Revés a las víctimas del franquismo: no se admite a trámite la querella por torturas en Via Laietana
La Fiscalía había pedido que se investigara ese crimen contra Carles Vallejo pero la justicia vuelve a detener el proceso
BarcelonaLas víctimas del franquismo han vuelto a chocar por enésima vez contra el muro de la justicia. La juez del juzgado de instrucción número 18 de Barcelona, Carmen García Martínez, ha decidido no admitir a trámite la querella por torturas en Via Laietana interpuesta por Carles Vallejo. Todo ello ocurre a pesar de las peticiones de la Fiscalía. El 21 de septiembre, la Fiscalía de Barcelona, junto con Memoria Democrática del gobierno español y la Fiscalía General del Estado, habían pedido la admisión de la querella.
"Presentaremos un recurso de apelación a la Audiencia Provincial de Barcelona", asegura Sònia Olivella, la abogada de Irídia que representa a Vallejo. La Generalitat también recurrirá la decisión de la juez. "Seguiremos interponiendo querellas, hasta derribar ese muro de impunidad y de silencio", añade. La próxima será la de los hermanos Josep y Maribel Ferrándiz. La abogada lamenta que la interpretación que hace de la ley la juez de instrucción es "muy restrictiva": "Deja mucho que desear. Considera que las torturas no se pueden considerar crímenes de lesa humanidad, que son crímenes amnistiados y prescritos", asegura Olivella. Las víctimas quieren sobre todo que se investiguen los crímenes. "Las víctimas del franquismo somos gente perseverante; ésta es una lucha más que personal, es una lucha por la justicia, la verdad y la reparación", dice Vallejo. "No pueden bloquear el derecho a investigar. Yo quiero saber qué ocurrió, quien lo perpetró y las consecuencias", añade. Estas tres palabras justicia, verdad y reparación, se colocaron hace poco en la acera frente a la comisaría de la Via Laietana en una placa, pero de momento están tapadas. Las entidades de memoria llevan años luchando para que se resignifique el lugar.
Éste nunca ha sido un recorrido fácil. Inicialmente, la Fiscalía Provincial de Barcelona, cuando Vallejo presentó la querella, instó a archivarla. En el escrito no mencionaba en ningún momento la ley de memoria, pero sí la ley de amnistía. Destacaba su vigencia y señalaba que los crímenes que denunciaba Vallejo habían prescrito. Posteriormente, cambió de posición y pidió que se investigara. Lo hizo cuando entidades como Amnistía Internacional, CeAqua e Irídia enviaron una carta a Dolores Delgado, la fiscal de sala de derechos humanos y memoria, para exigirle que se posicionara en relación con las querellas por crímenes del franquismo. Vallejo, que lleva muchos años luchando para que se investiguen los crímenes de la dictadura y se reconozca la lucha antifranquista, piensa seguir batallando.
La Fiscalía cree que sí que hay que investigar
Según la nota de prensa que envió en septiembre el ministerio fiscal, la nueva ley de memoria democrática "impone" al Estado el deber de investigar las violaciones de los derechos humanos ocurridas durante la Guerra Civil y la dictadura franquista. "Con este nuevo marco normativo y el análisis de la jurisprudencia nacional e internacional y de los tratados y convenios internacionales, la Fiscalía concluye que no procede la inadmisión a toda costa de la querella, sino que es necesario llevar a cabo una investigación de los hechos y de su contexto antes de adoptar una decisión sobre la continuidad del procedimiento”. Sin embargo, la juez ha hecho caso omiso.
A Carles Vallejo le detuvieron en diciembre de 1970. Había estado de excepción y la policía pudo tenerlo todo un mes en Via Laietana. Los policías utilizaron contra él diferentes técnicas de tortura, todas muy dolorosas, como atarle las manos por debajo de las piernas, con puñetazos y patadas constantes. Llegó a tener la barriga negra de los hematomas producto de los golpes que le dieron. Lo detuvieron de nuevo y torturaron el 3 de noviembre de 1971. Exobrero de la Seat, Carles Vallejo formó parte de la organización clandestina del sindicato Comisiones Obreras (CCOO) y desde hace muchos años lucha a través de la Asociación Catalana de Expresses.