En Europa se va jugando como los ángeles
El Girona confirma su presencia en competiciones europeas al superar al Cádiz con un juego delicioso
GIRONAEn Montilivi nada es normal. Pero ya ocurre esto, cuando la fantasía te atrapa. La atracción que provoca es tan fuerte que ninguna de las cosas que se experimentan tiene sentido. Girona lo vive bajo una mezcla de felicidad e incredulidad. De salir del estadio totalmente enamorado y, cuando llega a casa, preguntarse si realmente lo que ha visto ha sido cierto o lo ha soñado. Poco acostumbrado al éxtasis, ha llegado a olvidar el significado de la palabra tristeza.
De hecho, ya tararea el himno de la Liga de Campeones, con diez puntos de margen respecto al Athletic cuando solo quedan dieciocho. La victoria ante el Cádiz (4-1) en una noche deliciosa en la que lució una superioridad abrumadora ha permitido, a la vez, confirmar su presencia matemática en competiciones europeas la próxima temporada. Pero ni lo celebra, un vestuario cada vez más precoz, fruto de un deseo que no puede contener y que hace que no piense en otra cosa que lo que ansía hasta que lo consigue. Así fue con la permanencia, atada a finales de febrero. No es habitual, no.
Porque el Girona se muere de ganas de mantenerse en este cielo eterno en el que las mariposas ya llevan vida en un estadio entregado al buen fútbol. El equipo de Míchel te seduce, te dice palabras bonitas al oído y obliga a que todo el mundo caiga rendido a una especie de hechizo que ojalá no se acabara nunca. Èric Garcia, a los nueve minutos, remató un sensacional centro de Savinho; Iván Martín, a los veintidós, finalizó una triangulación que cualquier otro equipo tendría prohibido imaginar. Girona no, porque es especial.
Entre otros motivos, por los pequeños detalles. Como el de Iván Martín cuando marca el gol y automáticamente piensa en un compañero que no está pasando bien. Borja Garcia, leyenda del club y protagonista de los dos ascensos, aún no ha podido debutar este curso, y ahora permanecerá seis semanas más de baja. Iván Martín cogió su camiseta y la levantó para recordarle a todo el mundo que los logros no los consiguen solo los que brillan. Hay mucha gente en la sombra que pone su granito de arena para que las cosas salgan bien. El éxito tampoco se entendería sin ellos. Ni sin Dobyk, más pichichi que nunca con su decimoctavo gol. Portu cerró la noche con el cuarto para contrarrestar el 3-1, insignificante, de Escalante.
Gozas constantes hacia un destino que le tenía reservada al Girona la mayor de las sorpresas, y también el regreso de Toni Villa casi un año después. Ahora, de los Lugo, Osasuna, Levante, Elche o Rayo se hablará en voz baja, porque todos presumirán de haber vivido una temporada que seguramente será de Champions League para un equipo que juega como los ángeles.
Girona 4 - 1 Cádiz
- Girona: Gazzaniga, Eric Garcia, David López, Blind, Miguel (Arnau, 76'), Aleix Garcia, Yangel Herrera (Jhon Solís, 58'), Iván Martín (Portu, 76'), Yan Couto, Savinho (Pablo Torre, 86') y Dovbyk (Toni Villa, 86'). Entrenador: Míchel Sánchez.
- Cádiz: Conan, Iza, Ousou, Chust, Lucas Pires, Alcaraz, Álex Fernández (Escalante, 46'), Alejo (Sobrino, 70'), Navarro (Guardiola, 86'), Juanmi (Chris Ramos, 46') y Maxi (Roger, 70'). Entrenador: Mauricio Pellegrino.
- Goles: 1-0 Èric Garcia (9'), 2-0 Iván Martín (22'), 3-0 Dovbyk (71'), 3-1 Escalante (81') y 4-1 Portu (82').
- Árbitro: Alberola Rojas (Comité Castellano-Manchego).
- Tarjetas amarillas: Álex Fernández (31'), Miguel (42') y Chust (75').
- Tarjetas rojas: ninguna.
- Estadio: Montilivi, 12.665 espectadores.