La "locura" de Flick que desespera a los rivales del Barça

BarcelonaEl barcelonismo cuenta los días para reencontrarse con la mejor noticia de este inicio de temporada: el librito de Hansi Flick. Rica en verticalidad y muy generosa en atrevimiento, la propuesta del entrenador alemán también se ha traducido en un expediente casi inmaculado en cuanto a resultados se refiere. Su Barça lidera la Liga con tres puntos de margen sobre el todopoderoso Real Madrid de Mbappé, mientras que en la Champions se sobrepuso al tropiezo inicial en el campo del Mónaco con una goleada sin paliativos ante el Young Boys. Tras el segundo parón internacional del curso, el calendario se complica con la visita del Bayern a Montjuïc y un clásico en el Santiago Bernabéu. Serán dos pruebas de fuego que desafiarán el olfato de Lewandowski, el talento de Lamine Yamal y la versatilidad de Raphinha, pero también el riesgo de una línea defensiva radicalmente avanzada que desespera a los oponentes.

Hay una estadística que manifiesta perfectamente esta última virtud: la de los fueras de juego provocados. Ningún equipo de las grandes ligas europeas tiene la capacidad del Barça para inhabilitar a los jugadores rivales cuando se desmarcan en el espacio, que es el camino más corto que encuentran para quitarse de encima la presión asfixiante en campo propio e intentar generar peligro para la portería culé con pases en la espalda de los defensas. En la Liga, en las ocho jornadas disputadas, la escuadra de Flick ha dejado en fuera de juego 62 veces a los atacantes de los conjuntos con los que se ha enfrentado, lo que genera una media de 7,75 golpes por duelo. Especialmente llamativa fue la estadística del día del Alavés, con 11 orsais en 90 minutos y tres goles bien anulados por pocos centímetros. Muchos menos fueras de juego (15) ha provocado al Madrid en total en la Liga (1,8 por duelo), mientras que el Brighton inglés es el segundo equipo de todo el continente después del Barça en este arte (31 orsais, justo la mitad que los azulgranas). Los datos asustan, pero tienen explicación.

La lección de Hansi Flick funciona, pero obliga

Si el Barça se harta de provocar que los árbitros asistentes levanten la banderita es porque tiene una prioridad colectiva: defender lo más cerca posible de la portería rival. Esta receta exige la presencia de los delanteros en la primera línea de presión, obliga a los centrocampistas a morder a los jugadores que generan juego al oponente y pide el máximo riesgo a los centrales y laterales, que a menudo se ponen al límite de la medular en balance defensivo y anteponen dar el paso adelante necesario para inhabilitar a los oponentes antes que esperar a las embestidas protegidos cerca del área propia. El futbolista que está coordinando el grito del fuera de juego es el más veterano, Iñigo Martínez, que nunca en su dilatada trayectoria defendió tanto al límite. Tampoco Kounde está acostumbrado a realizar tantas coberturas a 40 metros o más de su portería. Balde, Eric Garcia y Cubarsí, educados en La Masia, sí están habituados a defender con un sentido ofensivo, pero en la élite nunca habían llevado ese espíritu tan al extremo.

Fuentes del vestuario consultadas por el ARA definen entre risas como "una locura" la defensa adelantada que propone Flick, pero celebran que la lección esté aprendida y funcione. "Los delanteros rivales lo tendrán complicado. Ahora bien, si nos entran de segunda línea, pueden hacernos daño", añaden. Para evitar ese posible punto débil, aseguran, es perentorio que la presión no deje maquinar ni pasadas ni desmarcadas a los centrocampistas oponentes. El propio Flick es el gran impulsor de esta forma de expresarse en el terreno de juego, pero uno de sus auxiliares, Heiko Westermann, es quien más trabaja los mecanismos para parar la trampa del fuera de juego con el mínimo riesgo de agarrarse los dedos. Este miembro delstaff habla con conocimiento de causa, puesto que jugó de central durante 18 años de profesional y fue internacional absoluto con Alemania. Además sabe hablar en castellano porque vivió un año en Sevilla.