"Me encanta salir a escena y luchar con hombres fuertes"
Ira Brand invita al público a enfrentarse cuerpo a cuerpo con ella a 'Ways to submit', que llega este sábado al festival TNT
TerrazaIra Brand sale a escena vestida con un chándal, unas zapatillas y un micrófono en la mano. Será un espectáculo de pocas palabras, pero las primeras son importantes: "Deseo luchar con vosotros. Aquí me tenéis", dice la artista británica al inicio de Ways to sumit, una performance que estrenó en 2019 y que este sábado llega por primera vez a Catalunya y al Estado, gracias al festival Terrassa Noves Tendències (TNT). Brand se ha pasado los últimos cuatro años alrededor del mundo y enfrentándose a todo el que se le ofreciera. Ha hecho más de 200 luchas, "todas enriquecedoras y todas distintas", asegura. La performance es su forma de explorar la violencia, la dominación y los roles de poder en un contexto poco habitual: un escenario hecho de colchones, similar a un ring de boxeo.
"Siempre me guío por mi curiosidad a la hora de crear una pieza. De repente me encontré pensando ampliamente en el poder y en los espacios en los que la gente elige, consensuadamente, jugar al dominio ya la sumisión", explica Brand. Durante el proceso de creación, la artista exploró prácticas sexuales BDSM y también el jujitsu brasileño. "La lucha es una práctica rica y compleja. De repente, me encontré con la necesidad de compartirla con el público", afirma. La artista quería dar la posibilidad a los espectadores de interactuar con el poder y la violencia en el escenario y, al mismo tiempo, reflexionar sobre cómo el resto de público reacciona a lo que ve.
Después de decenas de luchas con gente de todo tipo, Brand sigue sorprendiéndose de reacciones inesperadas, pero también se encuentra que, a menudo, algunas personas se comportan de forma similar. "Siempre hay un hombre mucho más fuerte que yo que sale enseguida, y que será agresivo y dominante. Me sorprende, porque pienso que les falta un poco de autoconciencia sobre cómo serán percibidos por el público. Sin embargo, me encanta salir a escena y pelear con hombres fuertes. Es emocionante y puedo utilizar mi propia fuerza de una manera que no haría si el interlocutor fuera físicamente más pequeño", explica la artista, que añade: "También hay hombres que luchan y son tiernos y respetuosos".
Sin ganadores ni perdedores
La evolución de la performance depende de cómo actúe el público, pero existen una serie de normas que marcan los límites de la violencia. "No se puede morder, ni poner los dedos en los ojos ni dar cabezazos", subraya Brand. Tanto ella como los espectadores luchan cuerpo a cuerpo, sin protección alguna más allá de la ropa. "También tenemos una palabra de seguridad para detener la lucha", añade la artista, quien asegura que nunca ha habido heridos graves –"solo golpes en las piernas y arañazos"–. No se trata de proclamar a un ganador y un perdedor, aunque a veces alguien lo busque. "No hay puntos ni formas de cuantificar la lucha. Pero, claro, a veces algunas personas buscan mostrarme su fuerza, o humillarme. No pasa nada, forma parte del juego del poder", dice la performer.
¿Qué pasa si ninguno de los espectadores quiere salir a luchar? Aún no lo ha experimentado, pero es una decisión totalmente válida, dice. "El año pasado, en un festival, la media de edad del público era de más de 50 años –reflexiona Brand–. En ese momento noté muchas vacilaciones y cierta resistencia. Supongo que la comprensión y la seguridad de tu cuerpo cambia a medida que te haces mayor". Al final alguien del público optó por salir al escenario, pero la experiencia le sirvió a la artista para darse cuenta, una vez más, de la importancia del público en piezas como la suya: "En momentos así me' doy cuenta de lo fundamentales que son los espectadores, y toda la riqueza que aporta cada una de sus intervenciones a la performance".