Los motivos por los que el Barça no debe volverse loco para sustituir a Dembélé
El equipo tiene hasta cinco jugadores en la plantilla que pueden realizar las funciones propias de un extremo
BarcelonaOusmane Dembélé se marcha del Barça y el club debe pensar si busca un relevo natural o si, en cambio, trata de destinar los escasos recursos económicos que tiene a reforzar otra posición o perfil de jugador. Echando un vistazo a la plantilla actual, el Barça, pese al adiós del futbolista francés, aún dispondría de una buena nómina de extremos. Al menos en cantidad. ¿También en calidad? ¿Qué pueden aportar Raphinha, Ansu, Ferran o Abde y qué características debe tener un extremo del Barça?
De entrada habría que hacer una previa y decir que si Xavi apuesta por el sistema con cuatro centrocampistas, el Barça tendría cuatro jugadores para una posición (la del compañero de Lewandowski en la delantera). Si el técnico azulgrana también tiene pensado utilizar, como durante esta gira, el sistema con tres centrocampistas y dos extremos, el equipo tiene ya dobladas las alas. Todo ello, a la espera de ver también hasta qué punto puede tener protagonismo en el primer equipo Lamine Yamal.
En cualquier caso, un extremo del Barça debería dominar una serie de requisitos que podrían resumirse de esta manera: comprensión del juego y capacidad de estirar las líneas rivales con desmarcadas profundas. Si el extremo es amplio y riguroso a nivel posicional llama la atención de, al menos, el lateral rival. Si amenaza la espalda de la defensa con desmarques estresa al lateral y, como mínimo, al central más cercano. En todas estas situaciones, ayuda al equipo aunque no toque el balón. ¿Cómo? Creando zonas de intervención para que jugadores como Pedri o Gündogan tengan más tiempo y espacio. La aspiración del Barça de Xavi es dominar los partidos con sus centrocampistas. Para que esto sea posible, ese engranaje con los extremos es fundamental. Existen otros equipos que se expresan a través del desequilibrio que aportan sus extremos. En estos casos, es imprescindible que sean hombres a un lado con una grandísima calidad en el uno contra uno.
Desordenar la defensa rival, la principal tarea de los extremos
Si los extremos del Barça tienen talento para dejar atrás a rivales con el dribling, perfecto. Si no es el caso, tampoco sería un drama, porque su función principal debería ser ayudar a desordenar a la defensa rival (normalmente aculada) con inteligencia posicional y buenos movimientos. De todas formas, tener un driblador como Abde en la plantilla puede desatascar algunos partidos. Está haciendo méritos para que se le tenga en cuenta y la cesión a Osasuna le ha hecho crecer en el ámbito táctico. Raphinha, desde la derecha, tiene una mejor relación con el entorno que Dembélé y, en cierto modo, puede ser una amenaza en el espacio. Precisamente de eso, de los desmarques en el espacio, vive Ferran cuando juega de extremo. No desequilibra desequilibrio en el uno contra uno, pero sí tiene el sentido para buscar balones a espaldas de la defensa. Está claro que todo esto hay que armonizarlo con los jugadores interiores y que éstos den un paso adelante en su capacidad de mandar y dominar.
Ansu come aparte. Lo decía Xavi después del partido contra el Milan, decidido con un gran disparo del joven de 20 años: “Es diferencial cerca del área”. En realidad Ansu no es un extremo, es un delantero que tiene una relación especial con el gol y, por tanto, conviene acercarlo a la portería. En este sentido, resulta especialmente interesante su simbiosis a la izquierda con Balde. El lateral del Barça, este sí tiene dribling, cada vez es más determinante en ataque. Sus cambios de ritmo penetrantes y sus afiladas conducciones son oxígeno para el equipo.