Crítica de teatro

Una nueva gran versión de Àlex Rigola

El director adapta brillantemente 'Glengarry Glen Ross', de David Mamet, a las dimensiones del Heartbreak Hotel Teatre

'Glengarry Glen Ross'

  • Autoría: David Mamet. Traducción, adaptación y dirección: Àlex Rigola
  • Intérpretes: Pep Ambròs. Àlex Fons, Francisco Garrido, Miranda Gas, Andrés Herrera y Sandra Monclús

Glengarry Glen Ross es una de las obras más desgarradoras y más redondas de la época en el que David Mamet parecía un autor progresista (ahora apoya a Trump), capaz de poner en la diana el modelo de los triunfadores de la sociedad estadounidense. Una obra que llegó al cine con guión del autor y un reparto de estrellas (Al Pacino y Jack Lemmon, entre ellas), pero que en Estados Unidos se quedó a dos millones de cubrir el presupuesto. Lógico. Es un texto descarnado que muestra el individualismo más feroz en una competencia laboral en la que la única norma es que no existe norma para alcanzar el éxito. El éxito a cualquier precio, se tituló entre nosotros la película dirigida por James Foley que muestra un grupo de comerciales inmobiliarios compitiendo por vender unos terrenos en el desierto con la recompensa para lo mejor de ellos de un BMW, y la condena de despido para quien menos venda. ¿Qué serán capaces de hacer? Cualquier cosa.

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Àlex Rigola estrenó esta obra en el Teatre Lliure justo después de su nombramiento como director de este teatro en el 2003. Rigola vuelve ahora sobre la obra en una producción tan diferente como acertada dentro de los parámetros del despojamiento absoluto que impera en las producciones del Heartbreak Hotel Teatre que dirige. Y mira por dónde, la obra conserva toda la demoledora fuerza, y la ascética propuesta de Rigola exhibe la crueldad de un sistema de hombres que son lobos para los hombres... y para las mujeres, ya que ha introducido dos actrices en el reparto muy en consonancia con nuestro tiempo. Esto añade interés a las confrontaciones y certifica que el género no influye necesariamente en los comportamientos más egoístas.

En el Heartbreak Hotel se va a oír y ver a los intérpretes, que están a pocos metros de los espectadores. El detalle, el pequeño gesto, la expresión del rostro, el movimiento de una mano, son signos que definen a los personajes. La nueva versión de Rigola (hay algunos cambios lógicos del texto) nos proporciona un trabajo de excelencia interpretativa con el exuberante histrionismo de Francesc Garrido, la elegante temeridad de Sandra Monclús, la repugnancia del odioso de Pep Ambròs , la insignificancia del pobre diablo de Andrés Herrera y la gélida mirada asesina de Miranda Gas. ¡Guau! No se lo pierdan.