrimonio Mundial de la Unescopero eso no les ha hecho inmunes a las llamas.
En el caso del monumento andalusí del siglo XIII, que recibe 2 millones de visitantes al año, sus gestores aseguran que se disponía de un protocolo antiincendios que funcionó: los bomberos llegaron en seis minutos y apagaron el fuego en tres horas. La mezquita no ha cerrado ni un día a sus visitantes. Lo que pudo ser un desastre ha quedado en un susto, una restauración que costará 1 millón de euros y que abonará exclusivamente el cabildo catedralicio. Sin embargo, a la espera del informe técnico definitivo, los expertos cuestionan la idoneidad de tener un almacén de limpieza en el edificio y las críticas se centran en pedir una gestión más transparente del monumento, es decir, con participación pública.
En el caso de Las Médules, una de las grandes obras de ingeniería del Imperio Romano, el fuego no ha llegado a tocar las minas subterráneas romanas, pero sí ha arrasado un paraje natural que formaba parte del conjunto monumental, que es fruto justamente del uso del agua para hundir montañas. De hecho, el fuego ardió incluso el aula arqueológica del parque, aparte de castaños centenarios, miradores, galerías y lagunas. Cada año recibían a 200.000 personas, que ahora verán un paraje de cenizas. Las críticas se centran en la carencia de prevención forestal.
El responsable: el titular
Ambos accidentes ponen de manifiesto la dificultad de proteger monumentos y espacios que tienen el máximo reconocimiento por su valor patrimonial. Sobre el papel, todos los conjuntos incluidos en la lista de la Unesco deben tener un plan de gestión que incluya la conservación y valorización del patrimonio y también un plan de riesgos y emergencias conforme a la normativa de cada país. "Todos tienen un plan de evacuación, pero no todos los sitios que son Patrimonio Mundial tienen un plan de emergencias para salvaguardar patrimonio", avisa el profesor de la Universidad de Barcelona Jordi Tresserras, experto en gestión del patrimonio cultural, miembro de ICOMOS Internacional y asesor de la Unesco. En el caso de Las Médulas afirma que no se ha llegado a desplegar a tiempo porque han cambiado de modelo de gestión recientemente.
El ministerio de Cultura es quien coordina el Plan Nacional de Emergencias en Patrimonio Cultural –que, de hecho, se activó inmediatamente el sábado por el incendio de la mezquita–, pero las competencias sobre Patrimonio Mundial están delegadas en las comunidades autónomas. La dirección general del Patrimonio Cultural de la Generalitat asegura que "los monumentos catalanes que forman parte de la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco tienen planes de prevención de incendios" porque es un requisito "para obtener la licencia de actividad del inmueble" y que, además, "cada equipamiento tiene un plan de gestión que monitoriza el estado de conservación del inmueble y detalla las medidas de conservación". Patrimonio confirma al ARA que está trabajando con el Centro de Restauración de Bienes Muebles y Bomberos de la Generalitat para elaborar "un protocolo que establezca pautas generales para la protección del patrimonio frente a riesgos".
Los conjuntos catalanes que forman parte del Patrimonio Mundial
Monasterio de Santa María de Poblet (1991)
Palacio de la Música/Hospital de St. Paz (1997)
Arte rupestre del arco mediterráneo de la Península Ibérica (1998)
Conjunto arqueológico de Tarraco (2000)
Iglesias del Valle de Boí (2000)
Obra de Antoni Gaudí (1984-2005)
Aunque es la comunidad autónoma quien debe supervisar que se cumplan los requisitos de la Unesco, "la responsabilidad de velar por la conservación del monumento es del titular, que es su gestor", explica Tresserras. Formar parte del Patrimonio Mundial no implica recibir ayuda alguna de la Unesco; "un bien básicamente recibe obligaciones" por formar parte de la lista. Sólo en caso de situaciones de crisis extrema, como una guerra, la Unesco moviliza ayuda específica, como el llamado escudo azul y otros fondos, para asegurar el patrimonio en peligro.
