Con este Lamine Yamal, todo parece posible en el Barça

BarcelonaVuela alto, el Barça. Cada vez que Lamine Yamal coge el balón, este equipo parece capaz de todo. Pero la realidad es más complicada. Para derrotar al Alavés ha tocado picar piedra y masticar arena. Pero la defensa vasca se ha caído y el Barça ya está apenas cuatro puntos del Real Madrid. La Liga, que por momentos parecía perdida del todo durante esa inexplicable mala racha de resultados, vuelve a quedar abierta. Había que aprovechar el tropiezo de los discípulos de Ancelotti en el campo del Espanyol. Y se aprovechó en un partido que tampoco pasará a la historia, en parte por la buena defensa de los vitorianos, en parte por la permisividad arbitral con las faltas visitantes.

Al final lo ha resuelto Lewandowski en la segunda parte haciendo lo que sabe hacer: poner el pie y marcar. Un gol en el segundo palo tras un remate de Lamine Yamal. Si el joven de Mataró es pura imaginación, el delantero polaco es efectividad. Uno es joven y se dedica a explorar nuevos caminos, con un juego exuberante en el que por momentos parece que su prioridad es pasárselo bien. Lewandowski, en cambio, va por trabajo. Él ya es veterano, tiene un montón de cicatrices y va de cara a choza. Uno baila con el balón en los pies, el otro marca goles. En un partido en el que por un día Raphinha no estuvo acertado, ellos abrieron la lata de un rival que jugó un muy buen primer tiempo defendiendo. El Alavés incluso ha ido lanzando algunas contras con cierto peligro que han obligado a Szczesny a estar atento. El portero polaco por fin ha podido acabar un partido sin recibir goles y ha podido devolverle el favor a Flick, que siempre le defiende.

No ha sido un partido cómodo. De hecho, ha sido raro, como este horario, a las dos de un domingo frío. Y extraño como el propio guión del encuentro. De salida Lamine Yamal ha decidido levantar de la silla a los espectadores con una jugada en medio del campo en la que iba driblando a rivales, haciéndoles caer a su paso, como en el pasado han hecho otros grandes nombres del fútbol. Cuando Lamine Yamal hace de las suyas con el balón atado al pie, es imposible no pensar en Messi o Ronaldinho. Era difícil no confundir a los jugadores del Alavés con los del Getafe que Messi dribló hace años o los ingleses que Maradona mortificó. Lamine Yamal es alegría, técnica y belleza, con apenas 17 años. Pero poco después Gavi se topó con Conechny y los dos cayeron al suelo con un fuerte golpe en la cabeza. El visitante, totalmente amarillo. El andaluz podía andar, pero, como había recibido una vez en la cabeza, Flick ha decidido sustituirle para protegerle. El paro rompió el ritmo de salida del Barça y el Alavés se sintió más cómodo. Haciendo faltas y recuperando balones, sacó de quicio al equipo local, que acabó firmando un primer tiempo flojo. Tanto que Flick ha hecho un doble cambio al descanso y ha hecho entrar a De Jong y Eric Garcia por Casadó y Araujo.

El equipo lo ha agradecido, con un segundo tiempo en el que se han ido generando más ocasiones, hasta que Lewandowski ha cazado en el segundo palo un remate de Lamine Yamal. Lo complicado era eso, hacer el primer gol. Los vitorianos, entrenados por el incombustible Chacho Coudet, intentaron empatar sin suerte, porque el Barça tenía las ideas claras. Con Pedri escondiendo el balón una y otra vez y De Jong demostrando que puede ser muy importante en este segundo tramo de temporada, el equipo catalán ha hecho lo necesario: evitar cometer errores y conseguir un triunfo más funcionarial que espectacular . No siempre puedes marcar siete goles, en la Liga. Pero cuando tienes a Lamine Yamal, todo parece posible. Ni siquiera ha hecho su mejor partido, pero el del Maresme ha dejado algunas jugadas de las que emocionan. De esas que animan, que los niños quieren imitar en el patio de la escuela y que ponen el miedo en el cuerpo a los rivales. El Barça, que por momentos parecía derrotado en la Liga, ha vuelto a levantar cabeza. Ahora queda a cuatro puntos del Madrid justo antes del derbi de los blancos ante el Atlético de la próxima jornada. Ahora vuelve a soñar. Todo parece posible. Especialmente cuando Lamine Yamal juega como los ángeles.