'Anatomía de un suicidio' en el TNC: explicar el dolor más profundo de la forma más poética

Barcelona¿El trauma puede ser transmitido genéticamente? ¿Cómo podemos romper con los patrones heredados para que el ciclo no sea inevitable? ¿Cómo recogemos el legado de nuestros padres y madres? ¿Cómo nos sobreponemos al sufrimiento de unas vidas demasiado frágiles? La dramaturga Alice Birch (Malvern, Reino Unido, 1986) escribió Anatomía de un suicidio en 2017 en cuatro semanas, poco después de haber sido madre por primera vez. El texto, que recoge todas estas preguntas, fue una cumbre profesional para la dramaturga británica, autora de espectáculos como Curva. She said. Curva again. (2014), guionista del filme Lady Macbeth (2016), inspirado en el relato de Nikolai Leskov, y coadaptadora de la novela Gente normal de Sally Rooney en televisión. Ahora la directora Glòria Balañà ha asumido el reto de llevar una obra de Birch a la Sala Petita del Teatro Nacional de Catalunya (TNC) con una compañía formada por 10 actores. Anatomía de un suicidio se estrena el jueves y estará en el TNC hasta el 8 de junio.

"La idea del trauma heredado es el motor de la historia, pero Birch va mucho más allá. Despliega tres historias sobre las complejidades de la vida psíquica, la ambivalencia de la maternidad y la fragilidad insondable que conlleva el sufrimiento psíquico", destaca Balañà. El espectáculo se vehicula a través de tres protagonistas: Carol (Marta Ossó), Anna (Maria Ribera) y Bonnie (Patrícia Bargalló). Tienen la misma edad, pero son de épocas distintas y están unidas por un vínculo familiar. En el texto, la dramaturga no indica elementos de época, pero Balañà ha decidido ubicarlas en los años 70, a finales de los 90 y más allá de nuestro presente, en el 2028.

"Sus existencias se dan sincrónicamente, lo que hace que se produzcan diálogos imposibles", en un tiempo cronológico. De hecho, una de las grandes dificultades del texto es la experimentación formal por la que optó Birch: a veces los personajes hablan simultáneamente, otras hablan a la vez pero dicen cosas distintas. El escenario se llena de resonancias, polifonías, cacofonías, frases fragmentadas que comienzan y no se acaban por reflejar la fragmentación psicológica de los personajes. "Hacen intentos por expresar el trauma, pero no lo logran", puntualiza Balañà, que añade que "el texto está escrito como una partitura".

Anatomía de un suicidio es un espectáculo que se aleja del naturalismo y se viste de poética para transitar entre las heridas del dolor mental. "Reúne una sensibilidad y tristeza sobre temas que me han tocado personalmente y, a la vez, lo hace con sentido del humor y una escritura brillante", dice la directora, que añade que la maternidad es un telón de fondo importante en la obra. "Sale de la imagen idílica para hablar de la depresión. Parir es donde la vida y la muerte se juntan, donde una mujer se rompe, se parte en dos", subraya Balañà.

'Verbatim' en el Tantarantana

El estreno deAnatomía de un suicidio coincide con otro espectáculo de salud mental en cartelera. A la deriva es una pieza de teatro verbatim escrita por Lara Díez, Elies Barberà y Marta Montiel a partir de entrevistas con testigos que han sufrido brotes psicóticos y han sido ingresados ​​en psiquiátricos. El montaje, que estará en el Teatro Tantarantana del 14 al 26 de mayo, es una radiografía de la vida en los hospitales explicada en primera persona. "Recoge experiencias de personas que han pasado por allí desde un sitio que intenta ser lo más luminoso posible", señala Díez. En el escenario reflejan el estigma que sufren los enfermos y el trato que han recibido de los servicios sanitarios. "Es un llamamiento a la no estigmatización ya cuestionar qué es estar loco o no estarlo –añade Díez–. Los brotes psicóticos no pasan como una seta, tienen un contexto que lleva a la persona a tener ese momento de crisis. Si sigues el camino hacia atrás, quizás puedes encontrar caminos para rescatarla".