Los negocios de Gerard Piqué, el futbolista conseguidor

BarcelonaSe va Gerard Piqué. Así, sin avisar antes ni siquiera a su entrenador o a sus compañeros, con los que cenó el miércoles. El Barça-Almería de este sábado en el Camp Nou será el último partido oficial de uno de los defensas más influyentes y laureados de la historia del club azulgrana. A partir de ahora, el barcelonés podrá centrarse exclusivamente en su vertiente empresarial después de más de un lustro compaginándolo con la práctica profesional del fútbol. Atrevido y extraordinario, se ha despedido a medias de los culés. Como ya ha dejado caer alguna vez, aspira a presidirlos algún día desde el palco del estadio.

"O él se come la vida o la vida se lo come a él". Así habla de Piqué una persona que ha convivido con él en el vestuario del Barça todos estos años. El barcelonés, que en febrero cumplió 35 años, ha sido una rara avis en el mundo del fútbol. A diferencia de los otros jugadores multimillonarios, que delegan a terceros la gestión de su patrimonio, él ha sabido combinar su día a día como deportista de primer nivel con una vida empresarial frenética, en constante redefinición y con un componente lúdico asociado al hecho de saber que la cuenta bancaria compensará sus errores. Sobre este colchón económico se permitió el lujo de cerrar con pérdidas millonarias Kerad Games, la empresa de videojuegos que fundó en 2012, o de asumir el fracaso de la hamburguesería Yours!, un proyecto derivado de una inversión previa en carne de ternera de la Vall d'en Bas (Girona). "No hago todo esto por dinero. Me he ganado bien la vida y podría estar tirado en el sofá sin hacer nada", decía hace unos años sobre este carácter emprendedor. En efecto, Piqué se toma los negocios que hace –ahora bajo el paraguas del potente holding Kosmos– como un juego de riesgo, con el mismo espíritu que lo podía llevar a perder miles de euros y unas cuantas horas de sueño cuando apostaba en partidos de la NBA o a ganar timbas de póquer en el Casino de Barcelona.

La Supercopa de Rubiales

Carismático de serie, el que a partir del sábado será ex jugador del Barça se implica en sus negocios para que le vayan bien. En este contexto se enmarca el acuerdo para llevar la Supercopa de España a Arabia Saudí, por el que Kosmos se embolsa 24 millones a repartir en seis años, pero sobre todo las conversaciones posteriores con el presidente de la Federación Española, Luis Rubiales, primero para pedirle ayuda para participar en los Juegos Olímpicos de Tokyo y después para que el Andorra, club del que es propietario, tuviera un grupo más sencillo en la Segunda B después de comprar una plaza en esta categoría. Unas peticiones que levantaron mucha polvareda cuando El Confidencial las publicó mediante mensajes de audio.

"Más que un empresario es un conseguidor", explica al ARA sobre Piqué una fuente próxima al vestuario del Barça, donde hasta hace poco se preferían perfiles más discretos que el suyo para llevar la capitanía, un honor que el central no recibió hasta diez años después de su regreso al club procedente del Manchester United. Aun así, llevar el brazalete desde 2018 no lo ha disuadido de seguir moviendo hilos fuera de los terrenos de juego. En 2019 cerró un acuerdo para explotar la Copa Davis durante los siguientes 25 años a cambio de 2.600 millones. Y en 2020, en virtud de la buena relación que tejió con Isabel Díaz Ayuso (PP) a raíz de la organización del torneo tenístico en Madrid, intervino para que se transportaran 32 millones de mascarillas desde China hasta la capital española en el pico de la pandemia. Lo hizo a cambio de nada tangible.

Pero Piqué también ha hecho de conseguidor en su casa. Para empezar, si el Barça lució Rakuten en la camiseta entre 2016 y 2022 fue gracias a él. La agenda del central facilitó que la junta de Josep Maria Bartomeu encontrara una alternativa a los petrodólares cataríes para patrocinar al Barça. Fue él quien convenció a Hiroshi Mikitani, amo del gigante japonés de comercio digital, para que invirtiera en el club catalán. El jugador no cobró por la mediación, pero se supo fuerte para negociar con Bartomeu un contrato profesional hasta el 2022 a razón de 28 millones brutos anuales entre fijos, pluses y variables, sin contar una prima de fin de etapa. De todo el dinero pactado, Piqué renunciará al último año de contrato (hasta el 2024) y perdonará buena parte de los 52 kilos que tenía pactados para esta temporada, hecho que ayudará a la dirección deportiva a plantearse operaciones en el mercado de invierno.

La polémica con Bartomeu por 'La decisión'

De la alianza con Rakuten también obtuvo la coproducción del documental Matchday con Kosmos, que meses antes había producido La decisión, la pieza que Antoine Griezmann usó para rechazar ir al Barça. A pesar de su malestar por el caso Barçagate, Piqué también se entendió con Bartomeu, en pandemia, para espaciar los pagos de su contrato hasta 2024, de espaldas a la negociación colectiva con los otros pesos pesados del vestuario. En cambio, no consiguió que el ex dirigente lo aceptara como comprador de una parte del Barça Corporate, cosa que tampoco le permitió Laporta en verano con Barça Studios. Iba en contra del código ético. Lo que sí pudo hacer fue reclutar al doctor Ricard Pruna, que había sufrido un acoso laboral en el Barça, para su Andorra. Meses después también ficharía para la entidad andorrana al segundo de Quique Setién, Eder Sarabia. Pruna volvería al Camp Nou de la mano de Xavi.

Con Laporta en la presidencia, el central ha tenido línea directa con la toma de decisiones, a pesar de que la relación ha ido fluctuando. Negoció antes que nadie con el mandatario la rebaja salarial que hizo falta para, ya con Lionel Messi fuera del Camp Nou, inscribir a Memphis y Eric Garcia en la Liga 20/21. Su ascendiente en los despachos ha hecho que su representante, Arturo Canales, sea bien recibido a la hora de negociar renovaciones sui generis como la de Umtiti o de asegurarse fichajes como el de Pablo Torre. "Piqué y Canales tienen influencia en el día a día del Barça", dice al ARA una fuente que sabe cómo se está funcionando en el club. De esta sintonía dependerá la calendarización de los pagos aplazados al central. Porque el futbolista conseguidor por excelencia también ha sido el defensa mejor pagado del mundo.