La maldición del Bernabéu

Desde que el Barça atropelló a finales de octubre al Real Madrid no ha vuelto a ser el mismo. Durante esa semana fantástica de los cuatro goles al Bayern y los cuatro más en el Bernabéu, el equipo de Flick parecía imparable, pero desde entonces solo ha ganado dos de los ocho partidos que ha disputado en la Liga –Espanyol y Mallorca–, ha empatado dos –Celta de Vigo y Betis– y ha perdido contra la Real Sociedad, Las Palmas, Leganés y Atlético de Madrid. De los últimos 21 puntos, solo ha sumado cinco y los tres últimos partidos en Montjuïc se han saldado con derrota. Los datos indican que hay un problema y la curva descendente se sitúa justo después del 0-4 en Chamartín, como si fuera una maldición. Pero ahora que ya no es líder y la próxima jornada será ya en el 2025, al Barça le conviene no perder la perspectiva.

La imagen, el juego y las sensaciones que ofrecieron en el duelo contra los colchoneros son más que suficientes para que el barcelonismo se sienta orgulloso. De diez partidos como este, uno se pierde y tocó este. Faltó puntería y sobraron seis minutos, pero el espejismo quizás fue la apisonadora de principios de curso y no lo de ahora, ya que la efectividad del Barça en ese momento también era extraordinaria y el calendario es tan esquizofrénico que es imposible ser regular. Un equipo lleno de adolescentes respondiendo por encima de las expectativas, capaz de mantener el pulso al Madrid de Mbappé y Vinícius y a un Atlético con una plantilla mucho más compensada, no debería ser valorado ahora con severidad.

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Otra cosa es lo que ocurre en los despachos del club. Es de ingenuos pensar que al único y gran fichaje de la temporada, Dani Olmo, no le afecta un ápice saber –después de perderse los dos primeros partidos de la temporada– que le queda solo una semana para ser inscrito y que aún no se ha encontrado la solución cuando Laporta dijo en septiembre que si no habían llegado a la regla 1:1 del fair play financiero era porque no le había dado la gana. Con los millones que ha cobrado Darren Dein entre Spotify y Nike en comisiones ya estaría, pero sospecho que pronto será Hansi Flick el señalado, al igual que lo fueron antes Koeman y Xavi, para no seguir sacando petróleo de la plantilla en vez de mirar al palco y preguntar en qué lo están ayudando Laporta y compañía. No, no hay maldición alguna del Bernabéu. Al final, todo siempre cae por su propio peso.