Bernardo Silva, una operación para volver a primera división
Activadas las palancas televisivas y recuperada la economía, el siguiente paso es recuperar el crédito perdido en el mercado de fichajes
Barcelona¿Cuántas veces se ha oído decir la expresión: “El jugador está loco por ir a tal club”? El caso de Bernardo Silva no es nada diferente del de cualquier fichaje de la historia del fútbol. El Barça está interesado en sus servicios y el futbolista ya ha dado el sí para poder cambiar de aires. Aunque, como también pasa tantas veces, el club de origen se hace el desinteresado: primero dice que no lo quiere vender y después dice que quizás sí pero a cambio de una cantidad astronómica. Esta es, a grandes rasgos, la situación entre el Barça y el Manchester City por el centrocampista portugués.
Nada nuevo bajo el sol, en un mundo donde los jugadores se venden a precios astronómicos y donde todo el mundo está acostumbrado al mercadeo. La diferencia es el contexto. Y, más concretamente, la ambición del Barça por cerrar una operación de primer nivel y dejar atrás dos veranos de penurias económicas y de verse obligado a quedarse con las migajas del mercado. En el Camp Nou buscan un golpe de efecto y Bernardo Silva, por quien el City pedirá entre 80 y 100 millones, es un nombre idóneo para volver a la primera división de los equipos compradores. “Laporta necesita dar un puñetazo sobre la mesa y la llegada de un crac mediático lo ayudaría mucho. No solo sería reforzar el equipo, sería mandar un mensaje a todo el mundo para decir que, de alguna manera, el Barça ha vuelto”, comentan desde los despachos nobles del Camp Nou.
La activación de la primera “palanca”, el 10% de los derechos televisivos de la Liga, permitía al Barça sanear la cuenta de resultados de la temporada 2021/22. El siguiente paso tiene que ser la venta del 15% restante –la directiva tiene autorización de los compromisarios para vender hasta un 25%–, generar una plusvalía de unos 400 millones y poder poner sobre la mesa 200 millones para fichar este verano. Una declaración de intenciones que hizo Laporta la semana pasada, a pesar de que este lunes él mismo rebajaba la euforia. “Estamos trabajando pero es complicado”.
El problema es que el Barça parte de una situación económica nefasta. Los dos últimos años, para salvar las cuentas se han tenido que hacer diferimientos y renovaciones salariales que implicaban cobrar poco durante la pandemia e ingresar el resto a partir de esta temporada. Dicho de otro modo, que a pesar de que se aumenten los ingresos –por esta vía extraordinaria de los derechos televisivos–, también aumentan los gastos. Una circunstancia que choca frontalmente con la Liga y el famoso límite salarial. Aunque el club tenga tesorería, no tiene espacio para poder inscribir nuevos jugadores.
El Barça no tendrá bastante con los derechos televisivos para tener límite salarial positivo
El resumen de todo es que el Barça tiene dos problemas. El primero, que no hay bastante quedándose a cero y revirtiendo el patrimonio neto negativo, también hay que generar nuevos ingresos para hacer sitio a nuevas incorporaciones. Y el segundo, que al Barça no le hace falta solo un refuerzo, sino varios, y que difícilmente habrá dinero para todo. Ahora mismo, a la espera de la lluvia de millones proveniente de la televisión, el Barça está superado y solo puede fichar vendiendo jugadores: por cada 3 millones de ahorro, se puede gastar uno. El horizonte pasa porque la regla sea 1 a 1. Es decir, que todo lo que se genere se pueda destinar a las incorporaciones. Para llegar aquí hará falta la palanca televisiva y, muy importante, deshacerse de jugadores.
El Barça ha vuelto al trabajo esta semana con solo dos caras nuevas, las de Kessie y Christensen, llegados a coste cero. Pero la carta a los Reyes que hizo el entrenador antes de marchar de vacaciones era mucho más extensa. Al interés por Bernardo Silva se suman las ofertas por Lewandowski (40 millones) y Raphinha (50), que ya son formales. Y también se tiene que concretar la llegada de Koundé, Marcos Alonso y Azpilicueta. “Es osado pensar que se puede contratar a todos estos jugadores por 200 millones”, apuntan desde el club. “En el fútbol todo es posible, pero yo no pondría la mano en el fuego”, dice una de las fuentes consultadas.
Vender los derechos televisivos, negociar bien y encontrar salida para los descartados. Laporta quiere que el Barça vuelva a hacerse respetar y, a pesar del escepticismo en algunas áreas del club, también se respira un cierto optimismo. Sirva el caso de Frenkie de Jong como ejemplo. El Barça lo puso a la venta hace unas semanas, y el Manchester United era uno de los más interesados en sus servicios. Cuadrados las cuentas, sin embargo, Laporta ya advertía que las reglas del juego habían cambiado y que ya no había tanta prisa como antes. Por lo tanto, venía a decir a los red devils que, si querían quedarse con el centrocampista holandés, tenían que subir la apuesta.