Baloncesto

"Todo pesaba tanto que parecía que me moría y que mi vida no tenía sentido"

Ricky Rubio advierte de los riesgos mentales que conlleva la presión del deporte profesional

Badalona"Intentaba dormir, pero era imposible. Acababa con la sensación de que era un farsante. Quería demostrar que estaba bien, que lo tenía todo controlado. ¡Y unos cojones! Estaba perdido y tenía miedo. Tenía la sensación de que desde los 14 años, desde que empecé a ser un jugador profesional, tenía que seguir un guión, unas normas no escritas". Así comienza Ricky Rubio a contar su experiencia en una entrevista difundida por Lo de Évole (La Sexta).

"Me he desnudo como nunca había hecho", reconoce el jugador, que no aclara si seguirá jugando a baloncesto o no. "Me gustaría jugar al baloncesto sin ser Ricky Rubio. Quiero jugar al baloncesto, pero no puedo. Me estoy exprimiendo para ver si puedo hacerlo, pero cada día la respuesta es más clara", resume el catalán.

Cargando
No hay anuncios

La entrevista pone el acento en los riesgos de la precocidad en el deporte. "Debutar con 14 años en el baloncesto profesional ha tenido sus consecuencias. No estás preparado. Debemos explicarles a los niños y niñas que empiezan a jugar toda la verdad, no sólo la parte guapa, pero hay que cuidar físicamente," similitudes con Lamine Yamal. "Se le está dando responsabilidad a un niño que quizás no está preparado. Parece que para que juegue bien a fútbol, ​​tenga que estar preparado para todo. No sé si lo están formando", advierte.

El base analiza en qué punto se encuentra. "He echado de menos el baloncesto y me ha gustado volver a jugar en una liga amateur, pero llevo al personaje encima y me cuesta. Quiero volver a disfrutar del baloncesto sin que nadie me juzgue", confiesa Rubio.

Cargando
No hay anuncios

"Al final ya no me divertía jugar al baloncesto. En mi vida no había grises, es algo que estoy empezando a aprender ahora –argumenta en una conversación con el periodista–. Algunos vestuarios eran una jungla. Algunos jugadores tienen un lado oscuro porque, algunas veces, para poder triunfar ellos, te han hecho hundir pero me veo pero no lo veo pero yo aún lo hubo. profesional demasiado pronto", reconoce.

"Generé a muchos titulares, pero mi cerebro no estaba preparado. Detrás había una persona. No estaba preparado para vivir en un mundo caníbal. Tenía una lucha constante. Si repaso mi carrera no estoy satisfecho porque siempre pienso que no es suficiente", dice Ricky.

Cargando
No hay anuncios

La entrevista repasa algunos de sus momentos más difíciles. "Durante mi tercer año en la NBA no lo pasé bien. Un jugador me recomendó que no enseñara ningún punto débil a la prensa. Aprendí que no podía enseñar mi vulnerabilidad. Me vi en un mundo donde todo debía ser falso para triunfar. Siempre he intentado esconder mis emociones. Algunas veces pensé que era un fracaso."

Évole logra crear un clima de confianza en el que Rubio acaba abriéndose como nunca había hecho. "Tenía ganas de jugar en la NBA, pero no sé hasta qué punto estaba acondicionado. Mi sueño era jugar toda la vida en la Penya. Eso me habría permitido no perderme tantas cosas y quizá hubiera sido más feliz", dice el jugador.

Cargando
No hay anuncios

Rubio tiene un recuerdo amargo de su paso por la mejor liga del mundo. “La experiencia de la NBA fue brutal, pero ganar o perder te lo condicionaba todo. No llegué a hacer amigos, eran compañeros. Me costaba mucho abrirme y conectar. Además, no sabía enfrentarme al conflicto. me gustaban", analiza.

"Fui a Estados Unidos a trabajar. Nunca me enamoré de la cultura o de las tradiciones. Ellos han convertido a la NBA en un negocio y han aparcado el amor por el juego. Lo mismo ocurre en la Euroliga. Ahora todo se hace por dinero. Lo que me llevo de Estados Unidos es lo que no haría", reconoce.

Cargando
No hay anuncios

Rubio bromea con los anuncios que grabó y el dinero que ganó. "Lo importante es cómo te sientes. La riqueza real es la tranquilidad que tienes, no el dinero", recuerda.

"Es una salvajada ser padre y jugar un partido dos días después"

Los logros no calmaron la mente de Rubio. "Fui designado como mejor jugador de la Copa del Mundo del 2019 y me sentí como un farsante. Para mí, no era suficiente. Lo viví desde el sufrimiento", confiesa.

Cargando
No hay anuncios

La cara B del deportista de élite sobrevuela toda la entrevista. "Mi sueño siempre había sido ser padre. Dos días después de serlo, me fui para jugar un partido. Cuando lo pienso, veo que es una salvajada. Cuando mi madre estaba enferma de cáncer, también lo pasé muy mal. No quería estar en Estados Unidos. Por suerte, pude estar con ella cuando murió", explica en uno de los momentos más emotivos.

"Soñaba con cosas muy oscuras. Pedí ayuda y decidí parar. No quería seguir. No con el baloncesto, sino con la vida. Había un momento en que todo pesaba tanto que parecía que me moría y que mi vida no tenía sentido. Estuve a dos sesiones de empezar a medicarme, pero aceptarlo era como una derrota", reconoce. Para él nunca era suficiente. "Sentía que debía superar la carrera de Pau Gasol, pero me gustaría preguntarle si lo ha pasado bien", confiesa.

Cargando
No hay anuncios