El jugador "más pesado del vestuario" que puede salvar a Flick
El regreso de Raphinha empieza a cambiar las cosas en el Barça, donde se ha añorado el talento y el sacrificio del brasileño
BarcelonaHansi Flick quedó con la mirada perdida, abatido, solo en el banquillo tras derrotar al Alavés. Los jugadores parecían satisfechos y el presidente, Joan Laporta, ya bajaba hacia los vestuarios para celebrar con un pastel el 126 aniversario del club, pero el entrenador no ponía buena cara. Sólo el brasileño Raphinha pareció darse cuenta y se fue a Flick para hablar con él, atento. "Después del final del partido, Raphinha me decía lo mismo que la última vez: que vamos a mejorar. Que lo haremos mucho mejor en los siguientes partidos", explicó el técnico.
Fue una conversación significativa. Flick vive los partidos con intensidad. En el club explicaron que la reacción del alemán era más por estar enfadado con algunas decisiones arbitrales, como un penalti no pitado sobre Lamine Yamal o la decisión de expulsar a dos de sus ayudantes, José Ramón de la Fuente y Marcus Sorg, que por preocupación por el equipo. Pero Flick no quiso esconder que consideraba que el partido no le había acabado de agradar, pese al resultado. Raphinha tampoco lo escondió: "El míster sentía que podíamos hacer mucho más en el campo, nosotros también sabemos que podemos hacerlo mucho mejor. Su sensación es que el equipo no está jugando en su mejor versión y estoy de acuerdo. Tenemos que mejorar muchísimo, pero, sin embargo, creo que lo más importante era hacer salir con la victoria. volveremos a nuestra mejor versión. Ganaremos jugando bien, pero si hay un partido que jugamos mal, a mí me da igual.
Flick y Raphinha han ido hablando estos días, ya que el Barça ha admitido que en un pasado reciente no se gestionó muy bien la recuperación de las lesiones del brasileño, como cuando se lesionó en Oviedo y para intentar recuperarlo rápido, recayó. Flick le necesita y quiere jugar con él siempre. Y él quiere ayudar al equipo. Sin embargo, a veces lo mejor es tener paciencia y no evitar riesgos, como se ha hecho en las últimas semanas. "Estoy intentado buscar mi mejor versión físicamente. Aún no estoy capacitado para jugar 90 minutos, pero los minutos que estoy en el campo intento dar lo mejor de mí. Estoy trabajando fuerte y espero estar al cien por cien pronto", dijo el sábado.
Su regreso era necesario, como admiten los compañeros y el propio Hansi Flick. Raphinha se ha convertido en uno de los líderes del equipo por su agresividad y entrega sobre el césped, además de su talento ofensivo. "Es sorprendente cómo compite y cómo trabaja. No es normal en todos los jugadores", explicó al ARA Gaby Ruiz, que estaba en la dirección deportiva del Leeds cuando ficharon al brasileño hace años. "El primer día nos preguntó cómo serían los entrenamientos y las cargas de trabajo. Más de uno pensó que lo preguntaba por ver si le tocaría sudar mucho, pero en verdad quería la información para estar preparado. Y de hecho, explicó que él entrenaría aún más, en solitario", comentó Ruiz. En el Barça ha pasado lo mismo. "Poder jugar en un club como éste es el que he soñado toda mi vida", confesó a Brasil hace unos meses.
Contra el Alavés, fue clave cuando tocaba atacar, pero también ayudó mucho en defensa, que logró que la banda donde jugaba con Balde apenas fuera aprovechada por los vascos, ya que él era el primero que ayudaba en tareas defensivas. "Muchas veces, incluso, soy demasiado pesado pidiendo a los compañeros que defiendan, pero creo que es importante, y yo siempre exigiré a las personas que sé que pueden dar mucho más. En el partido, alguien debe ser el pesado y no pasa nada; yo asumo esa responsabilidad. Luego, en el vestuario, nos abrazamos y celebramos la victoria que celebró la victoria", explicó tras el partido del sábado: un discurso crítico por mejorar. "No tenemos el control ni la intensidad de la pasada temporada. Esta temporada hemos tenido más lesiones", dijo Flick admitiendo que los problemas físicos de jugadores como Raphinha han afectado mucho a un equipo que ha añorado a un jugador que la pasada temporada fue uno de los favoritos en la lucha por ganar el Balón de Oro, ya que marcó 34 goles e hizo 23 asistencias.
Este año, en cambio, ha podido jugar apenas seis partidos de titular y sólo ha podido marcar tres goles. No se trata sólo de los goles, sin embargo. Ante el Alavés ya realizó dos asistencias. El Barça ha añorado el carácter de un hombre convertido en uno de los líderes que necesita todo vestuario, abucheando, trabajando y sacrificándose.