Bibliotecas

¿Pedimos demasiado a las bibliotecas?

Su crecimiento ha sido exponencial, pero también todos los servicios y actividades que ofrecen

Barcelona"Si cerrara un museo quizá habría algunas quejas, pero si cerrara una biblioteca los vecinos saldrían a la calle", decía con cierta envidia el director de un museo. La vida en Barcelona sería mucho menos agradable sin bibliotecas: son abiertas, accesibles, acogedoras y gratuitas. No importa la edad de los usuarios, ni de dónde vienen, ni su estatus legal, ni su clase social: todo el mundo es bienvenido. Fueron creadas para ser un espacio de lectura y siguen ofreciendo libros y espacios para leer y estudiar. Sin embargo, actualmente se les pide mucho más.

Según el Plan de Bibliotecas de Barcelona 2030, son un servicio cultural de proximidad de promoción de la lectura y del conocimiento. Las bibliotecas de Barcelona, según este plan, deben garantizar el derecho de acceso a la información y al uso de las tecnologías, apoyar la formación continua a lo largo de la vida y posibilitar la cohesión social. Se les pide que respondan a las necesidades de una sociedad cada vez más compleja, con mayor diversidad, más pobreza y más desigualdades.

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Son un recurso importantísimo en los barrios donde, sin bibliotecas, seguramente niños y adolescentes lo tendrían más difícil para acceder a la cultura y al conocimiento. A su vez, son un espacio imprescindible para muchas personas mayores que siguen queriendo aprender o que no quieren vegetar en casa. La atención quiere ser cada vez más personalizada. Abren de lunes a sábado por las mañanas y por las tardes. Y tres obras de lunes a domingo: Sagrada Família, Can Fabra y Jaume Fuster. Son un refugio climático: 16 bibliotecas abrieron en agosto. ¿Son un modelo de éxito si miramos las cifras, pero tienen recursos suficientes para responder a todo lo que se les pide?

Les biblioteques de Barcelona en xifres
Dades del 2022, diferència respecte de l’any anterior
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Más de 4,5 millones de usuarios en 2023

"Es un modelo de éxito, muy vertebrado, un servicio cultural de proximidad. El primer plan de bibliotecas de 1998 tenía como objetivo que todos los vecinos de Barcelona tuvieran una biblioteca a menos de veinte minutos andando de casa. Son cuatro millones y medio de usuarios al año y cerca de 800.000 usuarios con carnet activo", detalla Ferran Burguillos, gerente del Consorcio de Bibliotecas de Barcelona. Con el tiempo han ido añadiendo servicios, sobre todo sociales. Precisamente, este sábado en la Biblioteca Francesca Bonnemaison se celebraron los 25 años de los clubs de lectura de Bibliotecas de Barcelona con un encuentro con el Premio Nobel de Literatura Abdulrazak Gurnah y la participación de la periodista del ARA Núria Juanico.

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"Tenemos un nuevo modelo de bibliotecas, más abierto. Siguen siendo esenciales la cultura y la promoción de la lectura, pero también el acceso a la información y al conocimiento, el derecho a la educación y la formación continua, la equidad en el acceso a la cultura...", enumera Burguillos. "En ningún otro sitio de España hay una red tan potente de bibliotecas", añade.

Cuando el pasado agosto la Biblioteca Gabriel García Márquez, inaugurada en mayo de 2022, se convirtió en la flamante ganadora del Premio Internacional a Mejor Biblioteca Pública de 2023, que otorga la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias (IFLA) a bibliotecas nuevas, algunos trabajadores de las bibliotecas se quejaron en las redes sociales. El comité de empresa lamenta que la plantilla estructural de muchas bibliotecas es insuficiente y pide el incremento progresivo del personal que presta servicios como personal de estructura en las bibliotecas. Denuncia también problemas de mantenimiento en los edificios y carencias en lo que se refiere al equipamiento informático. Burguillos asegura que el número de trabajadores cumple con todos los estándares y que en los últimos cuatro años ha habido un incremento de la plantilla de un 11% (50 personas más).

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"A los bibliotecarios se les ha descargado de trabajo con el préstamo automatizado. Es un cambio de modelo: cada vez se prioriza una atención más personalizada", asegura el gerente de las bibliotecas de Barcelona. Una atención que puede variar mucho según el barrio y las necesidades de sus usuarios.

Además, señala Burguillos, para las diferentes actividades que se programan en las bibliotecas se contratan profesionales externos. De todas formas, entre octubre y noviembre se debe negociar un nuevo presupuesto y se pedirá un incremento de inversión. El gerente del consorcio de bibliotecas destaca que el plan que debe desplegarse hasta el 2030 prevé la mejora de muchos de los equipamientos. El presupuesto anual de 2023 del consorcio de bibliotecas de Barcelona es de 24.800.762 euros. Por otro lado, se prevén inversiones en nuevos edificios y en mantenimiento o mejora de los ya existentes: se estiman 8,73 millones (2023), 67 millones (2023-2027) y 84,45 millones (2027-2031).

