Silvia Marsó: "¿Cómo es posible que todavía se cuestione el feminismo?"

BarcelonaEn el 2021, el actor y director Abel Folk hizo una llamada entusiasta a la dramaturga Emma Riverola: quería encargarle un texto teatral en defensa de la democracia y que fuera un canto a la esperanza. Riverola, con quien Folk ya había hecho tándem a #PuertasAbiertas, se cogió con fuerza a la propuesta. De esa idea surgió Claveles, un espectáculo protagonizado por el propio Folk y Sílvia Marsó, que ha recorrido los teatros del estado español y que ahora llega a Barcelona. Lo hará del 25 de junio hasta el 6 de julio en el Teatre Goya, dentro de la programación del Festival Grec.

"Quería que la política impregnara las vidas de los protagonistas, pero que no fuera el único motor de la obra. Imaginé a dos personajes marcados por el amor, el desamor, los malentendidos, las traiciones", explica Riverola. Los protagonistas vivieron juntos la Revolución de los Claveles portuguesa cuando apenas tenían 18 años y, por algo traumático, se separaron. 40 años después se reencontrarán en un espectáculo que contrapone sus miradas sobre la política, la sociedad y la vida. "Él es un político pragmático y honesto, que llega a presidente del gobierno pero no termina la legislatura. Ella abandona la militancia, es una filósofa y pensadora crítica con la izquierda. En pocas palabras, mi personaje es un triunfador fracasado y el de Silvia es una mujer talentosa con la libertad coartada", detalla Folk, quien también dirige.

El personaje de Marsó representa a alguien inteligente y muy preparado para ejercer la política, pero que por su condición de mujer no acaba llegando. "Las mujeres hemos sido víctimas durante muchos siglos. ¿Cómo es posible que todavía se cuestione el feminismo? Todavía hay un sector político que lo hace", subraya Marsó, quien añade que el montaje es "un homenaje a todas aquellas mujeres que se prepararon, fueron motor de esperanza y se quedaron en nada".

Encontrar esperanza en el futuro

El hilo narrativo de la historia se construye a partir de lo que los personajes no saben y que el público irá descubriendo a medida que avance el espectáculo. Pero por encima de todo, Riverola quería trazar una mirada optimista hacia el futuro. Por eso escogió la Revolución de los Claveles como un momento fundamental para la vida de los protagonistas. "El recuerdo de esa revolución es puro. En 1974, con una dictadura que agonizaba pero que todavía mataba, en el país de al lado se acabó con una dictadura sin violencia y con un estallido de vida en las calles", dice Riverola.

Siguiendo su estela, la dramaturga pone énfasis en la esperanza que ha procurado volcar en el montaje. "Si antes el futuro lo asimilábamos al progreso y nos daba ilusión, ahora nos da más miedo. Estamos en un momento en el que lo que nadie se atrevería a decir en voz alta ahora se está diciendo tranquilamente –señala Riverola–. Ante toda esta oscuridad queríamos hablar de esperanza y reivindicarla".