El Supremo obliga a la Generalitat a devolver las obras de Sijena expuestas en el MNAC
Salvador Illa respeta la sentencia de Sijena y deja en manos del MNAC cómo proteger las obras
BarcelonaEl destino final de las pinturas de la sala capitular del monasterio de Sijena ha quedado sentenciado: este miércoles el Tribunal Supremo ha resuelto a favor de la parte aragonesa los recursos de casación y por infracción procesal presentados por el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) en octubre de 2020. El veredicto2, que llega excepcional que estimaba la demanda del gobierno de Aragón y condenaba al MNAC a restituir las pinturas, posteriormente ratificada por la Audiencia de Huesca en el año 2020. Sin embargo, los abogados del MNAC consiguieron detener el retorno provisional de las pinturas ordenado por el juzgado de primera instancia número 2 de Huesca. no cumple las condiciones exigibles para su traslado.
Las conclusiones de los informes técnicos que presentó el museo, entre ellos el del restaurador de la Capilla Sixtina, Gianluigi Colalucci, y el de la ingeniera experta en conservación de pintura mural Simona Sajeva, eran que es imposible trasladar los murales sin dañarlos y desaconsejaban reintegrarlos.
El Tribunal Supremo responde a los recursos confirmando que el gobierno de Aragón tiene potestad para ejercer la reivindicación "como cesionaria de los derechos por la titular de las pinturas, [que es] la comunidad religiosa constituida en el monasterio de Sijena, cesión ratificada por la Comisaria Pontificia". También confirma la demanda que condenó al MNAC a restituir las pinturas murales extraídas de la sala capitular del monasterio de Sijena.
El precedente de la desobediencia
La consejera de Cultura, Sònia Hernández Almodóvar, ha pedido "prudencia": "Estamos analizando la sentencia con detenimiento y profundidad. La prioridad del Gobierno y del MNAC es la preservación del patrimonio. Todos los informes que hemos presentado y de los que disponemos de los expertos en la materia apuntan a que es imposible retirar y trasladar las pinturas", consellera, que insiste en que el objetivo es "mantener el patrimonio". En declaraciones desde Kobe, donde continúa el viaje oficial por Japón, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, también hizo equilibrios: expresó su "respeto" por la sentencia, pero dejó en manos del MNAC cómo proteger las obras para evitar daños. Ahora bien, ha mantenido que éste es un "debate técnico" donde no hay, a su juicio, un parecer unánime -informa Martina Alcobendas.
Sobre quién debe realizar el traslado y cómo debería hacerse es lo que analizarán entre los servicios jurídicos de la conselleria y el patronato MNAC, en el que están presentes la Generalitat, el Ayuntamiento y el Ministerio de Cultura, que este miércoles no se ha pronunciado, aunque la conselleria ha afirmado que "están en contacto". En los próximos días hará una convocatoria extraordinaria del patronato del museo para debatir cómo seguir el proceso, y si puede elevarse al Tribunal Constitucional. Desde Cataluña siempre se ha defendido que la ejecución de las sentencias entraría en conflicto con la ley de patrimonio cultural catalán.
El litigio fue un pulso político de alto voltaje, especialmente en los años de Santi Vila como consejero de Cultura. Tanto él como su sucesor, Lluís Puig, acabaron a juicio por desobediencia, por no facilitar la extracción de los objetos del Museu de Lleida, que finalmente tuvo lugar en diciembre de 2017 por intervención judicial. De hecho, Puig ha sido absuelto ocho años después, este 2025, mientras que Santi Vila tiene el caso abierto, después de que le tumbaran la demanda de amnistía. Santi Vila sí firmó el verano del 2016 la salida de un conjunto de objetos del MNAC: se creía que sería una concesión menor para evitar la salida de las pinturas.
El director del MNAC, Pepe Serra, dijo entonces que retirarlas era una "bajanada internacional" y que no estaría bajo su dirección. Serra afianzaba hoy que la preocupación del museo ha sido siempre "la conservación de las pinturas" y que esto "se ha hecho de forma impecable". "El museo nunca ha discutido la propiedad de la pieza sino la custodia de unos restos estropeados que el museo salvó y que ha conservado de forma extraordinaria", y que además ha puesto al alcance de todos en "un museo público y de gran implantación internacional".
El exconseller de Cultura y diputado de Junts, Lluís Puig, ha denunciado que este hecho "provocará unos daños irreversibles en una parte del patrimonio cultural catalán de un valor incalculable", y ha dicho que "los culpables de todo esto algún día tendrán que rendir cuentas".
La "inmensa satisfacción" del presidente de Aragón
El presidente de Aragón, Jorge Azcón (del PP), ha celebrado en las redes sociales once años de litigios ininterrumpidos.
Hasta ahora, Cataluña ha perdido todos los litigios patrimoniales puestos en marcha por las autoridades aragonesas. El de las pinturas de la sala capitular es un procedimiento diferente al de las 97 obras del MNAC y del Museu de Lleida que ya fueron trasladadas al monasterio de Sijena. El recinto aragonés ha estado sometido a reformas durante dos años y medio porque no tenía las mínimas condiciones para acoger obras de arte y ha reabierto este marzo exponiendo 28 piezas provenientes de Lleida y de Barcelona, conseguidas aprovechando la aplicación del 155. Desde 2017 no se habían podido ver expuestas.
¿De dónde viene el litigio?
Las pinturas de la sala capitular del monasterio de Sijena son consideradas uno de los conjuntos de pintura románica ibérica más importantes. En 1936, durante las primeras semanas de la Guerra Civil, fue saqueado, profanado y quemado. Las pinturas las rescató el Comité de Salvamento de Patrimonio Artístico de la Generalidad de Cataluña, bajo la dirección de Josep Gudiol, quien en ese momento era el responsable de la protección de las colecciones privadas y los bienes artísticos de las iglesias de Cataluña y de la Franja de Aragón, que entonces formaba parte de la diócesis de Lleida. Los propios habitantes de Vilanova, incluido el alcalde, le ayudaron a arrancar los restos dañados y sin policromía.
En 1940 los murales se restauraron en el taller improvisado en la Casa Amatller, financiados por el Ayuntamiento de Barcelona, y pasaron al Museo de Arte de Cataluña. Por eso, las pinturas se conservan montadas en marcos y soportes de madera —creados ad hoc para ser expuestos al MNAC— y con los colores alterados a raíz del incendio que sufrió el monasterio en agosto de 1936. Lo que se puede ver en el MNAC es un montaje, que también tiene un carácter histórico, que incluye un 70% de pinturas originales y un 30% de partes restituidas por Gudiol con gris. Todo el conjunto está expuesto de forma permanente desde el año 1961.
Las monjas de la orden de San Juan de Jerusalén cedieron las pinturas murales indefinidamente a la Generalitat en diciembre de 1992 y se comprometieron a realizar todos los trámites para tener el permiso para darlas. Sin embargo, la comunidad se extinguió antes de la firma, por lo que años después se atribuyeron su propiedad otra congregación sanjuanista de Álava. El litigio comenzó en el 2014 con una reclamación del gobierno de Aragón y del Ayuntamiento de Vilanova de Sijena para que se devolvieran las pinturas al monasterio. El gobierno de Aragón actúa con los poderes que le otorgan las monjas de la comunidad de las Comendadoras de San Juan de Jerusalén.