Tocar la muerte con La Veronal
'Totentanz. Morgen ist die frage', con la bailarina Lorena Nogal, se estrena este fin de semana en el Temporada Alta y después en el Teatre Lliure
Barcelona"Si no existiera la muerte, no nos gustaría tanto la vida", afirma el coreógrafo y director de La Veronal, Marcos Morau (Ontinyent, 1982). Después de tocar la cima en el Palacio de los Papas del Festival de Aviñón en 2021, de trabajar con el Staatsballett Berlin (la mayor formación de Alemania) y de acercar la danza a los jóvenes con Firmamento, la prestigiosa compañía de danza vuelve al pequeño formato. Su nuevo espectáculo, Totentanz. Morgen ist die frage, deja atrás los escenarios llenos de bailarines y se sitúa junto al público, en un espacio que recuerda a las instalaciones museísticas y que habitarán sólo cuatro intérpretes. A través de esta cercanía, Morau quiere hablar de su muerte y de su impacto en el arte y en la vida. El montaje se estrena este sábado en el festival Temporada Alta, ya partir del 5 de diciembre será en el Teatre Lliure de Gràcia. De momento las entradas están todas agotadas, pero la sala barcelonesa espera ampliar el aforo.
Totentanz transcurre en "un espacio de contemplación, de reflexión, de belleza y de misterio" para que el público "sienta la muerte de cerca, pueda tocarla", explica el coreógrafo. "Nadie ha vuelto de la muerte para explicarnos qué es. Como no podemos asumirla ni comprenderla, debemos inventarnos mecanismos que nos hagan creer que estamos aquí dando sentido a la vida", añade Morau. Totentanz se aproxima a la muerte desde distintas perspectivas y con la mirada del siglo XXI. "Nadie quiere morir, pero no nos afecta a todos por igual. ¿Para quién lo ha perdido todo y está en una situación desfavorable, la muerte es una salvación? ¿Qué valor damos a la muerte y qué valor damos a la vida? ", se pregunta el coreógrafo. Estas reflexiones se traducen en una propuesta escénica con tres ramas: una instalación, un vídeo y una performance.
La bailarina Lorena Nogal –que recibió el Premio Nacional de danza en octubre y esta semana acaba de ganar el Butaca por Firmamento– encarna la muerte en escena. "Soy una presencia que se mueve a través de la parte más expresionista y visceral del cuerpo, de los impulsos. Esta vez hemos trabajado el movimiento con la idea de libertad. El público forma parte de la composición de la prenda y del ritual", explica. Nogal. A su lado, tres bailarines se contraponen a la figura de la muerte. Sus interpretaciones se turnan con una proyección audiovisual que recoge imágenes de guerras, catástrofes naturales y el triunfo electoral de Trump con música tecno de fondo. "Son fragmentos desoladores de la realidad que rompen con la danza pero que no sorprenderán a nadie porque son cosas que vemos todos los días por televisión", dice Morau.
Rabia y decepción con el mundo
Totentanz se aleja de la propuesta de la compañía, Firmamento, pero mantiene la impronta artística propia de la compañía. "Aquí hay más rabia y decepción con el mundo en el que vivimos, pero es un espectáculo 100% de La Veronal", señala el coreógrafo. La pieza busca que el público "mire la muerte en la cara" y salga "con preguntas que le resuenen constantemente". Una de las claves de la obra es el rol itinerante de los espectadores, que pueden moverse por el espacio y transforman así la función. "Esta vez el público no tiene un lugar fijo, lo que hace que la propuesta sea cambiante. Es una de las gracias de las artes vivas que quería potenciar", dice Morau.