Un héroe sin defectos completa una hazaña que no se veía desde hace 25 años en la NBA
Shai Gilgeous-Alexander emula a las grandes estrellas y lidera la victoria de los Oklahoma City Thunder
BarcelonaEl héroe que casi nunca comete errores tuvo la mejor de las recompensas. Shai Gilgeous-Alexander lideró la victoria de los Oklahoma City Thunder en el séptimo y definitivo partido de las finales de la NBA (103-91). El base sumó 29 puntos y 12 asistencias para cerrar una temporada histórica con el primer anillo de campeones de la franquicia. "No parece real, pero lo hemos merecido porque hemos trabajado mucho.", acertó a decir.
Convertido en el héroe de Oklahoma City una pequeña ciudad de tan sólo 700.000 habitantes, Gilgeous-Alexander dedica un cuarto de hora a firmar autógrafos antes de cada partido. La nueva estrella de la NBA, que coincidió con el badalonés Jordi Fernández en la selección canadiense, llega a completar hasta 400 firmas por noche. "Si cuando niño hubiera tenido la oportunidad de conseguir el autógrafo de Kobe Bryant, habría hecho lo que fuera por eso. Intento hacer realidad el sueño de algún niño", dice.
Tal y como destacó Adam Silver, comisionado de la NBA, el jugador de los Oklahoma City Thunder consiguió una hazaña que no se veía desde hace 25 años y combinó el MVP de la temporada regular con el MVP de las finales de la NBA y la distinción de máximo anotador. Shai unió su nombre a los de Kareem Abdul-Jabbar, Mchael Jordan y Shaquille O'Neal. Su promedio fue de 30,3 puntos, 5,6 asistencias, 4,6 rebotes, 1,9 recuperaciones y 1,6 tapones.
Cuando fue escogido como mejor jugador de la temporada, Gilgeous-Alexander regaló un reloj valorado en 15.000 dólares a cada compañero de equipo. Shai, que tiene pasión por la moda y es director creativo de Converse, es un deportista atípico que negocia sus contratos sin representante.
El base de los Thunder, que nació en Toronto, es hijo de un jugador de baloncesto que guió sus primeros pasos como entrenador y de una atleta que representó a Antigua y Barbuda en los Juegos de Barcelona 92. Su estilo de juego ha sorprendido tanto a los principales analistas como a sus defensores la época de oro del triples. Su gran virtud son los pocos errores que comete durante un partido, donde su toma de decisiones es exquisita. "Soy un tipo tranquilo", suele decir.
El plan de sus Thunder, un equipo muy joven con espíritu de trabajo de equipo universitario, tuvo éxito en un séptimo partido de las finales de la NBA que no se veía desde hace nueve temporadas.
Drama para los Pacers
El séptimo partido fue especialmente cruel con Tyrese Haliburton, que rompió el tendón de Aquiles durante el primer cuarto. El jugador de los Pacers cayó al suelo cuando intentó superar a Gilgeous-Alexander e inmediatamente empezó a llorar por el dolor. La imagen perdurará durante años en la memoria de los aficionados de Indiana.
La final se decidió durante una segunda mitad en la que los Pacers, que durante todos los play-offs habían superado adversidades inimaginables, se quedaron sin energía para competir contra unos Oklahoma City Thunder que supieron completar con la guinda del anillo una temporada histórica. La reacción final de los Paceros, cuando todo el mundo les daba por muertos, sirvió para poner en valor su carácter inquebrantable. Al final, pero no tuvieron tiempo de dar la vuelta al marcador.