El Barça vuelve a contagiar alegría en la Champions (5-0)
El equipo de Flick golea a un Young Boys blando, pasa página tras perder en Pamplona y anima a la afición con una exhibición
BarcelonaEl Barça anima. Las caras que suben hacia Montjuïc transmiten alegría, cuando no hace mucho subir al Olímpic era una penitencia. Es difícil no ilusionarse pensando que está empezando una nueva era. Un nuevo Barça más joven, más descarado. El de Lamine, Cubarsí o Pedri. Un equipo sin mucho tiempo para pensar en el pasado, porque el futuro es más goloso. Lamerse las heridas de Mónaco y Pamplona fue fácil contra un Young Boys muy blando, un rival que, de seguir jugando así, podría bajar a Segunda, en Suiza. El adversario ideal para pasarse toda una noche de otoño atacando una y otra vez. El equipo tiene hambre; buena señal.
La Champions últimamente traía malos recuerdos a los barcelonistas. Convertida en un objeto oscuro de deseo, daba la espalda a los aficionados de forma cruel con derrotas de aquellas que marcan una época. Para iniciar un nuevo ciclo, el Barça necesita revertir esa tendencia. Necesita ser feliz en Europa como lo fue jugando con un Young Boys convertido en un juguete en manos de los niños azulgranas. Es necesario que la Champions vuelva a ser como esa hora del patio de la escuela que esperas con nervios, porque sabes que será el mejor momento del día. Un espacio de libertad en el que los jugadores del Barça se divierten con el balón, como niños pequeños, pulverizando a un rival que de joven sólo tenía el nombre. Por el momento, el proyecto de Flick aprueba con una nota muy alta. Altísima, teniendo en cuenta el mercado de fichajes y las lesiones, como la de De Jong, que regresó a los terrenos de juego debutando esta temporada.
La diferencia de nivel era tan evidente que, de hecho, era lícito preguntarse si no se habría podido hacer jugar a algún titular en Pamplona y hacer rotaciones contra el equipo de Berna. Pero Flick prefirió rotar ante Osasuna y salir con toda su banda ofensiva ante un rival que duró apenas 25 minutos. En el descanso ya estaba en marcha la goleada. Ya desde la salida, Lewandowski hizo el primero después de una jugada cocinada en la banda derecha por Lamine y Kounde. Después, Raphinha hizo el segundo e Iñigo Martínez, con un cabezazo, el tercero tras un córner, en el que Pedri acarició el balón, y el central vasco lo golpeó con fuerza. Poesía y prosa, contundencia y elegancia. El partido del canario era excelso, como un homenaje a Iniesta, que había anunciado que se retiraba. Detrás, Casadó hacía un montón de kilómetros liderando la presión después de cada pérdida. La baja de Eric Garcia, que está sancionado, no se notó demasiado. Pero Flick no estaba del todo contento, en parte por un fallo defensivo que casi permitió a los suizos empatar cuando el resultado era de 1 a 0, y especialmente porque Ferran Torres no marcaba.
Flick se ha propuesto salvar al soldado Ferran. Quiere que el valenciano recupere el olfato goleador y la autoestima. En Pamplona hizo cambios, pero le dejó sobre el césped para protegerlo. Y para recibir al Young Boys, el técnico decidió repensar al equipo, y le hizo sitio un poco con calzador. Situando a Raphinha por detrás pero con tendencia a caer a la derecha y dejando la banda izquierda para las carreras de Balde, Ferran se situaba casi en la misma zona que Lewandowski. En alguna acción, de hecho, no se entendieron, cuando ambos atacaban el mismo centro. Sigue sin suerte, el tiburón, que tuvo dos ocasiones. Y falló. Flick necesita recuperar jugadores y que los que suelen estar en el banquillo, como en el caso de Pablo Torre últimamente, generen competencia.
Para mantener este nivel es necesario tener fondos de armario para dar descanso a los que convierten el juego en una fiesta, con partidos como éste. Y por eso Flick le dio casi 30 minutos a Ansu Fati e hizo debutar a Cuenca, el joven central andaluz, de 17 años. También volvió De Jong, que tendrá que picar mucha piedra para hacerse un espacio como titular en un equipo lleno de caras jóvenes con ganas de comerse el mundo. De hecho, cuando Lamine fue sustituido, puso cara de manzanas agrias, ya que habría preferido jugar para ver si conseguía marcar un gol. No lo haría Lamine, pero sí el lateral Camara, en propia puerta, cuando quiso desviar un centro de Balde.
El Young Boys, al final, evitó una goleada más clara. Fueron cinco, pero pudieron ser más. El Barça se relajó un poco, lo que provocó que Iñaki Peña acabara recibiendo un gol en el último minuto que, por suerte, estaba fuera de juego. Y todo bajo la mirada en el palco del polaco Szczesny. Una fiesta redonda para volver a recibir la Champions. El próximo rival, el Bayern, promete un partido distinto. Pero este Barça no tiene miedo a nada.
FC Barcelona 5-0 Young Boys
- FC Barcelona: Iñaki Peña, Koundé, Iñigo Martínez (Cuenca, 83'), Pau Cubarsí (Héctor Fort, 62'), Alejandro Balde, Marc Casadó, Pedri (Ansu Fati, 62'), Lamine Yamal (Frenkie De Jong, 75 '), Raphinha, Ferran Torres y Lewandowski (Pau Víctor, 75').
- Young Boys: Keller, Blum (Niasse, 57'), Camara, Zoukrou, Hadjam, Lauper, Monteiro, Ugrinic (Athekame, 57'), Imeri (Lakomy, 82'), Colley (Virginius, 73') e Itten (Ganvoula , 73').
- Goles: 1-0 Lewandowski (7'), 2-0 Raphinha (36'), 3-0 Iñigo Martínez (38'), 4-0 Lewandowski (50') y 5-0 Camara, en propia puerta (81' )
- Árbitro: Erik Lambrechts (Bélgica).
- Tarjetas amarillas: Colley (36') y Ugrinic (40')
- Tarjetas rojas: ninguna.
- Estadio: Olímpic Lluís Companys, 45.097 espectadores con la presencia de más de 2.000 seguidores del Young Boys.