Cristhian Stuani: “Mi historia con el Girona es para toda la vida”

GironaLlega sonriente, pocos minutos después de acabar el entrenamiento previo al partido que el Girona disputa este viernes contra el Málaga (21 horas, GOL). Tiene motivos de sobra para sonreír, después de haberse hecho un espacio en mayúsculas en la historia del club. El nombre de Cristhian Stuani (Tala, 1986) en Montilivi es sagrado. Lo avalan la fidelidad y los cien goles repartidos en tantas noches de felicidad.

Independientemente de cómo se acabe la temporada, estáis disfrutando como hacía tiempo que no pasaba.

— Nos estamos desarrollando bien y hemos cogido una dinámica buenísima que nos hace confiar en nosotros mismos. Hemos recuperado la identidad y esto es fundamental, porque a cualquiera que le toca competir sabe qué tiene que hacer, lo tenemos interiorizado. Míchel y el cuerpo técnico hacen un gran trabajo y todos juntos hemos creado un equipo muy competitivo. Se ve que nos lo pasamos bien y que la gente está contenta, y esto es muy importante si queremos tener opciones de lograr el objetivo que todos tenemos en la cabeza.

Una de las virtudes que caracterizan el Girona es su gran vestuario.

— Está comprobado que si tienes un bloque unido y fuerte puedes conseguir muchas cosas. No lo haremos a base de individualidades, no es posible. Tenemos una base construida de hace muchos años que afortunadamente perdura y hace que todo sea más fácil. Tener identidad va más allá del juego, me refiero al día a día, a remar juntos.

¿Había que ganar como se hizo en Almería para creer que todo es posible?

— A lo mejor sí. Fueron tres puntos como cualquier otra jornada, pero eran complicados de verdad por el rival y por el escenario. Hemos demostrado que podemos mirar a los ojos de cualquier equipo de la Liga, y esto que el partido se fue enrareciendo, por decirlo de alguna manera. De hecho, podemos decir que fue polémico y cuesta creer que a estas alturas pasen ciertas cosas. Pero el hecho de haber ganado nos permite continuar batallando por el ascenso. ¿Es difícil? Sí, pero continuamos luchando.

¿Tantas decisiones arbitrales en contra son casualidad?

— El pensamiento de cada cual respecto a esto es muy personal, pero lo más lógico sería que los errores vinieran de dentro del campo. Lo que me llama la atención es que las equivocaciones vengan del VAR. Tendría que ser al contrario: el VAR tendría que ayudar y lo que nos frustra y no entendemos es que con todas las herramientas que tienen para hacerlo bien, los desaciertos sean tan repetidos. El fútbol es un espectáculo y todo el mundo espera que sea honesto, a veces nos cuesta controlar los nervios cuando vemos según qué. Quien ha jugado a fútbol sabe cuándo hay un error y cuándo no. Solo pedimos que la tecnología se utilice bien. He intentado hablar de ello, pero depende del caso podemos dialogar o no. Esto también se podría mejorar y, si me lo preguntas a mí, te diré que soy partidario de conversar, porque poner los puntos en común siempre es positivo.

Ara mismo el Girona es cuarto y va hacia otro play-off. ¿Entiendes que haya gente que lo mire con malos ojos?

— Claro, porque no tenemos un buen recuerdo de ello. Si un hecho se repite más de una vez y no te sale bien, probablemente los pensamientos no serán buenos. Pero tenemos experiencia, nos han pasado cosas que otros equipos desconocen. Tenemos que mirar el lado positivo de todo y la afición tiene que apoyarnos pase lo que pase. Realmente se trata de esto: porque el aficionado de verdad es más presente en los malos momentos que en los buenos. Queremos que nos acompañen hasta el final y confíen, porque si lo intentamos tantas veces hay que disfrutar: sería un play-off, no una lucha por el descenso. La gente tiene que estar orgullosa de su equipo y pensar que lo conseguiremos.

Has marcado un centenar de goles en cinco temporadas. El impacto es escandaloso.

— Mi historia con el Girona es para toda la vida. Quedará grabada para todo el mundo: para mí, para el club y para los aficionados. Para un jugador, llegar a un club y hacer historia es la cosa que más lo llena de orgullo. Ahora estoy en la fase de replantearme objetivos a corto plazo, que me den felicidad y me permitan disfrutar del fútbol, sin olvidar todo lo que he pasado para llegar hasta aquí.

¿Sabías que Arcadi Camps, el máximo goleador histórico del Girona, marcó 107 goles? Nadie lo ha superado todavía.

— No, no lo sabía. Me has dado otro reto [ríe]. ¡Pero priorizo el propósito colectivo, eh! Tengo claro que quiero subir a Primera, los resultados del equipo siempre irán por delante de los personales. Aunque está claro que a mis goles les doy el valor que se merecen porque soy yo quien los ha marcado y puedo asegurar que es muy difícil hacer tantos. Ahora, intentaré romper la estadística de Camps, no tengas ninguna duda de ello.

Por Navidad te acercaste a las instalaciones de la Atenas de Tala, el club de tus orígenes, a entregar equipaciones del Girona. ¿Qué sentiste?

— Nací allí e hice los primeros pasos como futbolista. Tuve una niñez muy rica en alegría y el jugador que veis hoy es gracias a aquellos fines de semana. Estuve allí de los 6 años a los 13 y para mí es un gran motivo haber podido tener un gesto con ellos, de bracete con el Girona. Los niños estaban encantados y fue una acción generosa y preciosa.

¿Te vino el pasado a la memoria?

— Recordé todos los momentos vividos con los padres y la familia, que me ha acompañado a lo largo del trayecto. Allí todos somos unos apasionados del fútbol y mis abuelos, los tíos y los primos se reunían para ver mis partidos. Era bonito, tenerlos todos allí. Fue una gran etapa.

Ahora te toca a ti acompañar a tu hijo al campo.

— Si te soy sincero del todo, estaba deseando que llegara el día que mi hijo jugara a fútbol. Adora el fútbol, pero te aseguro que viéndolo me lo paso casi mejor que él. Cuando lo observo se me plantan muchas imágenes de cuando jugaba de pequeño, momentos que he vivido y que ahora vive él. Nunca me pierdo ningún partido suyo, si el calendario me lo permite. Y lo aconsejo, claro. Le digo que se lo pase bien, que valore el hecho de formar parte de un grupo con los compañeros. Porque son niños y disfrutar es fundamental en la niñez.

¿Cómo cambia todo cuando se está a gusto, verdad?

— Es evidente que el entorno que me he encontrado en Girona ha permitido explotar mis calidades con un recorrido en el tiempo. Siempre que salgo al campo intento saborear el momento porque, a pesar de que me gustaría competir toda la vida, no pasará. Ahora doy importancia a cosas que antes no valoraba. Podemos decir que he mejorado, en este sentido, porque me enfadaba mucho cuando no ganaba y ahora he entendido que muchas veces perdiendo también se gana. La gente quizás no lo entiende, pero cuando te das cuenta tienes muchas más opciones de ser importante en todo aquello que hagas.