El poder subversivo del cuerpo: de la antigua Grecia a la Rusia de Putin
Fernanda Eberstadt destaca la heroicidad de diferentes personajes que han utilizado el cuerpo para enfrentarse al poder en el libro 'Muerde a tus amigos'
Barcelona¿Por qué no transformar el estigma en triunfo? ¿Cómo convertir al cuerpo en un arma de resistencia? ¿Cómo envejecer en una sociedad basada en las apariencias? A estas ya otras muchas cuestiones intenta responder la novelista y crítica cultural Fernanda Eberstadt (Nueva York, 1960) en Bite your friends (Muerde a tus amigos en la edición en castellano de Gatopardo (Ediciones). Y lo hace inspirándose en el filósofo griego Diógenes, en las mártires cristianas santa Perpetua y santa Felicidad, en el filósofo francés Michel Foucault y en el cineasta italiano Pier Paolo Pasolini, entre otros. Hay otra protagonista que abre y cierra el libro, la madre de Fernanda: Isabel Nash Eberstadt, periodista, escritora y musa de Andy Warhol.
"Vivimos un momento terrible. Pienso que hay que ser muy valiente, sobre todo en Estados Unidos, porque la extrema derecha ha ganado unas elecciones; le ha votado la gente. Enfrentarse a esto requiere mucho coraje. Por eso los ejemplos de todos estos héroes son tan importantes", dice Eberstadt. Los héroes son personas aparentemente vulnerables como su amigo Stephen Varble, que murió de sida en 1984. Varble practicaba lo que la autora describe como "arte del alcantarillado": se disfrazaba con material que encontraba en la basura. "Las personas que no tienen nada, ningún poder, lo único que pueden utilizar es su cuerpo. Esta es su herramienta. Son personas que ocupan el espacio público como protesta, lo que es cada vez más peligroso porque la represión es más feroz. Sin embargo, no pueden ser silenciadas porque sus actuaciones se pueden extender por las redes", explica la autora. No temen hacer el ridículo ni ridiculizar a quienes ostentan el poder. "La sátira, el humor, es la mejor arma contra los tiranos. Ni Putin ni Trump toleran que se les ridiculice. Son como un globo; los pinchos un poco y se desinflan", dice.
Diógenes
"No tenía pudor; era abierto, transparente, sin miedo a hacer el ridículo. Ridiculizaba el poder, la hipocresía de un poder que, de puertas afuera, presumía de virtuoso. De él podemos aprender la antihipocresía –afirma Eberstadt–. Vivimos tiempo muy conservador, en el que los valores son el patriotismo. necesitamos nada", añade. Diógenes de Sinope, que vivió en la Antigua Grecia, entre el 400 a. C. y el 323 a. C., en tiempos de Alejandro Magno, rompió muchas convenciones. Fundador de la escuela cínica, consideraba que era necesario llevar una vida acorde con la naturaleza, con autonomía de pensamiento y un desprecio absoluto por los bienes y las riquezas. Vivía en una tina de tierra, y sólo tenía la túnica que llevaba. Se definía como un ciudadano del cosmos. "Era un sintecho que estaba en los márgenes. La lección más importante que nos da es que los tiranos no soportan que se haga mofa", asegura la escritora.
Perpetua y Felicidad
"Prefirieron morir antes de reconocer a los dioses romanos oficiales", afirma Eberstadt. Las sacaron a la arena del anfiteatro desnudas sólo cubiertas por una red transparente. Perpetua era una madre de clase alta que había tenido un bebé hacía muy poco. Felicidad era una esclava que estaba embarazada. Perpetua escribió un diario que acabó con esta frase: "Eso es lo que hice hasta el día antes de los juegos. A partir de ahí, si alguien quiere escribir, que lo haga".
Michel Foucault
Del filósofo francés Michel Foucault (Poitiers, 1926 - París, 1984), Eberstadt destaca que reflexionó a menudo sobre cómo los mecanismos de poder vigilan y corrigen cualquier desviación. "Él mismo estaba dentro y fuera del sistema. Era un gran experto en diferentes variantes de prisión; estaba destinado a una vida de exilio: era demasiado raro, demasiado gay, demasiado autodestructivo para encajar", destaca la autora.
Pier Paolo Pasolini
El escritor y cineasta italiano Pier Paolo Pasolini (Bolonia, 1922 - Ostia, 1975) fue una víctima en muchos aspectos, asegura Eberstadt: “Fue juzgado muchas veces, tanto por su trabajo como por su orientación sexual. defender". El cineasta italiano respondió a las preguntas del periodista italiano Furio Colombo el 1 de noviembre de 1975, horas antes de que le asesinaran. Pasolini aseguraba que si siempre das golpes en el mismo clavo puedes conseguir derribar lo que sea: "A pequeña escala, un buen ejemplo son los radicales, cuatro gatos que logran remover la conciencia de un país. A gran escala, sin embargo, el ejemplo nos lo da la historia. El rechazo ha sido siempre un acto esencial. Los santos, los ermitaños, pero los santos, los ermitaños, dicho que no".
Isabel Nash Eberstadt, la madre
La novelista nunca tuvo una relación fácil con su madre. "Siempre me había oído como si fuera su creación. Ella quería que fuera salvaje, radical, oscura, solitaria, que experimentara con todo. Tenía que cumplir sus sueños, sus fantasías. Para escaparme, dejé Nueva York y me fui a vivir a Londres. Hacer el libro me ha ayudado a entenderla y se ha convertido." La autora estaba enfadada porque sentía que la habían expuesto a muchas cosas y no le habían protegido. También estaba enojada porque su madre abandonó su vocación de escritora por ser musa. "Prefirió la vida social a la del artista —dice Ebertstadt—. Ahora me he reconciliado con todo lo que hizo y lo entiendo como un acto de generosidad hacia otros artistas a los que apoyó financiero y emocional".