Eurocopa

Italia frustra en los penaltis el milagro de la España de Luis Enrique (1-1, 4-2)

Morata falla la pena máxima decisiva después de 120 minutos de buen juego y ocasiones contra un combinado 'azzurro' conservador

BarcelonaLa España de Luis Enrique no jugará la final de la Eurocopa. La propuesta de la ex técnico azulgrana, de largo la más agradecida de todo el torneo, se queda a las puertas de luchar por la gloria continental. A pesar de tirar más que nadie, necesitó los penaltis para eliminar a Suiza en los cuartos de final. Y en las semifinales contra una Italia muy conservadora, mereció más que el 1-1 con el que acabaron los 120 minutos de partido y prórroga, pero tuvo menos acierto desde los 11 metros que ante los helvéticos. Morata, autor del único gol de los españoles en el tiempo reglamentario, falló el lanzamiento clave ante Donnarumma y sirvió la rúbrica a Jorginho, que no falló el quinto intento de los azzurri, que sonríen en Londres a pesar de haber ido a remolque con la pelota en juego.

Valiente, Luis Enrique sorprendió a Roberto Mancini con una delantera dinámica sin delantero centro. Los veteranísimos Bonucci y Chiellini se esperaban bailar con Morata, a quienes conocen perfectamente de la Serie A, y tuvieron que modificar sus planes para controlar la línea ofensiva formada por Oyarzabal, Dani Olmo y Ferran Torres. La jugada del entrenador asturiano sirvió un dominio territorial para la roja, que acumuló una posesión de pelota cercana al 70% contra una Italia reactiva en relación a lo que había exhibido en la Eurocopa. Ya lo avisó Mancini en la previa –"nosotros tenemos un estilo y ellos otro", manifestó– y dicho y hecho: su equipo se olvidó de la construcción de juego paciente y se tuvo que centrar en arriesgar poco, correr mucho y no perder bolas cerca de Donnarumma.

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El flamante nuevo portero del PSG intervino de forma decisiva en el minuto 25 para evitar el primer gol de España. Después de una gran jugada de ataque posicional, Oyarzabal habilitó a Dani Olmo, falso ariete y pesadilla para la defensa azzurra, que remató desde el punto de penalti y provocó un fantástico paradón del heredero de Buffon. Minutos después, el extremo de Terrassa, pleno de confianza en su tercera titularidad en la cita continental, pecó de hambre en una segunda aproximación con peligro real para Italia: lo acompañaban tres compañeros lanzados hacia la portería oponente y con los centrales reculando, pero decidió chutar –desviado– antes de pisar el área. Tampoco tuvo puntería Oyarzabal en el minuto 39, cuando culminó un buen pase de Alba con un latigazo a las nubes londinenses. En una primera parte de gobierno e intensidad de los de Luis Enrique, de nuevo con un adolescente como Pedri de jefe de operaciones, solo le faltó gol. Aun así, estuvieron a punto de lamentar la reiterada falta de puntería en el último suspiro antes del descanso, cuando Emerson encontró la cruceta de Unai Simón después de un buen servicio de Insigne.

La segunda parte empezó con el mismo guion, con España dominante y arriesgando e Italia protegida y esperando el error del rival. Oyarzabal, que seguía generando mucho desde la banda derecha, encontró a Busquets en la frontal del área para que inaugurara el marcador, pero el lanzamiento del mediocentro del Barça salió afeitando el larguero. Minutos más tarde, en pleno monólogo de la roja, fue el propio atacante de la Real el que probó los guantes de Donnarumma. Todo apuntaba a que los de Mancini, que llevaban 32 partidos sin perder, acabarían cayendo ante el impulso de los de Luis Enrique, pero llegó el desajuste que Italia esperaba desde hacía una hora.

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Tercera prórroga seguida

Desbocada en ataque, la selección española acumuló hasta nueve hombres a campo contrario en el enésimo intento posicional. Jordi Alba centró demasiado blando, Donnarumma recogió el caramelo y patrocinó una contra que cogió a la defensa española con el pie cambiado. Laporte y Eric García se hicieron un lío a la hora de rechazar el peligro y Chiesa, que ya había sido el héroe azzurro en los octavos de final contra Austria, aprovechó la posición de ventaja para superar a Simón con un chut cruzado. El gol no hizo justicia a los méritos de unos y otros, pero quedaba un mundo y si una cosa han demostrado los de Luis Enrique en esta Eurocopa es su capacidad para persistir. Cinco minutos después del 1-0, a Oyarzabal le faltaron centímetros para rematar un pase de Koke. En el 67, Olmo volvió a avisar desde la frontal. Morata, que acabaría llorando, había entrado en el 62 para recuperar el plano teórico antes del silbato inicial. Y fue el madrileño quien, a 10 minutos para el final y con Italia hundida en su campo, igualó el partido después de una gran pared con el omnipresente Olmo.

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El gol de Morata espoleó a España, pero el duelo se fue a la prórroga, la tercera seguida para los de Luis Enrique y la segunda de los de Mancini en esta Eurocopa. El tiempo extra confirmó la película del todo el partido. Es decir, posesión, juego y ocasiones para la roja, a pesar de que sin acierto sobre la portería de Donnarumma, que se hizo grande para intervenir en un par de intentos. En el área contraria, Brych anuló un gol de Berardi por fuera de juego.

En los penaltis el acierto cayó de lado transalpino y Luis Enrique se quedó a las puertas de un milagro histórico. Aun, su selección ya acumula méritos para ser considerada de nuevo una de las grandes deEuropa.