Yamal pone luz en el Gamper y rescata a un Barça blando en defensa (4-2)

BarcelonaBienvenidos a una nueva realidad. El debut del Barça como local en el Estadi Olímpic no fue el mejor, pero acabó con una carcajada de oreja a oreja gracias a los jovencitos, los encargados de provocar la euforia en 10 minutos finales pletóricos. 10 minutos que sirvieron para olvidar un partido flojo que parecía destinado a finalizar con derrota. Pero el Trofeo Joan Gamper acabó con buena nota, pese a los problemas defensivos ante el Tottenham (4-2) y un ambiente frio en las gradas. Los jóvenes, como hicieron Messi o Iniesta en el pasado, aprovechan al Gamper para pedir paso. El tiempo dirá cómo les recordaremos, pero los últimos minutos de Yamal, con 16 años, emocionaron.

Pero para poder levantar títulos esta temporada habrá que mejorar. Habrá que tener la energía de Lamine Yamal, Ansu Fati y Ez Abde, que rescataron al Barça al final del partido. Habrá que enchufarse y hacerse fuerte en un estadio que todavía no parece propio, pese a los esfuerzos del club por pintarlo de azulgrana. El Gamper no dejaba de ser como el primer día que entras en un piso nuevo después de alquilarlo, cómo adaptarse a una nueva universidad cuando marchas de Erasmus. Es necesario crear nuevos rituales, adaptarse a una nueva sonoridad, a unos espacios diferentes. Quizá por eso los jóvenes fueron los que mejor se adaptaron a la nueva realidad. El resto de la gente, tanto socios como algunos jugadores, parecían fuera de juego.

Sí, no será un año fácil. Y Xavi lo sabe. Tanto, que el técnico azulgrana pidió a los aficionados en su discurso inaugural que les hicieran "sentir como en el Camp Nou". No fue el caso, para empezar. De hecho, los grupos de animación se quejaron de la directiva y la acusaron de priorizar a los turistas. Y los turistas llegaron, pero tampoco tantos, poco más de media entrada en un estadio en el que las sillas más cercanas al césped terminan vacías. Se animaba poco, en el Olímpic. Si el equipo tendrá que mejorar, el barcelonismo también. El equipo no puede quedarse solo, en este exilio en Montjuïc.

Qué día tan raro, de hecho. Un día en que uno de los grandes protagonistas era un hombre ausente, un Ousmane Dembélé al que el club ahorró el momento incómodo de ser presentado a Lluís Companys, ya que es cuestión de horas que se marche a París. Qué jugador tan curioso, Dembélé, capaz de desesperar cuando está pero añorado cuando decide hacer las maletas. En el partido contra el Tottenham Hotspur, el Barça le añoró hasta que entró Lamine Yamal. Raphinha no terminó de salir adelante, pese a dar la asistencia del gol tempranero de Lewandowski. A los cinco minutos, el Barça ya ganaba, pero se fue marchitando. Pocos días antes del debut en la Liga el domingo en Getafe, Xavi tiene deberes pendientes: en ataque, falta algo de electricidad. En medio del campo hay talento, pero las piezas necesitan más tiempo para entenderse. Y en defensa todo son problemas. De hecho, antes del descanso Araujo se marchó lesionado. Suerte de los jóvenes, de hecho. Si ante el Madrid en Dallas brilló Fermin, en el Gamper los detallitos de Yamal fueron excitantes. También Balde o Abde pidieron paso, sin miedo, y consiguieron levantar el ánimo de un equipo blando en defensa.

Un final de partido alocado

El Tottenham, adormecido de salida, se quitó el sueño de las orejas gracias a Perisic. Los spurs, sin un Harry Kane que aún no sabe si se irá de Londres, dieron la vuelta al marcador gracias al oportunismo de Oliver Skipp. El Barça no terminó de funcionar, aunque se ven detalles interesantes, como la verticalidad de un Balde destinado a brillar este año. O el carácter de Oriol Romeu, que ya manda en medio del campo donde estuvo rodeado por De Jong y Pedri. Y también un Gavi omnipresente, corriendo arriba y abajo. Ahora, los ingleses encontraron muchos espacios entre líneas, quizás porque llevan más días trabajando y se les veía más frescos. El equipo del australiano Ange Postecoglou siempre mordió en ataque a un Barça demasiado roto.

Xavi revolucionó al equipo en la segunda parte, con un montón de cambios. Pedri y Gündogan, pues, no jugaron juntos. Y el centrocampista turco se puso al frente del juego durante la última media hora de partido, pero aún le falta ritmo. Aunque jugaba rodeado de jugadores que bien deben reivindicarse, bien tienen poco que perder. Jugadores como Abde, Ansu Fati o Ferran Torres. Suerte de ellos. Una gran jugada de Yamal permitió a Ferran Torres marcar otro gol. El delantero valenciano, sin hacer nada del otro mundo, sigue sumando goles a la posición de Lewandowski.

El gol del empate asustó un poco a los ingleses, que parecían dar por bueno jugarse el Gamper desde el punto de penalti. No sería así, ya que Lamine Yamal estaba juguetón. Sabía que todo el mundo le miraba. Y con las ganas de zamparse el mundo que tienes a los 16 años, se puso a bailar con el balón, generó espacios y la jugada acabó con Ansu Fati marcando el tercer gol. Y aún tuvo tiempo para participar en la jugada del cuarto, obra de un Ez Abde que también tenía ganas de juerga. Si durante buena parte del encuentro el Barça preocupó, una vez que los jóvenes salieron a jugar, todo cambió. Marcaron el camino. Así es el Barça. Cuando las cosas parece que no van bien, los jugadores de La Masia se encargan de marcar el camino. Quizá falta dinero y medio equipo no está inscrito. Quizás no es el mejor estadio para jugar. Pero un grupo de jóvenes que no habían nacido en 1992 encendieron el estadio Olímpico. Con ellos, llegó el optimismo.