Cuando el Girona se pasó de listo con la FIFA
En 2009 pidió ser sede del Mundial si España obtenía su organización
GIRONALa semana pasada, la FIFA ratificó que el Mundial 2030 se celebrará en España, Portugal y Marruecos. Una decisión en la que España y Portugal han invertido muchos años de trabajo. Concretamente, desde principios del 2009, cuando se esforzaban por organizar la Copa del Mundo del 2018 o la del 2022, que finalmente fueron para Rusia y Qatar. ¿Y qué tiene que ver todo con el Girona? Pues que el club rojiblanco pidió ser suyo en la Federación Española, entonces presidida por Ángel María Villar, en una de esas decisiones inexplicables que solo podían pasar a Montilivi.
Para empezar, el estadio ni mucho menos era apto ya no para acoger un evento similar, sino ni para planteárselo. De hecho, en pleno 2024, no ha cumplido ni los requisitos para que el Girona pueda disputar tranquilamente sus partidos de la Champions. Este viernes recibirá al Valladolid (21 horas, Movistar LaLiga) con tres gradas retráctiles que la UEFA no permite, pero que en la Liga le conceden un aforo aproximado de 14.500 espectadores. El mínimo para acoger un duelo de un Mundial son 40.000. prensa en abril de 2009 en la que compareció con los vicepresidentes Josep Sierra, Josep Rigau y Jordi Miró, y que dejó a todo el mundo boquiabierto. "Sabemos que en las condiciones de este club respecto a los demás, lo normal sería no presentar la candidatura, pero la forma de hacer de los gerundenses es diferente. Trabajamos mucho con imaginación, lo hacemos fuerte". y asumiendo riesgos", aseguraba el máximo mandatario de una entidad que acababa de ascender a Segunda A. Gusó fue presidente del Girona entre el 2005 y el 2010: le devolvió al fútbol profesional cinco décadas después y lo convirtió en una sociedad anónima deportiva. Era un genio que soñaba a lo grande. con la ayuda de todos lo podemos conseguir. La competencia será muy fuerte, pero el factor sorpresa seguro que va a nuestro favor", añadía Gusó. aquellos momentos la gradería de Preferente no existía porque la anterior se había desmoronado, y la zona estaba tapada con una lona, además, había visitado Montilivi ocho días antes Lo que vio no le gustó. ha quedado anticuado y debe remodelarse. Es un campo de fútbol, no un estadio". El Girona tiró por el derecho y presentó la candidatura de todos modos, deseando que le tocara. la lotería y alguien decidiera poner dinero para construir un estadio nuevo. Todavía esperan.
Rebuscando en la hemeroteca, cada reacción supera a la anterior. "El jueves, el presidente me telefoneó para decirme que harían la solicitud para ser sede de un mundial. Si lo pide el club, él ya sabe lo que hace. Yo no puedo oponerme. Entiendo que es un gran evento y habría estado bien hablarlo antes. Y hablarlo no quiere decir un golpe de teléfono, sino sentarnos con tiempo y antelación. campo. Estamos remodelando el actual, que está quedando bien y va a quedar mejor", comentaba Anna Pagans, alcaldesa de Girona.
"Si lo que el Girona quería era sorprender, de verdad que lo ha hecho. Estamos hablando de un Campeonato del Mundo, no de una Copa Catalunya. Si saberlo es que te suelten hace dos meses en una conversación informal que están pensando en ser sede de un mundial…", explicaba Narcís Casassa, vicepresidente de la Diputació. "La noticia nos ha pillado de sorpresa; no sabíamos nada", decía Domènec Espadaler, presidente de la Cámara de Comercio de Girona. "Estamos donde estamos y tenemos el campo que tenemos. Es muy fácil hablar desde fuera y exigir instalaciones nuevas sin tener que poner dinero. Quienes le ponemos y pagamos somos todos los ciudadanos de Girona. El año pasado invertimos 1,3 millones, ahora haremos la grada con los 1,2 millones del plan Zapatero", opinaba Josep Maria Jofre, concejal de Deportes del Ayuntamiento de Girona.
Como nadie picó, aquello no fue a ninguna parte, más allá de quedarse en el cajón de las historias extrañas que rodean al club rojiblanco. En febrero de 2010 la Federación Española se reunió con responsables del Camp Nou, el Estadio Olímpico Lluís Companys y el Estadio de Cornellà-El Prat del Espanyol, pero del Girona, ni rastro. "Trabajamos con un sistema bastante metódico, pero cuando tenemos que improvisar también lo hacemos bien", soltó Gusó en la rueda de prensa de nueve meses antes. El Girona improvisó tan bien que no presentó ningún documento de quienes se exigían para ser suyo. Y hoy en día, Montilivi le trae todavía problemas.