Fútbol

"Para quienes le conocimos, Maradona fue como un Dios"

Los jugadores que compartieron vestuario con el argentino en el Barça aún le recuerdan con cariño

24/11/2025

BarcelonaHace cinco años de la muerte de Diego Armando Maradona. Como otros genios, el argentino no descansa en paz, con un caso judicial abierto en el que se decidirá si quienes debían cuidarle le dejaron morir. El Pelusa, considerado para muchos como el mejor jugador de todos los tiempos, dejó un recuerdo imposible de olvidar en aquellos que le conocieron, también en Barcelona, ​​donde jugó dos temporadas, de 1982 a 1984, que no acabaron de ir del todo bien.

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En Barcelona sufrió lesiones, enfermedades, se abatió con los jugadores del Athletic, le lesionaron y se encaró una y otra vez con el presidente Núñez, con quien tuvo abucheos sonados, como uno que acabó con el argentino y Schuster amenazando con romper copas del Museo si no les hacía caso. Maradona ganó tres títulos (una Copa, una Copa de la Liga y una Supercopa) y marcó goles increíbles, como el del Santiago Bernabéu en el que Juan José acabó chocando con el palo. Pero no triunfó tanto como en el Nápoles. Sin embargo, muchos socios del Barça que iban a ver los calentamientos para no perderse detalle todavía consideran que ha sido uno de los mejores jugadores que han vestido nunca de azulgrana, aunque la suerte que otras veces le sonrió, a Catalunya le dio la espalda.

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Este lunes, de hecho, la Peña Azulgrana de Mataró reunirá a dos de los compañeros de vestuario de Maradona, Paco Clos y Luis Fernández, en su sede de la calle Argentona para recordarle. "Yo debuté en Primera precisamente por una lesión de Maradona, que no podía jugar en el campo del Atlético. Subía del filial y estaba acojonado. Pero tenía la virtud de que todo el mundo estuviera bien, defendía a los jugadores y cuidaba a los jóvenes. Bueno, era más joven que yo, pero como yo venía del filial no lo parecía." Era una persona in parecía. Cerrado. El guardameta Luis Fernández, que no debutó en partido oficial pero sí jugó dos amistosos antes de marcharse al Sabadell, no puede olvidarlo: "Para mí fue Dios. Una persona excepcional con los compañeros. Tenía algo especial, una aureola que no he visto en nadie".

Maradona llegaba proveniente del Boca Juniors después del Mundial de España. Las negociaciones para sacar al jugador de aquella Argentina controlada por militares fueron propias de un relato de novela policial, con pistolas sobre la mesa para asustar a Josep Maria Minguella, que acompañó en esos viajes a Joan Gaspart oa Josep Lluís Núñez que llegó a reunirse con el presidente del River Plate para hacer ver que en realidad querían fichar. Maradona llegaba a un Barça que quería ganarlo todo, pero el técnico Uddo Lattek no se entendería con el Pelusa. Así que llegó el técnico campeón del mundo de 1978 junto a Argentina, Menotti.

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Maradona había sido el mejor jugador del Mundial juvenil de 1979, ganado por Argentina en Japón. El segundo mejor jugador de esa cita fue Juan Carlos Pérez Rojo. "Maradona fue clave para la llegada de Menotti, que me acordaba del Mundial, así que preguntó por mí cuándo aterrizó en Barcelona", recuerda Rojo. Menotti iba preguntando por ese tal Rojo que recordaba del Mundial, y se ve que un directivo del Barça pensó que preguntaba por Chechu Rojo, leyenda del Athletic Club. "«Se ha retirado», le dijeron", sonríe Rojo. En realidad estaba en el filial, esperando la oportunidad de reencontrarse con Maradona.

La primera impresión

Todo el mundo recuerda la primera vez que habló con el argentino. Julio Alberto estaba en el vestuario donde les presentaron el nuevo fichaje. "Tenía el taquilla al lado de la de Marcos Alonso. Y yo estaba al lado, así que charlábamos mucho. El primer día cogió las medias hechas una bola y empezó a dar toques. No se le caían. Con Marcos nos miramos y entendimos que había que cuidarlo, que era recuerda, yo le dije que si tenía algún problema". Mucha gente le vio hacer malabarismos con objetos, como el periodista Eduard Boet, que contaba en La Vanguardia que una vez le cayó la espuma del micrófono en el túnel de vestuarios y Maradona se la llevó dando toques "sin caer". "Si se llega a grabar, esa imagen valdría millones", explicaba.

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La primera conversación con Clos fue entrenándose. "Fue en un entrenamiento, durante el transcurso de una jugada en la que hicimos una pared y me dijo: «Muy bien, chico»". "Era un hombre muy generoso. Dicen que se marchó en parte por dinero, y podría ser, porque siempre estaba gastando, haciendo regalos. A los jugadores jóvenes nos daba de todo", dice Rojo, quien recuerda que "era el primero en ir a negociar las primas y los contratos, para defendernos". Núñez sabía que Maradona era especial y quería sacar un rendimiento económico, así que organizaba amistosos en los que estaba escrito en el contrato que el argentino tenía que estar. "Una vez defendimos que Maradona no podía jugar porque le habían hecho daño y tenía puntos. Pero sin él no se cobraba, así que se sacrificó y jugó. Y después empezó a regalarnos cosas porque estaba emocionado, ya que nosotros le habíamos defendido", explica. "Y él defendía a los demás. Era capaz de detener el coche si veía a un chico en la calle para darle de comer. En la casa en la que vivía siempre había un montón de gente, ya que él le ofrecía a amigos y conocidos. No era perfecto y tenía defectos, como todos, pero le encantaba ayudar. En Nápoles siguió haciéndolo mal a los barrios va a jugar partidos para ayudar a niños. la prensa lo contara", dice Julio Alberto, que recuerda que con la llegada de Menotti empezó a entrenarse por la tarde, ya que "él creía que había que entrenarse a la misma hora de los partidos, tenía lógica".

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Una dinámica que dejaba las mañanas libres y abría la posibilidad de alargar las noches. "Claro que salíamos, en discotecas como Up & Down, pero para tomar unas copas. Si después él hacía cosas en casa, lo ignoro", dice Clos. El periodista Josep Maria Casanovas recordaba que, cuando Maradona estaba lesionado, estaba en la terraza de su mansión descansando mientras amigos esnifaban cocaína sobre una mesa de tenis de mesa. Y Julio Alberto, que sufriría mucho por las drogas una vez retirado, admitió haber probado esta droga por primera vez en casa de Maradona en esos años. Los años de Barcelona fueron complicados. Con momentos de gloria, pero también mucha oscuridad. Pero quienes le conocieron no le olvidan.