El último clásico en Montjuïc (en principio)
El club, que tiene el estadio olímpico disponible gracias a la cancelación de la gira de los Rolling Stones, confía en poder volver al Camp Nou en septiembre
BarcelonaAlrededor de Navidad, cuando el Barça ya sabía de sobra que el regreso al Camp Nou iba por largo, el club hizo correr que el objetivo era reabrir el estadio coincidiendo con el clásico ante el Real Madrid. Hacía pocas semanas que se había organizado una presentación para explicar que la vuelta sería a principios de año, pero era evidente que los pronósticos no podrían cumplirse. Desde el punto de vista constructivo, era posible tener listo el estadio para la nueva fecha propuesta por el equipo directivo. Y desde el punto de vista de los permisos, existían más dudas, aunque desde el club se confiaba en llegar a un pacto con el Ayuntamiento.
Ahora bien, plantear el regreso para el fin de semana del 10 y 11 de mayo se explicaba por un tercer factor: las prisas venían condicionadas por la disponibilidad de Montjuïc. Ya se había alquilado el recinto para el inicio de una gira mundial de un grupo muy mediático, los Rolling Stones. La suerte hizo que al final se anulara este concierto y el Barça tuviera vía libre para poder jugar a Lluís Companys hasta el final de esta temporada.
Fueron unos días de nervios en Can Barça. BSM, la empresa que gestiona los equipamientos del anillo olímpico, no quería cancelar el contrato con los Stones –por la prima millonaria que suponía y por el descrédito que significaba–. Tampoco existía ninguna garantía de que los permisos de reapertura pudieran concederse. El club exploró la posibilidad de disputar los últimos partidos del curso en un tercer estadio. Sobre la mesa estaba desde la opción más conservadora, jugar a Johan Cruyff, a las más estrambóticas, como alquilar el RCDE Stadium o ir a Mestalla. No dejaron de ser esto, propuestas. Las fuentes consultadas por este diario explican que enseguida se descartó y que no se llegó a realizar ninguna petición formal a terceros clubs. "O jugamos en Montjuïc o jugamos en el Camp Nou", decían los portavoces oficiales del club cuando se les preguntaba para el tema.
Los Stones cancelaban la gira el 30 de enero y todo el mundo respiraba tranquilo. Montjuïc estaba disponible, pero el Barça no tiraba la toalla. El club agotó todas las opciones y no confirmó hasta el 20 de marzo que el clásico se disputaba en la montaña mágica. Ese día lo comunicó a la masa social, ofreciendo a los abonados la posibilidad de ampliar el abono para los partidos previstos en mayo. También se ponían a la venta los productos vip, que son los que permiten hacer mucho cajón, con precios que pueden llegar hasta los 3.000 euros por asiento. Con canapés incluidos antes, durante y después del encuentro, ¡evidentemente!
"Necesitamos ese dinero para compensar el negocio que no podemos hacer en el Camp Nou"
La venta ha sido un éxito y se contempla la mejor entrada de la temporada. La buena racha del equipo y la posibilidad de que el Barça deje vista para sentencia a la Liga ha disparado las ventas y también los precios. La pasada temporada se recaudaron 7 millones el día del clásico de Liga. Para ese partido, la previsión es superar los 10 millones. En la política de precios variables, este viernes se vendían las últimas localidades por 745 euros en el gol y hasta 1.250 en la tribuna. La mayoría de sectores ya están agotados ya última hora se ponía a la venta, por 499 euros las localidades de abajo del córner que tienen visibilidad reducida.
En cuanto a los productos vip, los precios también iban al alza. Junto al banquillo cada asiento se vendía por 3.750 euros, y si se quiere ver el fútbol junto al palco presidencial, hay que desembolsar 5.000. "Necesitamos ese dinero para compensar el negocio que no podemos hacer en el Camp Nou", apuntan desde los despachos nobles del club, donde recuerdan que el presupuesto de esta temporada preveía el regreso a casa en la segunda vuelta.
A partir de ahí, la gran pregunta: ¿será el último clásico en Montjuïc? La respuesta del Barça no es firme y en el club siguen echando balones fuera cuando se les pide por una fecha concreta de la vuelta. Sólo se marcan como objetivo volver a abrir el Camp Nou en septiembre, después de solicitar en la Liga que las tres primeras jornadas del curso 25/26 se disputen a domicilio. Limak tiene el compromiso de entregar la primera fase de la obra –con las gradas primera y segunda terminadas– el 31 de julio. El problema es que faltarán los permisos de reapertura, que son el otro caballo de batalla.
Desde el club hay mucho optimismo, pero en el Ayuntamiento hay más escepticismo entre los funcionarios que deben firmar toda la documentación. También, esta semana, había una reunión con BSM para planificar el desmontaje de Montjuïc y que se reconvierta de un estadio de fútbol en un recinto para acoger conciertos. En la reunión había que determinar si este proceso sería definitivo o si cabía la posibilidad de que el club volviera a Montjuïc después del verano. Según las fuentes consultadas, los responsables de Lluís Companys no sacaron el agua clara. Lo único que recuerdan es que ya hay dos conciertos programados para agosto y septiembre, y que se está negociando otro para noviembre. La lógica indica que será el último clásico en Montjuïc, pero nadie se atreve a afirmarlo al 100%.