Las T de Teatre no lloran y el público ríe a gusto

T de Teatre es la compañía catalana más veterana sólo de actrices (eso no quita que incorporen actores en determinadas propuestas). Llevan 35 años pisando escenarios, desde aquellos fantásticos Cuentos misóginos, de Patricia Highsmith, con los que se dieron a conocer. Tienen una larga trayectoria (14 espectáculos y cerca de 3.000 funciones), a través de la cual han creado una peculiar forma de hacer comedia, escogiendo para cada proyecto un director y dramaturgo diferente. Para Hoy no lloraré se han puesto en manos de uno de los directores argentinos más acreditados entre nosotros, Nelson Valente, responsable de espectáculos como El loco y la camisa, Los perros, Amnesia y Los finales felices son para otros.

El territorio de T de Teatre es la comedia y el de Valente, también. En particular, la comedia de familias disfuncionales, o sea de casi todas. La familia deHoy no lloraré son tres hermanas de clase media que arrastran sus vidas convencionales con mayor cinismo que hermandad. Bibiana (Àgata Roca) es una alcohólica funcional casada con un hombre inconsistente y dubitativo (Jordi Rico); Lola (Mamen Duch) es un ama de casa de matrimonio fallido con un hombre rico, machista e iracundo (Albert Ribalta), y la tercera, Luz (Carme Pla), es una depresiva con intentos de suicidio repetidos a quienes dan el alta del psiquiátrico y al que habrá que vigilar de muy cerca. Y si las relaciones entre todos ellos son cómicamente conflictivas, la llegada de una compañera de psiquiátrico a la casa (Marta Pérez) determinará la confrontación más explosiva.

Todo ello configura un conjunto de personajes dibujados con tiralíneas, sin profundidades emocionales, que conforman un atractivo grupo humano en un texto para entretener. Estamos hablando de una comedia para reír, con gags muy bien servidos por todos los intérpretes y con alguno de ellos antológico, porque ya se sabe que la locura puede resultar chocante y graciosa. Funciona muy bien el espacio escénico giratorio (Alejandro Andújar) y, como decíamos, también la dirección muy pendiente de las cualidades de cada una de las actrices y actores. Nos dicen que ellas no llorarán, pero es seguro que el público se reirá con ganas y saldrá del teatro satisfecho. AT de Teatre le queda comedia por rato.