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Más bibliotecas pero también más mantenimiento

La previsión es que en 2030 la red de Bibliotecas de Barcelona tenga 45 bibliotecas públicas, cinco más que en 2022. Se prevé también el traslado y ampliación de siete equipamientos. Este verano hubo quejas por el cierre de la biblioteca San Antonio - Joan Oliver "Está dentro del plan de mejora y renovación de equipamientos del Plan de Bibliotecas", asegura Burguillos. Construida en 2007, la biblioteca de Sant Antoni es un proyecto de RCR Arquitectes y ha recibido distintos premios arquitectónicos pero necesita mejoras. Las obras contemplan diferentes actuaciones de mantenimiento y conservación en diferentes puntos, como elementos y partes de fachadas, falsos techos y paredes interiores, pavimento exterior, pinturas en paredes y techos, impermeabilización de cubierta, carpintería, cristales. También mejoras en las instalaciones eléctricas y de alumbrado, aislamiento térmico, mejoras en el sistema de climatización y cancel de entrada.

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Acompañar a los usuarios en muchos sentidos

Virginia Cierco lleva veinte años trabajando en bibliotecas. Directora de la biblioteca pública San Pau-Santa Creu del barrio del Raval de Barcelona, recibió la Medalla de Honor de Barcelona por su labor participativa en favor de la integración y la convivencia de la comunidad del Bon Pastor [donde había dirigido antes la biblioteca pública del barrio]. "A los políticos les encanta inaugurar bibliotecas, pero quizás a veces también faltaría invertir más para mantener estos equipamientos", asegura.

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Cierco considera que en una sociedad tan compleja como la actual son equipamientos absolutamente necesarios: "No es que se hayan inventado nuevas misiones para los bibliotecarios, es que la sociedad ha cambiado mucho". A Cierco le preocupa sobre todo ser útil, poder llegar a todo el mundo: "Debemos pensar en el retorno social. Las bibliotecas pueden ser muy importantes para personas que sin bibliotecas quizás estarían en la calle. Si vienen a la biblioteca es importante que encuentren algo que les interese. Por eso es necesario invertir tanto en actividades", detalla Cierco. En este sentido, la directora de San Pablo-Santa Cruz organizaría cuentacuentos cada semana. "Ya no somos bibliotecarios en el sentido clásico del término, somos multidisciplinares y necesitamos personas con perfiles distintos. No es como en el siglo XIX, que llevamos un libro y ya está". Por ejemplo, en los tiempos actuales son necesarios, apunta Cierco, más educadores: "Necesitan su asesoramiento", dice. Los bibliotecarios deben ayudar en muchos aspectos. "Acceder a la información no es sólo acompañar para aprender a distinguir qué fuentes de información son fiables y cuáles no, es en todos los sentidos. Por ejemplo, a veces también debemos ayudar a pedir una beca", añade la bibliotecaria. Y, sobre todo, insiste: "Somos también muy importantes en el bienestar emocional de muchos de nuestros usuarios y podríamos hacer mucho más con más recursos, porque la cultura aporta bienestar y porque somos un espacio seguro para personas que duermen en la calle".

Las obras eternas de la biblioteca Can Cascuberta de Badalona

Badalona, con una población de 223.506 habitantes, tiene cinco bibliotecas, pero la más importante, la Biblioteca Central Urbana Can Casacuberta, inaugurada en 1992, lleva más de tres años cerrada. En febrero reabrió, pero por muy poco tiempo, porque en agosto la volvían a cerrar por problemas de climatización. Por el momento, el Ayuntamiento de Badalona, que es el responsable del edificio y de su mantenimiento, no ha dado fecha de reapertura. Era la única abierta en agosto y la que debía servir como refugio climático. "El área infantil nunca reabrió y desde hace un año se utiliza un espacio alternativo que es el Centre Cultural el Carme, pero es del todo insuficiente", explica Núria Sabaté, portavoz de la plataforma Casacuberta Oberta.

"Hace tres años también cerró por problemas de climatización y por carencias en materia de seguridad: había fugas de agua, en verano hacía mucho calor y en invierno mucho frío", detalla Sabaté. Cuando reabrió, funcionaba la calefacción pero no el aire acondicionado, porque las obras no se habían hecho bien. "El problema es que no se ha realizado ningún mantenimiento durante muchos años. Cuando la cerraron hace tres años, incluso los extintores estaban caducados, no había detector de humos y la salida de emergencia daba a unos almacenes. ¡Cómo puede que no estuviera adaptada a la normativa del 2017!", lamenta Sabaté.