9 minutos para evacuar y 30 para apagar un fuego en la Casa Batlló
La Casa Batlló es uno de los elementos que aparecen en la lista del Patrimonio Mundial. Xavier Villanueva, arquitecto director de la restauración del edificio, confirma que la casa de Gaudí cumple con los requisitos técnicos de la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y los Bomberos, así como las normativas técnicas de la edificación. "No es tan fácil que un edificio como éste pueda cumplir las normativas vigentes. Cuando no se puede cumplir un requisito sin alterar el patrimonio, lo que hacemos es buscar elementos compensatorios. Si no puedo instalar un sistema de extinción con agua porque estropearía la madera o el estuco, buscamos un sistema de extinción con gas. Es uno de los grandes esfuerzos que hemos hecho, protegerla, protegerla, protegerla, y protegerla," dice Villanueva. Hoy el edificio podría evacuarse en 7-9 minutos, lo que permitiría que los bomberos tuvieran 30 minutos para extinguir cualquier incendio. "En 45 minutos debe estar evacuado y extinguido, por lo que la estructura del inmueble no sufra daños irreparables y sea recuperable", dice el arquitecto.
¿Se puede salir de la lista?
España aparece en el top 5 de países del mundo que tienen más monumentos en la lista de la Unesco. En total tiene 50, por detrás de Italia (60), China (59), Alemania (54) y Francia (53) y muy por encima de otros países con mayor extensión, como Rusia (32), o con civilizaciones antiguas propias, como Egipto (7) o México (36). "Hay una especie de locura por tener bienes en la lista de Patrimonio Mundial", dice Tresserras, que colabora con una nueva candidatura, la de ciudades fortificadas hispánicas del Mediterráneo, que aquí lidera Tortosa, que quiere ser incluida en la lista indicativa (previa al nombramiento) en los próximos dos años.
La dificultad de preservación de algunos espacios es evidente, sobre todo cuando son bienes en serie (como la obra de Gaudí), cuando tienen patrimonio mixto natural y cultural (el Monte Perdido, la Menorca Talayótica) o son grandes extensiones. ¿Cómo proteger un paraje como el Camino de Santiago, que comprende 1.500 kilómetros y 2 kilómetros de protección a ambos lados, incluyendo albergues, iglesias y catedrales?
El incendio de Notre-Dame ha motivado que se tome conciencia de la necesidad de mejorar los planes contra incendios, sobre todo para salvaguardar el patrimonio. La Unesco requiere cada diez años a los países que entreguen un estudio sobre el estado de conservación y gestión de los bienes inscritos en su lista. España la entregó en el 2024, según Tresserras. No ha ocurrido nunca que por deficiencias con los planes de gestión o de riesgos la Unesco haya tomado medidas radicales. Los casos de monumentos que se han retirado de la lista son muy puntuales, y se deben a operaciones urbanísticas que han destrozado el legado que se preservaba. Son tres casos: Liverpool y la operación urbanística que ha deslucido su puerto de la Revolución Industrial; el puente que atraviesa el Elba y destroza las vistas de Dresde, y el santuario del órix árabe en Omán, que perdió terreno y antílopes para hacer prospecciones petroleras.
La Menorca Talayótica, en peligro
Del peligro de caer de la lista viene el conflicto abierto que existe en Menorca: una rotonda pone en peligro la declaración de la Menorca Talayótica como Patrimonio de la Humanidad. El ministerio de Cultura ha advertido al gobierno balear del PP de que, antes de construir un nuevo tramo de carretera en Alaior que pueda provocar una revocación irreversible del título de la Unesco, debe consultar la operación con el Centro de Patrimonio Mundial y esperar respuesta (que no ha llegado). Las obras de cuatro carriles cerca de las navetas talayóticas de Rafal Rubí han provocado una crisis en la Agencia Menorca Talayótica, con tres dimisiones de los principales responsables del ente y acusaciones cruzadas. El PP ha puesto la seguridad vial como argumento contrapuesto a la protección del patrimonio, y parece que un puente que iba a tirarse al suelo ahora se construirá si no hay un giro de guión.