Festivales de música

El pianista más estimulante del jazz contemporáneo

El trío de Brad Mehldau lleva al Festival Porta Ferrada de Sant Feliu de Guíxols un concierto de estándares de jazz que fusionan modernidad y tradición

Sant Feliu de Guíxols[Esta crónica se publica sin ninguna fotografía del concierto porque Brad Mehldau vetó la entrada a fotoperiodistas y cámaras de televisión, pero no el uso de teléfonos móviles entre el público]

Concierto de jazz de primerísimo nivel en el Festival Porta Ferrada de Sant Feliu de Guíxols, de la mano del pianista Brad Mehldau, una de las voces más importantes e interesantes del panorama contemporáneo. El músico estadounidense, acompañado del contrabajista Felix Moseholm y el batería Jorge Rossy, protagonizó una noche extraordinaria brindando un repertorio de estándares muy bien arreglados, fusionando con mucha clase modernidad y tradición. El trío parte de temas clásicos de autores como Cole Porter y Hoagy Carmichael, maestros de la música popular estadounidense de la primera mitad del siglo XX, pero que, bajo el filtro de Mehldau, suenan absolutamente deconstruidos y redimensionados. Las versiones, grabadas por el pianista en un cuádruple álbum de los años 90, laten con mucha libertad en la frontera del free jazz y la música experimental, pero sin abandonar nunca del todo los patrones rítmicos, melódicos y armónicos de la escritura original.

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La música fluye con la sensación constante de estar a punto de dar el salto al vacío, pero sin perder nunca el ancla, guiada con una interpretación deliciosa de los tres músicos. Meldhau, en el piano, no busca el virtuosismo pirotécnico ni el lucimiento personal, sino que apuesta por el lirismo y la delicadeza, para erigirse en el heredero más aventajado de Keith Jarrett. Desliza por las teclas con una finura impresionante que envuelve al público en un ambiente cálido y prodigioso en el que melodía e improvisación se confunden amablemente.

En Sant Feliu, el trío, además de temas de Porter y Carmichael, versionó Sonny Rollins, Nelson Riddle y Joe Creene, intercalados con cuatro piezas escritas por el propio Meldhau, todas con la misma aura, con algunas variaciones de tempos y estilos, pero en sintonía con el ambiente evanescente de la velada. El pianista lleva la voz cantante, pero la implicación de los otros dos músicos es fundamental, no sólo en el lucimiento de alguna ronda de solo, sino también en todo momento, ejecutando el acompañamiento con presencia y habilidad. Moseholm, muy joven, bate las cuerdas del contrabajo arriba y abajo, aportando al mismo tiempo contrapunto y melodías enterradas, mientras que Rossy, con las baquetas, juega con todos los rincones de los platos y timbales, forzando los límites del compás y el percance, pero sin perder nunca el tempo ni la complicidad recíproca con todo el trío.