El antiracismo corre por Barcelona: "Es necesario frente al crecimiento de los discursos de odio"

BarcelonaUna mujer musulmana con una chaila comienza los cinco kilómetros de recorrido amamantando a su bebé en compañía de su pareja. Ésta ha sido una de las imágenes de la primera edición de la Cursa Antiracista organizada por el sindicato Top Manta, un evento que ha reunido este domingo a 1.500 corredores y corredoras (se han agotado los dorsales) y miles de personas como público para sumar un total de 10.000 asistentes, según los organizadores. "Para hacer esta carrera se ha tenido que luchar mucho porque la ciudad no acepta este tipo de recursos y carreras para visibilizar causas como la lucha contra el racismo. El deporte no deja de ser una herramienta de inclusión", reivindicaba Omaima en el ARA tras atravesar la meta, aún con el ritmo cardíaco alterado.

El paisaje de la plaza de Sants, lugar de salida y llegada, mostraba, desde antes de las 10 de la mañana, hora de inicio de la carrera, y bajo una temperatura veraniega, que no se trataba de un evento deportivo cualquiera. Las proclamas antirracistas sonaban desde los megáfonos de la organización y el público mostraba banderas palestinas (también las han traído varios corredores) y pancartas del Sindicato de Alquiladoras. "Si podemos aportar de algún modo, lo que sea necesario. La gente se ha volcado mucho con la carrera y me llena de alegría ver cómo se apoya las causas sociales. Si ya estoy contento cuando corro una carrera normal, imagínate hoy con el gran ambiente que hay", explica Roger, uno de los primeros corredores en llegar a la meta.

La Carrera Antirracista, que han ganado a Ramatouile Krubally (19 m 01 s) en la categoría femenina y Martí Gutiérrez Farré (15 m 41 s) en la masculina, ha contado con la ayuda de caras conocidas como la de Oleguer Presas. El exfutbolista del Barça, acompañado de su familia, ha atendido al ARA. "Es necesario que exista una carrera como ésta en un momento complejo en lo que se refiere a los estados de opinión y al crecimiento de los discursos de odio. Podemos hacer cosas lúdicas y reivindicativas y me satisface ver esta diversidad, que es un reflejo de la sociedad donde vivimos", ha dicho. Cerca de él estaba Andrea, que cogía algo de fruta del avituallamiento ofrecido por la organización tras finalizar los cinco kilómetros por las calles de Sants y Les Corts. "Normalmente corro carreras de 10 kilómetros o medias maratones; nunca había corrido cinco. Pero esta es especial porque es importante en la sociedad actual salir a la calle para visibilizar estos valores".

Todos ellos coinciden en que, si hay una segunda edición de la Cursa Antiracista, se apuntarán seguro. "Ojalá esta carrera se hiciera dos veces al año; me llena de orgullo", asegura Mohamed. En la misma plaza de Sants hay varios corredores que se han quitado la camiseta para soportar mejor el calor mientras se toman fotografías de recuerdo. Pero un par aún la llevan y se puede leer el lema "Pare de pararme".