Conchabanza de Laporta y Tebas para mantener a Messi en la Liga
Negociaciones salariales en marcha con los capitanes y cambio de discurso con Griezmann y Coutinho
BarcelonaPrimera semana de agosto y Leo Messi continúa sin contrato en vigor con el Barça. A diferencia del Kun Agüero y Emerson Royal, finalistas de la Copa América igual que él, el 10 no ha empezado la pretemporada. Sigue de vacaciones con la familia, a la espera que se pueda anunciar y ejecutar su continuidad en el club azulgrana. Ya hace días que su padre y sus asesores dejaron listo para la firma un contrato para las próximas cinco campañas con una rebaja salarial inicial próxima al 50%. Messi cobrará 40 millones de euros brutos esta temporada, además de una prima de renovación, y percibiría el resto del acuerdo de forma asimétrica, en función de algunas variables asociadas al rendimiento y también del momento en que decidiera dejar de jugar de culé, puesto que su idea es dejar Europa en 2023 para ir a jugar a Estados Unidos.
Que Messi y el Barça se hayan puesto de acuerdo, pues, ya hace tiempo que ha dejado de ser noticia. En cambio, sí que será novedad y motivo de celebración el día en que el argentino vuelva a disputar un partido oficial con el club de su vida o pueda participar en un acto promocional asociado al universo culé. Para que esto pase, para que el 10 vuelva a ser un activo en activo de la institución, antes tendrán que haber fructificado negociaciones salariales que Joan Laporta y sobre todo Mateu Alemany están manteniendo estos días con otros jugadores de la plantilla que entrena Ronald Koeman. Se trata de futbolistas como Gerard Piqué, Sergio Busquets, Sergi Roberto o Jordi Alba, que no figuran en ninguna rampa de salida pero que suponen hoy en día una losa en cuanto a los límites salariales.
Las conversaciones con los capitanes avanzan con determinada fluidez en función de cada caso. En este sentido, no es comparable la situación de Piqué, que amplió su contrato para diferir pagos por valor de unos diez millones, con las de Alba y Busquets, que aplazaron algunas cantidades sin aumentar los años de compromiso. Laporta quiere mano izquierda con este grupo de jugadores que han marcado una época y está pendiente de unas negociaciones que lidera Alemany y evolucionan a fuego lento incluso en la carpeta concreta de Sergi Roberto, más fácil de resolver por cifras y contrato vigente (hasta 2022) que en la de los otros compañeros de la casa. El ARA ya informó hace unos días que los cuatro interesados aceptan que tienen que poner de su parte, pero no sin antes ver en qué queda el esfuerzo de Messi para ajustarse a la nueva realidad.
Por lo tanto, a pesar de la buena predisposición de los afectados, el Barça se encuentra en una situación de pulso –una más– que compromete la nueva alta del 10 y su inscripción en la Liga. Una pugna en la que los gerentes azulgranas, a diferencia de lo que pueda parecer, tienen en Javier Tebas un aliado. Porque, según ha podido saber el ARA, el presidente de la patronal de los clubes y Laporta trabajan en red para evitar que Messi pase más tiempo de la cuenta lejos del escaparate de una competición cada vez menos atractiva en cuanto a los grandes nombres.
Tebas empatiza en privado con la dificultad del Barça y promete parte de la flexibilidad que le reclaman desde el Camp Nou (liberar un total de 200 millones en menos de un mes es muy difícil). Pero a cambio cree que la manera más efectiva de presionar a las grandes fichas es demorar la firma de Messi aunque el acuerdo del Barça con el argentino sea total. La fecha tope que se han marcado en la junta es el 13 de agosto, dos días antes del debut contra la Real Sociedad en el Camp Nou, pero es posible que no se cumpla. De hecho, en la presentación de Emerson, Laporta ni siquiera garantizó la presencia del capitán en el Gamper contra la Juventus. Incluso, si la cosa se pusiera muy difícil, Messi podría ser inscrito más allá del cierre del mercado de fichajes. Es agente libre.
No convertir a Griezmann en Suárez
En esta carrera para liberar masa salarial también hay un apartado especial para Antoine Griezmann, con quien la entidad ha cambiado el discurso en los últimos días para no convertirlo en un nuevo Luis Suárez. A diferencia de lo que pasó el año pasado con el uruguayo, que no jugó ni un minuto en pretemporada y marchó devaluado y gratis, Laporta y compañía quieren que la vía del traspaso del francés, que ayudaría muchísimo a meter a Messi y los fichajes, esté abierta hasta cuando haga falta con el futbolista jugando y valorado de puertas afuera. Lo mismo vale para Philippe Coutinho, que recibe el tercer salario más alto de la plantilla y por el cual no hay ninguna oferta satisfactoria.
En cambio, en los casos de Miralem Pjanic, Samuel Umtiti y Martin Braithwaite no hay giro de discurso que valga. Ninguno de los tres entra en los planos del club y a nadie se le escapa, ni siquiera a los mismos jugadores, que la vía futura pasa por una salida pactada para el bosnio, una cesión para el francés y un traspaso para el danés.