La nueva familia de T de Teatre: un lugar donde siempre hay alguien que acaba llorando

BarcelonaFue después de ver El loco y la camisa, la obra insignia de Nelson Valente (Buenos Aires, 1971), que las T de Teatre decidieron fichar al dramaturgo y director argentino para el próximo espectáculo. "Vimos esa obra y nos volvimos locas. Todas compartíamos la sensación de que era un director que nos podía sacar de nuestros puestos de confort, ponernos en una coctelera y removernos", explica la actriz Mamen Duch. "Aquel texto tiene unos diálogos geniales que nos cautivaron. Las obras del Nelson son corales, pero tocan temas cercanos, la gente puede identificarse y tiene un humor que puede ser incómodo", añade Àgata Roca. Desde hace unos años, las incursiones de Valente en la cartelera catalana se han hecho cada vez más intensas. La temporada pasada estrenó Amnesia en el Teatre Nacional y, en el 2020, también trabajó con una compañía catalana en Los perros, entre otros montajes. Por eso tenía todo el sentido del mundo de que la respuesta de Valente a la petición de las T de Teatre fuera afirmativa.

"Hice un texto escrito para ellas. Teníamos definidos a los personajes antes de escribir, y también hicimos trabajo de improvisación", señala el director y dramaturgo. De esta unión ha surgido Hoy no lloraré, una comedia familiar protagonizada por tres hermanas que no acaban de entenderse y que cargan una mochila considerable de problemas psicológicos y emocionales. El espectáculo se estrena el 5 de diciembre en el Teatro Municipal de Girona, dentro del festival Temporada Alta, y después estará en el Teatro Goya de Barcelona a partir del 19 de diciembre. "Hacía tiempo que no hacíamos una comedia comedia. Aunque tenga toques trágicos, es un espectáculo sobre las miserias de la vida pero con momentos conmovedores. La gente se reirá mucho", subraya Roca. Ésta no es la primera vez que las actrices se ponen en manos de un director argentino. En 2023 estrenaron La mujer fantasma, dirigida por Mariano Tenconi Blanco, y en 2007 representaron ¿Cómo puede que te quiera tanto?, con Javier Daulte. En anteriores ocasiones han colaborado con directores como Alfredo Sanzol, Julio Manrique y Sergi Belbel.

Tres hermanas y mucha insatisfacción

El detonante de la obra que ahora preparan es el regreso de la Luz (Carme Pla) después de haber sido hospitalizada durante un mes en una clínica psiquiátrica. Este hecho propicia el encuentro con sus dos hermanas, Lola (Mamen Duch) y Bibiana (Àgata Roca). Cada una lleva dentro una serie de problemáticas y engaños que, cuando empiezan a emerger, hacen que todo estalle. "Bibiana es la hermana pequeña, tiene el rol de apagar siempre los fuegos, pero al mismo tiempo es muy provocadora. Está casada con Miquel (Jordi Rico), un calzazas que manipula como quiere, y además tiene un problema grave con el alcohol", resume Roca. La Luz es, según Pla, "la más sensata de todas", aunque está en tratamiento después de un intento de suicidio. Y Lola, la hermana mayor, "tiene una pareja muy manada, Gerard (Albert Ribalta), un hombre intransigente que la hace vivir de una manera determinada, y ella lo aguanta", añade Duch.

Pese a que la comida familiar está pensada para celebrar la llegada de la Luz, también está predestinado a ser convulso. "Este es el sentido del título: siempre que se encuentran, alguien acaba llorando", dice Roca. Quien encenderá la mecha es el único personaje externo a la familia, Oltra (Marta Pérez), una amiga muy peculiar de la Luz. "Es una mujer que ha pasado mucho tiempo en una institución, un personaje que nadie ha mirado nunca y que siempre intenta llamar la atención. Quiere ayudar a la Luz a toda costa, pero vive más fuera de la realidad que dentro. Dinamitará a la familia, que ya se encuentra en una situación muy tensa porque todos sus problemas se han enquistado", señala Pérez. La acción transita por una compleja escenografía giratoria de Alejandro Andújar que reproduce la casa de alto standing de Lola, obsesionada por que cada rincón de la vivienda esté impecable.

Valente se aproxima a esta olla de presión familiar a través del humor. "Son 90 minutos de espectáculo: 80 minutos de risas y 10 minutos de pensar de lo que hemos estado riendo", resume el director. A su lado, la compañía se ha marcado el reto de incorporar una forma de interpretar más hecha a Argentina, especialmente en lo que se refiere a los diálogos. "Llevamos años trabajando la polifonía en escena. Queremos hacer lo que hacen tan bien los argentinos, de hablar todos a la vez y que se entienda todo", subraya Pérez. Según Valente, esta forma de actuar "en Catalunya cuesta mucho por la fuerte tradición de respeto al texto", pero está convencido de que saldrán adelante.